AYÚDAME

Capítulo 5

Estoy caminando, en esta gran ciudad, sola como siempre.
¿Por qué no puede pasar lo que pasa en los cuentos de Adas? ¿por qué a algunas personas les toca una vida llena de amor, que las salvan cuando caen en depresión? ¿cual es mi defecto?
-tu defecto es que eres una inútil- dice mi subconsciente, atacando.
Al llegar a mi casa, abro la puerta y compruebo que mi madre todavía no a vuelto de Inglaterra "gracias a Dios".
Abro la puerta de mi cuarto y me dirijo al baño.
Saco mi navaja del cajón y contemplo mi muñeca llena de cortes.
"Ya son muchos" "uno más no me hace nada".
Comencé trazando una línea y gotas de sangre calleron por el piso, el dolor ya no era el mismo de antes, antes dolía mucho, pero ahora menos, ya que me fui acostumbrando con el tiempo.
Odio mi vida, odio el instituto, odio a Paloma, odia a Nicolás... ¡Nicolás! ¡el proyecto! me olvidé por completo, tengo que salir a comprar los materiales, es para el lunes.
Deje la navaja en mi cajón y me sequé la muñeca, llena de sangre, con un poco de papel higiénico.
Salí rápidamente y me dirigí a Plaza Central, ya que ahí hay muchas tiendas...y Santiago...bueno ese no es el punto, no estoy llenado por él... ¿a quien engaño? Bueno si, me gusta un poco, por lo encantador que es y todo eso, pero no estoy enamorada.
Tomé el autobús, y me senté enfrente de dos chicas, quien comenzaron a besarse.
"Esto es asqueroso" no estoy en contra de los gays pero me parece desagradable que hagan una cosa así en público.
Bajé de el autobus al llegar a mi parada y comencé a mirar por todos lados en busca de...¿Santiago?, no puedo creer que lo estoy buscando a él, esto es ridículo, tengo que concentrarme en...
-¿me buscabas?- dijo una voz a mis espaldas interrumpiendo mis tontos pensamientos-
-ehh...no, buscaba una librería- me sudan las manos, su mirada es intimidante-
-pues no parece, la librería esta en frente de tu nariz- dirigí la mirada hacia el lugar indicado, no me había dado cuenta-
-ah si, gracias- seguí caminando pero el me detuvo-
-espera, no te vallas...- tocó mi brazo y mi piel se puso de gallina-
-Santiago no estoy para...-
-¿recuerdas mi nombre?- me interrumpió-
Juro que puedo ver mi cara, roja como un tomate.
-claro...me lo dijiste ayer ¿no?-
-si- puso una sonrisa pícara-
-no te emociones tanto- intenté seguir caminando pero me detuvo-
-¿desde cuando eres tan habladora?- sus hoyuelos se marcaron-
-con más razón, sueltame y hagamos de cuenta que nunca nos conocimos ¿ok?- dije intentando que me soltara-
-vamos no seas aguafiestas- me soltó el brazo pero no intente irme- solo déjame conocerte-
-no- dije decidida-
-bueno...-suspiró- yo te advertí- ¿que?-
Me agarro de las piernas y me cargo, intenté hacer que me soltara, pero mi berrinche fue en vano.
Me acerco a la fuente de agua.
-¡¿que es lo que se supone que estas haciendo?!-
-si no me dices tu nombre, te tiro al agua- dijo divertido-
-no te lo diré- me soltó pero no lo suficiente para que caiga al agua, sino solo para que me asustara-
-dímelo- ordenó-
-Elizabeth...- dije en un tono casi inaudible-
-¿que?- preguntó haciéndose el sordo y haciendo el acto seguido de asustarme-
-Elizabeth- dije un poco más fuerte, pero con miedo de caer al agua-
-¿como?- preguntó riendo-
-¡Elisabeth!- grité y los dos comenzamos a reirnos.
Me apartó del agua y me bajó, pero sin dejar de reír.
-bueno Eli, ¿quieres pasar la mejor noche de tu vida?-
-la verdad, es que no soy mucho de salir, y no- puse una sonrisa falsa-
-oye chica...-pasó la mano por su pelo- me estás haciendo la vida imposible- sonrió y se marcaron sus hoyuelos.
Me sonroje por completo, este chico hace un efecto raro en mí, ¿como en tan poco tiempo puede tener tanta confianza?
-¿por qué te sonrojas? No seas tímida- dijo en tono seductor acercándose a mí.
Por un momento me siento perdida, perdida en sus ojos verdes hacercandose a mí.
-chau- dije separandome de él-
-¿no vas a ir a la librería?- dijo siguiendome-
-otro día, cuando no estés para distraerme-
-¿cuando te volveré a ver nena?- mis pelos se pusieron de punta-
-nunca- dije decidida-
-sé que volverás a venir- mordió su labio inferior- ninguna se me escapa-
-pues yo sí- afirmé-
-eso ya lo veremos- corrió un mechón de pelo rubio de mi cara- dejame invitarte una copa ¿si?-
-no tomo-
-¿a una discoteca?-
-no me gustan- suspiró pensativo- Santiago, olvidalo-
-dame tu número-
-no...- lo miré seria-
-por favor- suplicó-
-no Santiago, no me conoces, no sabes quien soy en realidad, no sabes como soy en el instituto...-
-quiero conocerte-
-no, te aseguro que no quieres- bajé la mirada-
-si quiero, me pareces una chica misteriosa, quiero conocerte, no me interesa como eres en el instituto, pero me estás matando por dentro, me mata verte pasar, y me mata que te desee tanto- mordió su labio inferior de una manera provocativa-
-lo siento pero no...- salí corriendo sin dejarle tiempo para que me siguiera.
Todo lo que dije es verdad, no quiero que me conozca, no quiero que se avergüence de mi y que me parta el corazón en dos, siempre pasa, alguien me conoce y me odia.
Mientras que caminaba en la oscuridad de la calle, algo en mi bolsillo comenzó a vibrar...
-¡ay no!- dije al contemplar lo que tenia en la mano.
Esto tiene que ser una broma, tengo un celular, que no es mío y que le acaba de llegar un mensaje:
-veo que ya te diste cuenta, puse mi celular en tu bolsillo y yo tengo el tuyo, y tú número, nos volveremos a ver princesa, no vas a escaparte tan fácilmente de mí. Besos
Me río para mis adentros, este chico es un loco, locamente lindo.