15. Feliz cumpleaños

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A pesar del frío que hacía en aquella playa Abril sentía un ardor dentro inmenso. Comenzó a meter mano a Julio y él se dejó llevar. Agarró su miembro con la mano y comenzó a moverlo de arriba a abajo. Cuando Julio se encendió ella paró y comenzó a reírse.

-Eh, ¿esto qué es?, deja de picarme nena. Eres mala. -dijo Julio y comenzó a hacerla cosquillas.

-¡Para, para! - gritaba ella riéndose. Julio comenzó a desnudarla y, a pesar del frío, ella estaba ardiendo. Julio se remangó los pantalones. Ella le miró extrañada. Julio la cogió como si fueran una pareja de recién casados. Abril, que estaba en ropa interior, se aferró a su cuello. Julio corrió hacia el mar y cuando el agua empezaba a cubrir sus rodillas la tiró al agua. El agua estaba helada.

-¡¿ERES GILIPOLLAS O TE FALTÓ AIRE AL NACER?! -gritó Abril cogiendo aire al salir del agua. Julio no paraba de reír.

-Eso te pasa por intentar chincharme jajajajajajaja pareces un pececillo.- la risa de Julio era grave y varonil. Abril se perdía en aquellas carcajadas. Se levantó empapada y saltó encima de el cayendo los dos al agua.

-¡Loca que yo estoy con ropa! -gritó Julio enfadado. Se quitó la ropa empapada, la escurrió y la tiró hacia la orilla. Se acercó a ella con mirada seductora y la volvió a meter en el agua. Estuvieron así durante horas, se adentraron más en el mar, hasta que empezó a amanecer. Julio se acercó a Abril, la dio un beso tierno y la abrazó por la espalda. Ambos se quedaron mirando aquel precioso amanecer.

-Te quiero - susurró Julio en su oído. -Feliz cumpleaños nena - añadió apretándola más contra su pecho. Abril se giró y le besó. Se agarró a su cuello y se aferró a su cintura con las piernas. Comenzaron a besarse con más intensidad y se fundieron en un beso más húmedo que aquel mar. Julio agarró uno de sus pechos mientras que apretaba el culo con la otra mano.

-Abril, me vuelves loco - susurró en su boca.

-Me encanta oír eso- dijo ella con una sonrisa maliciosa. Se separó un poco de él y volvió a coger su miembro erecto y a acariciarlo de arriba a abajo. Julio la apartó la mano, deslizo su tanga empapado por sus piernas hasta quitárselo y enrollárselo en la muñeca. Ella hizo lo mismo con su bóxer. En seguida ya estaba gimiendo y gritando bajo la atenta mirada del sol saliendo. El salitre hacía estragos y la hacía sentir un escozor placentero. Ambos llegaron al clímax entre olas y gemidos.

Había sido el amanecer más bonito que ambos habían vivido nunca. La ropa de Julio estaba húmeda pero al menos ya no chorreaba agua. Emprendieron camino hacia casa de Abril. Julio llevaba su brazo por encima de los hombros de Abril.

- Oye, ¿por qué me has presentado como tu novio? - preguntó Julio rompiendo el agradable silencio que se había formado. Abril se puso colorada.

-No sé, ya sabes que no quiero nada serio... -respondió mordiéndose el labio.

-Ya lo sé nena... por eso me ha sorprendido... - dijo Julio rascándose la nuca.

-Me gustas Julio... mucho, me gustas mucho. - susurró Abril de forma insegura. Julio fue a hablar, pero ella continuó hablando. - Voy a ser sincera. He dicho eso tras ver a Eduardo, no tenía intención de decirlo, pero al verlo... - terminó de decir ella.

-Ah...- dijo Julio con cara de decepción. - Pensé que... - Abril le impidió terminar la frase callándole con un beso.

-Déjame acabar. - ordenó Abril. Julio asintió. - Te conozco desde hace nada y me da mucho miedo. Quiero conocerte más, y espero que esto salga bien. No quiero nada serio, no quiero atarme, quiero vivir... Mi relación... bueno, ya sabes cómo fue... No quiero ahora mismo otra relación... - Abril se sentía agotada y Julio tenía cara de tristeza. - A pesar de ello, quiero seguir conociéndote. Cada día me gustas más, y hasta creo que empiezo a quererte - terminó de decir sonrojándose.

-Abril... - dijo Julio con los ojos llenos de esperanza. Se paró y la cogió de la cintura. Se unieron en un beso de película. - Te quiero nena. - dijo al terminar de besarla y la dio un beso en la frente.

Llegaron al fin a casa de Abril. La casa estaba vacía así que entraron por el jardín.

-Ven vamos a ir a mi habitación. -dijo Abril cogiéndole de la mano mientras se adentran en la casa por la puerta trasera. La casa estaba vacía.

-¿Y la gente? - preguntó Julio susurrando.

-Aquí es tradición ir a desayunar al bar churros antes de dormir la mona. - Abril se empezó a reír. Se preguntaba si Eduardo se habría ido cuando pasó por la puerta del salón y le vio durmiendo en el sofá. Decidió que ya era suficiente, que Eduardo debía abandonar su vida para siempre. Le dijo a Julio que se quedara en la puerta y Se acercó a él y le levantó lo más suave que pudo. Eduardo la miró sorprendido.

-Abril, te he estado llamando, te estaba esperando. -dijo Eduardo frotándose los ojos. Abril sacó su móvil de la americana. Era cierto, tenía 4 llamadas perdidas de Eduardo y muchos mensajes más.

-Tienes razón.- dijo Abril guardando el teléfono. - Levántate y vete de esta casa. No tienes derecho a estar aquí. No somos nada, me dejaste, se acabó. -Eduardo se levantó y se acercó a ella. Al ver a Julio en la puerta dio un paso atrás.

-Por favor... dame otra oportunidad... - susurraba Eduardo mirándola a los ojos. Abril le hizo a Julio un gesto para que subiera las escaleras. Julio la hizo caso y desapareció por las escaleras. Eduardo se volvió a acercar a ella. La puso la mano en la mejilla y la besó. Había echado de menos sus labios. Ella se dejó llevar, pero de pronto la parte más sensata de ella reaccionó. Le apartó muy sutilmente.

-Adiós Eduardo. - Abril se giró y una lágrima recorrió su mejilla. Un capitulo con demasiadas notas en el margen se acababa de cerrar por completo en su corazón, o al menos, de momento...

Abril empezó a subir las escaleras y volvió a mirar los mensajes de Eduardo, pero en vez de borrarlos guardó su número, bloqueó el móvil, se secó las lágrimas y miró al frente con la cabeza bien alta. Julio la esperaba al final de la escalera.

-¿Todo bien? -preguntó Julio mientras ella terminaba de subir. Abril asintió. Él hizo un gesto como preguntando donde estaba la habitación y ella señaló hacia la derecha.

-Antes venía a menudo así que esta pasó a ser mi habitación. -añadió Abril mientras abría la puerta. La habitación era pequeñita con una camitaa rosa en el medio de la habitación. Tenía una ventana justo detrás de la cama, la cual estaba rodeada por unas cortinas rosas. Toda la habitación tenía temática de princesas Disney, con mucho rosa.

-Que cursi - dijo Julio riéndose y haciendo un gesto de asco.

-Cállate- le dió Abril un puñetazo en el brazo y se fue a la cama. No se desnudó, hacía frío en aquella pequeña habitación. - Vente a la cama nene. - añadió Abril haciéndole un gesto con la mano. Julio la hizo caso y ambos se acurrucaron en aquella pequeña cama. El sol entraba por la ventana, pero no les costó conciliar el sueño.

Incondicional.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora