Capitulo 18

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______ no tenía nada que ponerse excepto la ropa que había llevado cuando se había caído del caballo, y, aunque la señora Bird se la había lavado, tenía algunos jirones, producidos seguramente al engancharse con los matorrales. Quería pedirle a Sandy que fuera a la casa que había compartido con Barry para que recogiera sus cosas, pero le inquietaba la idea de permitir que alguien viera la habitación que había ocupado. Por suerte, sin embargo, la señora Bird tenía una hija aproximadamente de su talla, y le prestó unas cuantas prendas para que pudiera arreglárselas entre tanto.
Los días siguientes a su llegada al rancho, Sandy tuvo que marcharse en un viaje de trabajo a Houston, y su hermano estaba ocupado adiestrando unos caballos que iba a vender a una escuela de equitación, así que la joven pasaba casi todo el tiempo sola en su habitación, a excepción de las visitas de la señora Bird, que subía de vez en cuando a verla por si necesitaba algo.
Después de desayunar y poco con lo que entretenerse a excepción de un par de libros que le había dejado Sandy, la joven se sentó junto a la ventana a ver al ranchero trabajar con los caballos en el picadero. Los animales eran nobles y hermosos, y la paciencia y suavidad con que Justin los trataba verdaderamente asombrosas. Si tan sólo fuera igual con ella..., suspiraba para sí la joven.
Sabía que Justin se enfadaría si se daba cuenta de que lo estaba observando, pero siempre parecía demasiado enfrascado en su tarea, y ella no podía reprimir el deseo de admirarlo, aunque sólo pudiera ser así, de lejos. Tenía un cuerpo atlético y la destreza de un cowboy de rodeo. Jamás fallaba cuando arrojaba el lazo, y sabía cabalgar a pelo tan bien como con silla de montar.
Sin embargo, también era un hombre temperamental, y el segundo día ______ lo había visto perder los estribos con uno de sus peones por estar descuidando los utensilios de trabajo. Al oírlo gritar, la joven se había apartado temblorosa de la ventana. Barry siempre le había gritado antes de golpearla. Probablemente debía alegrarse de que Justin no quisiera nada con ella, se había dicho, porque la intimidaban tanto su temperamento como su fuerza.
A pesar de ello, volvió a sentarse junto a la ventana el día siguiente, y finalmente Justin acabó por enterarse. Era algo inevitable, ya que la figura silenciosa asomada a la ventana había atraído la atención de sus hombres, quienes empezaron a tomarle el pelo con «esa chica de la ventana que lo miraba con ojitos tiernos».
Y así, la tarde del día antes del regreso de Sandy, Justin subió al cuarto de invitados y se detuvo en el quicio de la puerta abierta.
-¿Vas a cenar aquí, en la habitación, como de costumbre? -le preguntó de repente.
En efecto, desde que llegara, la señora Bird le había subido en una bandeja todas las comidas, y lo cierto era que ______ prefería que así fuera, ya que, de tener que comer con Justin Bieber mirándola fijamente desde el otro extremo de la mesa, estaba segura de que se atragantaría. Sin embargo, precisamente porque nunca había bajado a desayunar, almorzar, ni cenar con él, no comprendía a qué venía la pregunta, y vaciló a la hora de responder.
-Tengo una cita esta noche -añadió él a modo de explicación-, una abogada de Victoria a la que he invitado a cenar. He venido a decírtelo por si tuvieras pensado bajar y no tengas ganas de charlar.
Demasiada consideración para tratarse de Justin Bieber. Su verdadera intención había sido sorprenderla, pero ______ no se percató de ello a tiempo para poder ocultar el asombro que se reflejó en su rostro ante el anuncio de esa cita.
-Oh... yo... no quisiera molestar -balbució atropelladamente -. De hecho pensaba pedirle a la señora Bird que esta noche también me subiera la cena.
A pesar de su respuesta, Justin la miró con suspicacia.
-Bien -murmuró él -. Y otra cosa -añadió con brusquedad-: mientras estés aquí, más vale que te busques algún otro entretenimiento... aparte de observarme por la ventana mientras trabajo.
______ se puso roja como una amapola y apartó el rostro.
-Estaba mirando a los caballos, no a ti.
-Sea como sea, será mejor para ti que tengas alguna ocupación -le dijo Justin. «Y para mí también», añadió para sus adentros.
Las manos de la joven, ocultas bajo las sábanas, apretaron la tela de la bata que llevaba puesta. De nuevo estaba ensañándose con ella. Había sido una ingenua al creer que su estado convaleciente lo haría sentir la suficiente compasión de ella como para mantener a raya su hostilidad durante unos días.
-Sí -asintió sin alzar la vista-, será lo mejor.
Justin observó la cabeza gacha de la joven con sentimientos encontrados, el más fuerte de los cuales era la culpabilidad. ______ había empujado a su marido, a la bebida y eso lo había matado, y todo porque deseaba a un hombre al que no podía tener, por el que había rechazado una y otra vez a su marido.
Él se había sentido culpable desde el día en que Barry empezara a hablarle de lo infeliz que era en su matrimonio; al enterarse de su muerte esa carga se había triplicado; y, ahora, la presencia de ______ en su propia casa estaba agravando el desprecio que sentía por sí mismo, ya que le recordaba constantemente el dolor que había causado a su primo.
Por eso había invitado a Lillian a cenar, no porque tuviera ganas de aguantar su interminable cháchara, sino porque quería dejar bien claro a ______ que no estaba interesado en ella. No podía soportar que su huésped no deseada se pasara el día observándolo anhelante desde la ventana de su habitación. ¡Ni siquiera mientras estaba trabajando podía evitarla, por todos los demonios!
-Esto no va a funcionar -masculló sin darse cuenta de que lo había dicho en voz alta.
-Seguro que no me creerás, pero es lo que intentaba decirle a Sandy cuando me propuso que viniera aquí con vosotros -dijo ella con una leve sonrisa. Alzó la vista hacia él-. Empezaré a buscar un apartamento para alquilar en cuanto pueda ponerme de pie sin caerme.
Justin la miró incómodo.
-Trataré de ayudarte a encontrarlo.
-Gracias. Y nada demasiado caro, por favor: todavía tengo que encontrar un empleo.
-Tal vez haya algún modo de anular algunas de las disposiciones del testamento de Barry -le dijo él-. Se lo consultaré al notario. Y, aun en caso de que no pudiese hacerse, me aseguraré de que al menos tengas una asignación que te permita arreglártelas hasta que tengas un trabajo.
______ iba a darle de nuevo las gracias, pero sabía que él no quería su gratitud, y tampoco ella quería sentirse en deuda con él, así que se limitó a asentir con la cabeza.
-Le diré a la señora Bird que suba para preguntarte qué quieres comer.
-Lo que esté haciendo estará bien -contestó ella con una cortesía un tanto forzada-. No quiero causar más molestias de las que ya os he causado.
Justin no contestó a eso, pero la mirada fría y acusadora en sus ojos no se había desvanecido cuando se dio la vuelta y salió al pasillo. Sólo cuando entró en su propio dormitorio recordó todo por lo que ______ había pasado aquella semana: hubiera amado o no a Barry, se había quedado viuda, había sufrido un accidente, había perdido su hogar, y se había quedado sin un dólar. Tal vez estaba siendo demasiado injusto al culparla como la había culpado. Parecía muy frágil postrada en aquella cama, y lo cierto era que se detestaba por el modo cruel en que la trataba aun sin pretenderlo.
A pesar de todo, se deshizo de ese sentimiento de culpabilidad junto con la ropa de trabajo cuando entró en la ducha, y se cambió para su cita.
______ estaba sintiéndose más y más deprimida por momentos. Desde su habitación podía escuchar a Justin y a su cita charlando y riendo. La señora Bird le había subido una bandeja con la cena, echando pestes de la invitada:
-Esta señoritinga me saca de quicio cada vez que viene. No quiere el café tan cargado, y la ensalada sin aliñar, porque le gusta hacerlo ella misma -refunfuñó mientras colocaba la bandeja sobre el regazo de ______-. Tampoco ha querido el bistec porque tiene colesterol, y nada de postre, por supuesto.
-Vaya, pues debe estar sanísima.
-¿Sanísima? Está delgada como una espina de pescado -contestó la mujer.
-Mmm..., creía que no tenía apetito, pero viendo este festín se me hace la boca agua -dijo ______, inhalando el delicioso aroma de la sopa de verduras, el bistec con ensalada, y el bollo de pan recién horneado.
La señora Bird sonrió.
-Pues también le he subido un poco de tarta de queso casera -murmuró destapando una pequeña fuente.
- ¡Me encanta la tarta de queso! -exclamó ______, entusiasmada como una niña.
Y la señora Bird sonrió aún más ampliamente.
Cuando termine déjelo sobre la mesilla. Subiré luego a recogerlo, cuando se hayan marchado. El señor Bieber mencionó que se iban al centro, a ver una obra de teatro, creo, y que luego iba a llevarla al aeropuerto.
-¿Cómo es ella? ¿Es agradable? -inquirió ______ curiosa.
La mujer se quedó dudando un momento.
-Bueno, supongo que a su manera -contestó-. Es muy elegante, e inteligente, y conoce al señor Bieber desde hace años. Empezaron a salir y ella, que está loca por él, creía que terminaría proponiéndole matrimonio. Pero no fue así -añadió encogiéndose de hombros-. Cuando el señor Bieber vio que la cosa se estaba poniendo demasiado seria y que ella estaba empezando a albergar esperanzas, le dijo que no creía en el matrimonio. Le partió el corazón a la pobre señorita Lillian -murmuró meneando la cabeza-. Siguen siendo amigos, pero estoy segura de que ella no lo dejará escapar si ve que tiene la más mínima oportunidad. En fin, se le va a enfriar la comida, así que la dejaré -dijo dirigiéndose hacia la puerta.
-Señora Bird -la llamó ______ cuando la mujer tenía ya puesta la mano sobre el pomo.
-¿Sí?
-Gracias -murmuró la joven esbozando una sonrisa.
-No hay de qué, querida -respondió la señora Bird sonriendo también.
Y salió de la habitación dejándola de nuevo a solas. ______ comió todo lo que la buena mujer le había preparado y, cuando hubo terminado, puso la bandeja sobre la mesilla de noche.
Trató de seguir leyendo una de las novelas que le había prestado Sandy, pero las risas que provenían del piso de abajo la estaban poniendo de los nervios. Por un momento intentó imaginarse que era ella la que estaba en el comedor, cenando y charlando con Justin, que él disfrutaba de su compañía, pero la fantasía se esfumaba en cuanto intentaba conjurarla. Era imposible, se dijo. ¿Cómo no iba a serlo cuando Justin sólo tenía miradas furiosas y acusadoras para ella? Esa tal Lillian debía ser muy especial para él, pensó, sintiendo el aguijón de los celos en su pecho. ¡No.!, ¡no tenía derecho a sentirse celosa! Él no le pertenecía, y nunca había sentido nada por ella, ni la había alentado. Sin embargo, cuando volvieron a oírse risas, ______ no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas.
Al día siguiente no se acercó siquiera a la ventana. Se puso una camiseta y unos pantalones vaqueros de la hija de la señora Bird, y se acurrucó en la mecedora que tenía en la habitación, hojeando un periódico del día anterior que la mujer había tenido la amabilidad de subirle para que se entretuviese. Las noticias, como siempre, eran deprimentes, así que empezó a mirar la sección de cultura, y acabó haciendo el crucigrama para no acordarse todo el tiempo de que Justin no la quería en su casa.

Ted- Justin Bieber y Tu  [ Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora