love

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Makoto abrió los ojos en medio de la oscuridad, no veía absolutamente nada y raramente no se podía mover.
Solo oía el palpitar de su corazón y la de su respiración. Sus ojos no se acostumbraban a la oscuridad, pero percibía que estaba sentado con las manos amarradas y los pies también. A causa del frío piso podía sentir que se encontraba descalzo y solo llevaba sus pantalones y su camisa.

¿Cómo había llegado allí?

¿Porque se encontraba en ese lugar? Todo le dio vueltas y recordó.

Yamazaki, un muchacho alto de pelo color azabache y ojos azules claros. Un hombre de buen corazón, lo metió en su taxi, lo llevo al central Park y fueron para donar dinero a una señora pobre. Luego caminaron, intercambiaron palabras... el lo beso, subieron al taxi nuevamente y lo que sucedió después fue borroso.

《Tonto, e ingenuo》 sólo esas dos palabras se pasaban por su cabeza ¿Cómo pudo confiar tan de repente en alguien que no conoce? Se dejó llevar, y se dejó ser amable. Se dejó llevar por lo que le decía su corazón, por la impresión y la alegría de que había encontrado a alguien de su mismo país. No todos son buenos e ingenuos como el, no en Nueva York.

Alejo los pensamientos y se dispuso a pensar cómo saldría de ese oscuro lugar, el se encontraba amarrado y todo era oscuro.

Tenía dos opciones. Una, tratar de caer al suelo con la silla y arrastrarse hasta algo parecido a una puerta y la dos esperar a que alguien aparezca.

Makoto no era de realizar cosas extremas como la primera, Cuando estuviese en el suelo quizás ni se movería. El mismo se pondría en ridículo.

Optó por la segunda opción, y espero.

Minutos, los minutos se volvieron horas y Makoto se moriría si no viese aunque sea algo de luz o quizás moriría de aburrimiento. Comenzó a tararear una canción, y lentamente iba subiendo el tono de su voz, hasta llegar al punto de gritar. Si gritaba al menos alguien vendría y quizás le saque de ese lugar... o peor. Le dejarían ahí sin importar lo que haga.

Pero grito, dejó la canción y grito ayuda. De todas formas sólo quería ver la luz de algo, quería saber donde estaba, oír la voz de alguien. Saber que no sería secuestrado por siempre, o que no le venderían su cuerpo. O que no le quitarían un órgano.

Entonces, la puerta se abre.

Makoto ve al muchacho de la noche pasada, con sus ojos puestos sobre el y la luz que provenía detrás de el. Se sintió un poco aliviado pero no del todo.

-¿Acostumbras a cantar cada vez que despiertas? -dijo con un tono sutil, Makoto frunce el ceño, enojado.

-¿Quien eres realmente y porque me tienes atado?

El hombre soltó una sonrisa amigable.

-Yamazaki Sousuke y estas atado para que no escapes.

Makoto sintió que le estaba tomando de pelo ¿Hablaba en serio?

-Estoy hablando en serio-demando Tachibana.

El hombre no se inmutó a sonreír o a cambiar su expresión, la permaneció mientras Makoto pensaba las miles de manera de como escapar. Sin embargo, Yamazaki consiguió un ligero sonrojo en sus mejillas.

-¡Tu me gustas! Es por eso que te tengo amarrado aquí.

¿Cómo?

¿El hombre hablaba en serio? ¿o le estaba tomando el pelo? ¿Cómo podía ser que de guste de el si apenas pasaron un día juntos?

-No digas mentiras, no es posible que te guste. Ademas, si fuera así no me tendrías atado.

-Lo hice para que a la mañana no te escaparas.

coffee in NY >> soumako.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora