CAPÍTULO 11

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Narra Charlotte

Siento la mejor comodidad del mundo, un frio de aire acondicionado refrescándome, almohadas al mi alrededor, una cobija súper suave tapándome hasta el pecho. Abro los ojos y no estoy en la habitación que me estoy quedando, me pregunto qué hago aquí, ¿esta será la habitación de Jansen?, volteo mi cara y veo a Jansen durmiendo a mi lado, con su cabello alborotado y vestido con la misma pijama de esta noche, me da tanta ternura verlo así, quisiera pasar mi mano por su cabello, pero se ve que está descansando muy bien, una sonrisa sale de mí. Salgo de la cama y arreglo el lado donde dormí, camino hacia la 'puerta y salgo, camino hacia la habitación que me estoy quedando y voy a su baño, me cepillo los dientes, me doy un baño y peino, salgo, agarro mi maleta y escojo que ponerme. Decido colocarme un top negro con una falda acampanada rosa oscuro (casi tirando a rojo) empieza desde mi ombligo y termina hasta 10 dedos arriba de mis rodillas. Mi estómago gruñe, el hambre se apodera de mí así que agarro mi celular y mis audífonos, salgo, bajo las escaleras y me dirijo a la cocina. Me pongo mis audífonos y los enchufo al celular, pongo música, veo la cocina y me quedo pensando que hacer, abro la nevera y me quedo pensando que voy a cocinar, la cierro y reviso las gavetas, las cierro y miro el techo

— ¿Qué le gustara a Jansen?— me pregunto a mí misma

¡Ya se!, emocionada empiezo a bailar la música de mi celular mientras busco los ingredientes, después que los saco y los tengo organizados empiezo a preparar el desayuno, hare unos waffles, agarro los huevos y empiezo a cocinar. Bueno cuando termino de cocinar coloco los waffles, que increíblemente me quedaron redonditos y lindos en un plato y echo miel encima de ellos, agarro unas fresas y las pongo en el plato, dos fresas para cada uno, también pongo un cuadradito de mantequilla en ellos.

Aun no quiero comer, quiero esperar a Jansen, recojo y limpio todo aun bailando y cuando guardo la última cosa.

—Buenos días querida Charlotte— escucho atrás de mí, me volteo y lo veo esta recostado de unas de las paredes de la cocina, aun esta despeinado, tiene solo la parte de abajo de la pijama.

—Buenos días, me has pegado un susto bello durmiente— él sonrió liberando una leve risa. —Hice waffles, espero que te gusten. — dije dándole su plato.

—Guau gracias Charlotte, es muy amable y lindo de tu parte— me dice acariciándome una mejilla y después besándomela.

El saca de la nevera unos vasos y sirve un jugo de patilla para los dos.

—Ven— lo sigo hasta el comedor, nos sentamos y empezamos a disfrutar el desayuno

—Mmmm delicioso, ¿cómo sabias que me gustas los waffles?

—En realidad no lo sabía

—Ahora ya lo sabes.

—Jansen, una pregunta

—Ajam— dice mirándome fijo y masticando.

— ¿Y eso que amanecí en tu cama?

El traga— ¿Te molesto?— pone cara de extrañado —Te lleve porque te quedaste dormida allá en la piscina, también porque no quería que estuvieras sola en esa habitación. Lo siento

—No me molesto, y no te disculpes por eso. — Miro mi comida y me meto un pedazo de ella en mi boca.

— ¿Cuál es tu comida favorita Charlotte?

—El arroz con pollo— digo sonriendo— sencillo pero delicioso

—Estoy de acuerdo... sabes tengo Coca—Cola en mi refrigerador.

—Solo me gusta en las fiestas Jansen, los demás días soy más saludable.

—Se nota— sonríe — ¿A qué hora quieres que te lleve a casa?

Cada rosa tiene sus espinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora