Hagamos un trato ©

Capítulo 17

Mackenzie POV

¿Por qué tengo que seguir estudiando? Me faltan dos meses para por fin acabar de ir con los maestros, aunque tengo que esperar a que mis demás compañeros terminen para así poder ir a la graduación. Un mes más y Annie estará sufriendo igual que yo, tristemente yo no iré a la universidad, bueno es triste para Annie para mí no tanto.

En esta semana me he desvelado más, estoy por hacer los exámenes y eso incluye trabajos a montón. Marlene me da permiso de avanzarle a mis trabajos cuando no estoy haciendo nada en la florería, ella es un amor con patas. Sin embargo, sigo con unos ojeras de los mil demonios...no me miro muy bien que digamos.

Ahora que recuerdo ayer estaba con Jase viendo una película por la noche y no sé cómo llegué a mí cama, al parecer me quedé dormida. Me extendí por toda la cama y con mi brazo sentí cuando aplastaba una hoja.

"Dormilona, buenos días. Ayer te quedaste dormida en el final de la película (no te preocupes te contaré el final) y te llevé a tu cama. Trata de dormir más, si quieres te puedo ayudar con algunos trabajos, sería un placer ayudarte con tu tarea...mentira, ¿tarea de nuevo? ¡Asco! Pero por ti hago mi trauma a un lado y te ayudo, te dejé esta nota en la mesa de enseguida por si acaso no mirabas ésta. También pegué una en el techo para cuando abrieras los ojos vieras el papel, espero que hayas visto alguna.

Te quiero.

Jase"

Volteé hacia la mesita y ahí estaba otro papel exactamente como éste, giré lentamente hacia el techo, no creo que haya puesto uno ahí, me hubiera dado cuenta. Pero, sí había un papel ahí. ¿Cómo lo pegó? Solté una carcajada por sus ocurrencias.

La semana con Jase ha ido realmente bien, no me equivoqué al pensar que era un gran chico. Por otro lado, con Hudson las cosas son raras, como mi plan de ahorrar hasta el último centavo sigue en pie, he querido irme dos días entre semana en autobús al trabajo pero Hudson se niega y él me lleva y me recoge.

Supongo que eso no tiene nada de extraño, pero se comporta raro, en el sentido que siempre me quiere abrazar por la espalda, me dice cosas lindas, me trata de hacer reír a cada instante...no me acostumbro a ese nuevo yo. No negaré que cada vez que hace todas esas cosas mi corazón y mi estómago se ponen en huelga y hacen lo que les da la gana.

Mi corazón no para de latir rápidamente, siento que hace miles de volteretas. En mi estómago hay mariposas enfurecidas que se retuercen una y otra vez; pero mi cerebro era sensato y trataba con todas mis fuerzas de ignorarlo, aunque a veces era realmente imposible, si Hudson se hiciera payaso sería famoso.

Eran las 7 de la mañana, hora de dejar mis divagaciones de un lado, tenía que levantarme y alistarme para ir a trabajar. Me arreglé rápido y tomé una dona de chocolate y leche para el camino, más tarde almorzaría como era debido no me regañen.

-Hola, princesa- dijo Jase cuando salí.

-Hey, buenos días- me besó rápidamente.

-Sabes a chocolate.

-Culpa de la dona- la levanté para que la viera y el muy listillo le dio una mordida.

-Sabe mejor en ti- me guiñó el ojo y yo me sonrojé como tonta.

-Bueno me tengo que ir a trabajar, nos vemos más tarde.

-¿Te llevará Hudson?- asentí, hoy era uno de esos días en los que Hudson me llevaba, pero para mí mala suerte no podría recogerme porque tendría una junta...o al menos eso me dijo.