Arya POV'S
- Se comporto esta noche, yo creo que le tienes que dar una recompensa - dice Alec con suavidad. Papá lo observa y suspira. Pego mi oreja a la puerta para poder escuchar mucho mejor.
- Tú sabes cuantas oportunidades le he dado y sí, se comporto esta noche pero no sólo se trata de este día. Ella está empeñada en comportarse como una delincuente y correr como si fuera un varón... - ruedo los ojos.
- Pero siempre seguirá siendo tu princesa. Siempre seguirá siendo nuestra princesa, ¿no es así? - le contesta Alec, papá le ha respondido algo muy bajo y no logro entender qué -. Quiero que conozca a mi pareja y quiero que mi pareja sepa que ella es como una hija para mí y que siempre estará por sobre todas las cosas - continúa Alec, una sonrisa aparece sobre mis labios.
Sé que eso es verdad. Él se lo ha repetido a todas sus novias y por esa misma razón es que no duran sus relaciones. Cuando sabe que yo estoy peleada con mis padres o estoy abrumada por cualquier cosa insignificante él siempre deja todo para venir a verme y darme consuelo. Él es como el padre perfecto.
- Tú la conscientes demasiado - dice papá riéndose.
- Sabes que ella se volvió mi mundo - papá nuevamente se ríe.
- Deberías animarte a tener a tus propios hijos. Ya estás viejo - ambos se ríen.
- No pienso comprometerme - responde Alec -. Hasta que encuentre a una mujer que soporte que Arya es la luz de mi vida, hasta ese momento te juro que me uniré para toda la vida - papá se ríe y habla pero su tono de voz ha disminuido. Vamos, tienen que hablar más fuerte.
- Sí ella es aprobada por Arya y si ella entiende lo que Arya significa en mi vida entonces haremos la cena para que todos ustedes la conozcan - escucho que se han puesto de pie y corro rápidamente hasta la sala de estar.
Alec me sonríe con triunfo y papá sólo tiene el semblante serio.
- Sé que Alec no permitirá que te metas en problemas - habla y asiento. Oh, Alec...-. Esto no significa que te he levantado el castigo, Arya - mi sonrisa se hace más grande Alec intenta ocultar la suya. Asiento y me pongo de pie rápidamente para darle un fuerte abrazo y un beso en la mejilla.
Subo rápidamente a mi habitación y tecleo en mi móvil lo más rápido que puedo a Camille para que tenga los carros preparados.
Me cambio de ropa por algo más presentable para una "cena" y bajo las escaleras. Alec toma mi mano y me guía hasta la salida.
- Niña, si tu papá se entera que no estoy saliendo con nadie por ahora y que esta cena nunca sucedió nos matará a los dos - nos reímos una vez dentro de su carro. Éste emite un ronroneo para después encenderse y ponerse en marcha -. ¿A casa de Camille? - asiento emocionada.
- Eres el mejor, Alec - él sonríe.
- Adoro ver ese brillo en tus ojos y sabes que haría todo lo que esté en mis manos para hacer que se quede siempre -. Definitivamente él sería mi padre perfecto.
Alec le tiene miedo al compromiso. Él adora su libertad y no quiere que nadie estropee eso. Soy una afortunada por tener a alguien como él en mi vida dispuesto a todo por ayudarme a que pueda seguir haciendo lo que más me apasiona.
Una vez que hemos llegado a la casa de Camille, ella ya nos esperaba a fuera con los demás y los carros preparados.
- Debí imaginarme que Alec tenía algo que ver en esto - dice mientras se acerca a él y besa su mejilla. Mi amiga en presencia de Alec parece una colegiala.
- ¿Mi ropa? - pregunto y ella señala la bolsa colocada sobre el cofre de su auto - El carro que gane será para ti, Alec - él deja de observar a Camille y niega con la cabeza.
- No quiero sonar como tu mamá pero esas máquinas del demonio no son lo mío - todos se ríen.
- Puedo enseñarte a correr y a dejarte llevar por la adrenalina - Camille habla inocentemente mientras se sonroja.
- Si hay mucha adrenalina en mi vida puede darme un ataque al corazón.
- No si vas con buena compañía - responde Camille, ruedo los ojos. Ellos dos están locos.
ESTÁS LEYENDO
Adrenalina
ActionElla, ocultandole a sus padres lo que más ama hacer en la vida obligada a comportarse como una "princesa " en la presencia de ellos. Él, un chico apuesto y poderoso no le faltaba nada su mayor adicción lo llevó a conocer a lo que más teme. Dicen qu...