Nuevos Conocidos

14 3 1
                                    

Una vez que estaban descendiendo a La Tierra, Paul ya se esperanzaba con volver al orfanato, pero no sería así. Apenas las bestias pusieron una pata en el suelo, Paul se teletransportó solo y sin aviso a la habitación de las puertas. Ni los jinetes ni los animales estaban allí. Pero tenía compañía. Dos jóvenes gemelos de diecisiete años se encontraban allí. Eran amistosos, tenían pelo negro, piel blanca, eran sumamente flacos, no tenían barba y estaban vestidos como campesinos.

Paul les planteó cientos de preguntas, y los desconocidos las contestaban amablemente, sólo diré una de ellas. ¿De dónde vinieron? Venían de un campo y cuando amanecieron ya estaban en aquel lugar. Habían recorrido la quinta, la séptima y la décima puerta.

Una vez que se habían presentado ya ambos, se empezaron a preguntar a dónde iban. Las puertas uno; dos; tres; cinco; siete; y diez, quedaban descartadas. Para seguir con el orden de menor a mayor que el huérfano venía siguiendo, entraron a la cuarta.

Paul ya no estaba solo y ya tenía mucha experiencia con otras de las doce puertas, al igual que los dos hermanos, eso le jugaba muy a favor y ya estaba muy confiado. ¿Qué podría pasarle ahora? Superó demasiados problemas como para no poder solucionar lo que se hallaba detrás de aquella. Un sentimiento diferente tenían los otros dos, estos estaban muy asustados por lo que podría llegar a pasar. No querían morir, no, no todavía.

PuertasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora