17. Lorena.

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Una chica bastante guapa, con una gabardina que le llegaba hasta las rodillas, las piernas desnudas y unos taconazos estaba apoyada en el marco de la puerta. Abril la miró de arriba a abajo y puso cara de pocos amigos.

-¿Quién eres? - preguntó Abril bastante confundida con la imagen que estaba presenciando.

-Eh... - la chica se echó hacia atrás y volvió a mirar el número de la habitación. - Creo que me he equivocado... -dijo al fin. Estaba apunto de irse cuando asomó Julio por detrás de Abril secándose la cabeza con una toalla, mientras otra toalla algo más grande se sujetaba en su cintura.

-Lorena... -dijo Julio al alzar la cabeza.-¿Qué haces aquí? - apartó a Abril hacia atrás y se encaró a Lorena. Ella fue a hablar pero Abril se adelantó.

-Ya os conoceis ¿no? -dijo Abril en un tono bastante serio. - Me gustaría saber qué está pasando... - añadió exigiendo una explicación.

-Es solo la camarera. -contestó Julio rápidamente. Abril le fulminó con la mirada.

-¿Qué confianzas con la camarera no? La has llamado por su nombre. Y no tiene pinta de camarera así vestida.. - volvió a responder ella con un tono más serio y enfadado.

-Es que ha habido un problema con la cena -dijo Lorena.- Señor necesito que me acompañe. En seguida les suben su cena, yo ya acababa mi turno. -dijo Lorena sin dejar de mirar a Julio. Este raudo se puso un pantalón, una camiseta y unas chanclas y salió por la puerta, quedándose Abril sola en la habitación. No entendía nada de lo que acababa de ocurrir.

Abril se sentía imbécil al ver como Julio la había mentido descaradamente.

'¿Quién es esa zorra y por qué me hace esto Julio? Me gustaría saber que está pasando de verdad. Tengo que quedarme aquí... Voy a creerle... Sí, tengo que creerle si quiero empezar a quererle...' se repetía para sí misma.

Mientras, al otro lado de la puerta Julio y Lorena se dirigían al ascensor.

-Julio tenemos que hablar. ¿Qué coño haces aquí y con la nueva? -dijo ella muy autoritaria. Julio permaneció callado mirando al suelo. - No sera... ¿es ella la chica que te gusta...? - a Lorena se le hizo un nudo en la garganta.

-Si. -dijo Julio casi en un suspiro.

-¿Y lo nuestro? - preguntó Lorena haciendo movimientos con las manos.

-¿Qué nuestro?- respondió Julio badtante sorprendido.

-Llevamos ocho meses acostándonos... Creí que eso significaba algo... - respondió ella con bastante pena.

-¿A cuantos más te has tirado en estos ocho meses? - dijo Julio con rintintín. Ella alzo las manos mostrando 9 dedos mientras agachaba la cabeza.- Ves. Me repetiste mil veces que no era nada serio, al igual que yo te lo repetí a ti. Somos amigos y punto. -añadió él.

-Amigos que se acuestan a veces - afinó ella acercándose a su cuello. Le besuqueó el cuello hasta alcanzar su boca.

-Lorena déjalo ya- dijo Julio muy enfadado apartándola. Se abrió la puerta del ascensor y ambos entraron- Lo siento pero no nos vamos a acostar más. No quiero volver a saber nada más de ti respecto a ese tema. Como amigos lo que quieras. -Lorena asintió.

-Lo entiendo... Solo que... Creo que me he pillado de ti... -confesó ella justo cuando la puerta del ascensor se abrió en recepción. Ambos salieron y Julio acompañó a Lorena a la calle. - Me he acostado con 9 chicos más aparte de ti, pero en estos últimos meses tú has sido el único...

-Tú no. - dijo él muy tajante.

-Lo sé. Solo quiero que recuerdes que hace ocho meses dejé a mi novio por ti. - le reprochó ella.

-Ya te dije entonces lo mismo que te he repetido cada vez que nos hemos acostado. No quiero nada serio.

-Ya... bueno... Sé feliz cielo. - se despidió Lorena mirándole a los ojos con los suyos llenos de lágrimas. Él la abrazó y le susurró al oído un Lo siento.

Julio volvió a la habitación.

Abril estaba tumbada en la cama con la toalla enroscada al cuerpo y con la cara contra la almohada.Tras aquel invidente decidió darse una ducha de agua fría para relajarse. Julio se sentó a su lado y comenzó a besarla la espalda.

-¿Estás bien nena? - preguntó Julio metiéndole una mano en la entrepierna. Ella alzó la cabeza y le miró. Tenía los ojos rojos. Había estado llorando. - Eh ¿qué ha pasado? Cuéntame. -dijo Julio con un tono cálido.

-Julio cuéntame la verdad ¿quién era esa y qué hacía aquí? - preguntó Abril entre sollozos. Le miró a los ojos y él empezó a llorar.

-Pero... -comenzó diciendo Julio pero en seguida se percató del carrito de comida del restaurante que estaba al fondo de la habitación. -Lo siento nena... no quería que te enfadaras... Es una vieja amiga. La chica con la que no pude terminar porque apareciste tú de verdad solo eso... No me dejes... -dijo Julio con desesperación. Sabía que no eran pareja pero en aquel instante lo parecía. A pesar de la situación: ella llorando a centímetros de él y él llorando por haberla mentido, una parte de él se sentía bien porque parecía una relación.

-No me voy a ir a ningún lado. Quiero intentarlo contigo, pero no quiero mentiras. - dijo Abril. Sabía que él quería oír eso y ella necesitaba decirlo. Nunca había sentido cosas tan rápido, y necesitaba sacarlo fuera. Tras estas palabras Julio se abalanzó sobre ella y la besó tan fuerte que la cama crujió.

-Entonces... ¿quieres salir conmigo? -preguntó él dudando.

-Sí. -respondió Abril mostrando una sonrisa detrás de esa cascada de lágrimas y le devolvió el beso.

Ambos se desnudaron en cuestión de segundos. Julio la tumbó en la cama sin dejar de besarla y separó sus muslos. Agarró fuertemente uno de sus muslos y la penetró con su miembro más erecto que nunca. Ella se corrió al instante, tras lo cual comenzó a jadear y a dejarle marcada la espalda con sus finas uñas. Volvió a correrse, una y otra vez. El flujo de Abril hacía que Julio entrara y saliera más rápido de ella hasta que la temperatura alcanzó el tope. Él se deshizo en ella y ambos cayeron rendidos en la cama.

Incondicional.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora