Capítulo 22

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N/A: Cuando vean ** pongan la canción de multimedia, disfruten el cap.

Mackenzie POV

Mi madre nos había invitado a comer a Hudson y a mí, estaría Robert presente, al parecer él tenía curiosidad de saber quién era el padre de los bebés y ver si me convenía o no. Yo traté de decirle a mamá que eso no era necesario, todos sabíamos que si me quedaba con Hudson terminaría con el corazón echo cenizas.

Ella no me hizo caso, así que estoy esperando a que Hudson pase por mí, ya se nos está haciendo tarde y no quiero que Robert tenga una mala primera impresión de Hudson. Aunque...si lleva una mala impresión sobre él, sabrá que no me conviene y regresaremos a lo que ya sé sobre él. ¿Entonces para qué vamos?

Mi celular sonó, era un mensaje del orangután.

"Estoy aquí afuera, por favor baja que vamos tarde".

Ni siquiera le respondí, total en unos minutos lo miraría. Al salir del edificio no pensé ver a Miss Venezuela apoyada contra la puerta del carro de Hudson.

¿Qué demonios hacía ella aquí?

No pude quitar mi cara de fastidio lo suficientemente rápido para que Hudson no la viera, se acercó en dos pasos a mí.

-¿Tendremos otra invitada?- siseé entre dientes.

-No, es que su coche se descompuso a unas calles de aquí y me llamó para que la ayudara...por eso tardé en llegar- vi en sus ojos preocupación, él sabía a la perfección que esto no me agradaría. Ya va conociéndome.

-Entonces, ¿qué harás con ella?- dije medio susurrando ya que la tipa no estaba muy lejos.

-¿La llevaremos a su casa?- preguntó en lugar de afirmar.

-Ok, tú la llevas a su casa, yo me voy a lo de mamá en taxi- empecé a caminar pero me detuvo del brazo.

-No preciosa, por favor ven conmigo, no tardaremos nada.

-Hudson, ya vamos malditamente tarde, si a ti no te interesa la comida de mi mamá a mí sí, tú siéntete libre de hacer lo que quieras- me alejé de él para ir a buscar un taxi.

-Hola Mackenzie- dijo angelicalmente Miss Venezuela.

-Tú no me hables cerda anoréxica- espeté sin verla. Bendita sea Katie por enseñarme sus insultos, son geniales. Tenía que cruzar la calle para tomar el taxi, me detuve al ver que un carro iba a pasar.

-Hudson, si se quiere ir, déjala, no le ruegues- dijo con voz chillona la estúpida. El no oír respuesta por parte de Hudson, me inyectó más coraje y con paso decidido iba a cruzar ahora si la calle. Está loco si piensa que iré en el mismo auto con esa chica, probablemente iría con ella sólo si pudiera asesinarla en el camino.

-Que no, Hudson- insistió la chica cuando yo ya había avanzado unos cuantos pasos, me giré para verlos y los dos estaban tomados de la mano.

Hudson movía con fuerza su mano para liberarse del agarre, él me miró para después mirar hacia la derecha, abrió gigantemente sus ojos y me vio, el terror puro se reflejaba en su rostro.

-Mackenzie- gritó desgarradoramente, miré hacia mi izquierda al escuchar un ruido muy fuerte, un carro venía a toda velocidad hacia mí, se miraba que estaba aumentando la velocidad en lugar de tratar de frenar. Me quedé congelada en mi lugar, viendo al conductor y lo siguiente que vi fue nada...sólo miraba una luz blanca cegadora y pensaba en mis bebés sin parar.

¿Ya había muerto y por eso miraba así?

-Mackenzie, por favor respóndeme, mi amor, háblame- una voz desesperada se escuchaba al fondo, parpadeé unas cuantas veces hasta que por fin distinguí a la persona que tenía enfrente.

Hagamos un trato ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora