The Power Guardians (TPG)

Capítulo 3. Dominik

14 de febrero de 1901.

Camino rápido por el salón llevando las flores y ubicándolas en los lugares que la señora le indicaba junto con la organizadora, miro de reojo a la mujer que recién había llegado al lugar, Lady Mary Louise Scott, la prometida del joven Knight, ella estaba colgada del brazo de su prometido mientras él dejaba que su hermana le terminara de limpiar el traje, vio como ella miraba mal a Anne y como está la ignoraba para continuar con su respectivo trabajo y cuando creyó haber terminado miro como él le indicaba algo y ella apretó levemente las manos antes de con una sonrisa falsa asentir e irse por donde él le había indicado, escucho de lejos los reproches de la mujer antes de que ella se alejase a hablar con la madre de su prometido, negó con la cabeza mientras terminaba, desde la mañana se había sentido algo en alerta, su hermana había amanecido vomitando por alguna razón y ella a su lado simplemente apoyándola y sosteniendo su cabello, vio de reojo de nuevo y se encontró con la mirada de William enfocada en la de ella, aparto la mirada y siguió con sus quehaceres, obedeciendo a lo que le indicaban y esperando con anhelo que el baile empezara para ella poder retirarse, las sirvientas no necesitaban estar allí, al menos no ella y su hermana.

...

Miro fijamente el cielo nocturno que se cernía sobre ellas, miro de reojo a su hermana y está sonreía mucho viendo las estrellas mientras caminaban por la gran ciudad de Londres, una hermosa vista, Londres de noche era una maravilla en realidad, muy pocas veces iban a la ciudad, aun cuando la casa de los Knight no quedaba tan lejos de la civilización, si quedaba algo apartada, para llegar a Londres ellas debían caminar mucho, razón por la cual eran pocas las veces en las que volvían a su hogar, pasaron por la catedral y rieron al ver a los niños corretear hacia sus hogares, les causo algo de nostalgia y negaron antes de enfocarse en las luces y el esplendor de una tranquila noche en Londres.

Taylor miro las parejas tomadas de las manos y sonrío imaginándose de esa manera algún día, tomada de la mano del hombre que algún día ella amaría, envejeciendo juntos y viviendo cada día como si fuese el primero, sería una buena vida, anhelaba que llegase el momento de entregar su vida a la de otra persona que se asegure de cuidar su inocente corazón. Miro de rejo a Anne, su hermana apartaba la vista de las parejas que paseaban frente a ella y negaba con la cabeza, ella no quería una pareja, no anhelaba un felices para siempre como si lo deseaba la pelinegra, su mirada estaba enfocada en vivir la vida haciendo siempre cosas distintas, probando cada nuevo sabor y eligiendo al azar que retos cumplir, sin un plan estipulado y sin una meta a largo plazo como la de ella, frunció el ceño pensando que ella se perdería de la parte bonita de la vida, pero entonces, el recuerdo le llego fugaz, como una estrella que aparece y desaparece sin dejar rastro, solo aquel que la vio puede admitir que estuvo allí, ese mismo fue su caso, un recuerdo fugaz, de un momento ya pasado y que nunca se ha vuelto a repetir...

<<Miro con la boca abierta a su hermana mientras está afirmaba que no la juzgaba por elegir esperar o buscar al hombre de su vida pero que eso no era para ella.

- Pero Anne... - trato de intervenir pero la pelirroja le dio una mirada mordaz que la hizo callar de inmediato.

- Repito, entiendo que tu creas en el verdadero amor y eso de que las almas gemelas se buscan y que los opuestos se atraen y toda esa ridiculez del amor eterno, pero yo no soy así, el amor es una ilusión, los hombres de una mujer lo único que siempre han buscado y que siempre buscarán es intimar, está en su lista de prioridades junto con buscar la manera de reproducirse, comer y algún día morir, es así de sencillo, está en su biología

- Pero lo que lees en los libros... ¿No deseas tú también eso? – pregunto y vio el atisbo de la esperanza aparecer en el rostro de su amiga antes de desaparecer muy rápidamente