10. Fiesta sí.

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Seis horas después Abril se despertó. Oía como rugía su estómago. Miró a Julio mientras dormía, tenía la boca entreabierta y estaba tumbado de lado. Una mano de Julio comenzó a moverse de un lado a otro.

-Abril... Abril... - murmuraba mientras la seguía buscando con la mano.

-Estoy aquí. -dijo ella acariciándole la cara. Julio sonrío y volvió a dormir.

Abril se levantó, se puso una bata sin nada debajo y salió de la habitación. Una vez llegó a la cocina se puso un buen vaso de café caliente. Miró el móvil. Llevaba dos días sin hablar con su madre. Decidió llamarla.

*Pi, pi, pi*

-Hola cielo - la voz de su madre se notaba alegre a través del teléfono.

-Hola mamá, ¿qué tal va todo?- contestó Abril imitando ese tono de alegría.

-Muy bien, ya hemos sacado los billetes, ¿y tú qué tal? - se escuchaba ruido de fondo, como si estuviera cocinando.

-¿Billetes? - pregunto Abril sorprendida olvidando la pregunta que le había hecho su madre.

-Sí, para la cena del 31, vamos a Valencia , a casa del primo, pasaremos allí un par de días. No te hemos sacado billete, no sabíamos si vendrías. - su madre sonaba angustiada. El ruido de fondo cesó. -Pero si quieres podemos sacarte uno a tí. -añadió intentando arreglarlo.

- Hombre... sería lo suyo - Abril se sentía desplazada. Su familia la iba a dejar sola en su cumpleaños.

-Vale voy a sacartelo por internet, luego hablamos. Adiós cielo. - su madre contestó apurada y colgó.

Abril continuó tomandose la taza de café sin comprender muy bien lo que acababa de ocurrir. Su estómago volvió a rugir. Decidió hacerse unas tostadas bien grandes. Era casi la hora de comer. Encendió la plancha e inconscientemente puso encima cuatro rodajas de pan. El olor del pan tostado inundaba la casa. Estaba poniendo el aceite en la tercera tostada cuando unos brazos la rodearon la cintura.

-Buenos días nena - Julio ya se había despertado. La besó la nuca mientras la seguía abrazando por la espalda.

- ¿Me has hecho el desayuno? - preguntó Julio con una voz más ronca que el día anterior. Abril se sonrojó.

-Si. Tenías que reponer fuerzas- dijo ella con un tono pícaro. Él la abrazó más fuerte y la volvió a besar. Robó una de las tostadas que ya estaban listas y se sentó en uno de los taburetes de la cocina. El móvil de Abril comenzó a sonar. En la pantalla lucía el nombre de su madre.

- ¿Mamá? ¿Qué pasa?- respondió Abril preocupada.

- Nena he mirado lo de los billetes... Se ha agotado todo para mañana. - soltó su madre sin darle más vueltas. - lo siento, el 2 vamos a comer contigo te lo prometo cielo.

- No importa. -respondió Abril muy molesta. Iba a pasar su cumpleaños sola. No se lo podía creer.

- Cielo no te enfades... - su madre intentaba animarla.

- No importa, en serio. De todas maneras tengo una fiesta. - dijo mirando a Julio. Este la sonrió.

- Vale... Lo siento en serio cielo- dijo su madre desolada.

-Mamá, ya hablamos , adiós. Te quiero. - y tras despedirse colgó.

- A si que... ¿vienes? - dijo Julio con una sonrisa traviesa.

-Si... - Abril agachó la cabeza.

Le contó todo lo sucedido con sus padres. Terminó llorando en el hombro de Julio. Él la estuvo consolando durante un buen rato.

Incondicional.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora