- Eh, Alex. -me mira. Puedo sentir la ira que recorre su cuerpo, y retrocedo- ¿Que te pasa ahora?
- No puedes ir por ahí fingiendo que no te importo
¿Que mierda?
- ¿De que hablas ahora, anormal? -pregunto, alzando una ceja al ver su sorpresa.
- ¡He visto tus cartas! ¡Tus dibujos!
Abro los ojos, pasmada y tratando de asimilar lo que ha dicho. Connor se pone rígido a mi lado, había olvidado que estaba allí. Alex respira, probablemente tratando de relajarse.
- No entiendo de lo que hablas, así que puedes irte -muevo las manos delante de mí, como si espantara una mosca-. Shu.
- Y tú no te hagas la desentendida. He visto todos tus sentimientos en esa hoja. Digo, cuaderno -se corrige, con una mirada de autosuficiencia. ¿Se refiere al que vino a entregarme?
¡Imbécil!
- Que bien. Entonces verás que son de hace algún tiempo ya, ¿no? Podría decirte que de hace años.
- ¿En serio? Pues verás... -dio un paso, jugando con sus manos- Has dibujado perfectamente como me veía en la enfermería aquella vez... Hace menos de unos días.
Oh... Pues...
- Basta - Connor se coloca frente a mí, sirviendo de escudo.- He escuchado lo suficiente, y ya deberías dejarla en paz pedazo de imbécil.
Por lo menos lo llamamos igual.
- ¿Y que le da derecho a dibujarme?
- ¡Libertad de expresión! -exclama, como si se hubiera ofendido- ¿Te suena familiar? ¿O debo escribirlo para que entiendas?
Alex bufa, y se pasa una mano por el cabello mientras la otra va al bolsillo de sus jeans.
- Como quieran, par de raros. Pero espero sea la última vez que vea sus rostros a menos de cinco metros del mío.
Se dio la vuelta para empezar a caminar, cuando Connor responde:
- El que se acercó después de espiarnos en los arbustos es otro.
Alex se detuvo un instante. Apretó sus puños, y siguió su camino. Connor se relajó y volteó a verme.
- ¿Todo bien? -asentí, y el me entregó una de sus cálidas sonrisas. Pero se esfumó para transformarse en una mueca.- ¿Que le pasa? Hace unas horas era alguien buena onda...
Me encogí de hombros, y sujeté más fuerte la chaqueta sobre mis hombros.
- Es... normal, creo. -el negó con la cabeza.
- Debería decidirse de una vez por todas como quiere comportarse... Ya he aguantado mucho tiempo esto de el. -Abrí la boca para preguntar. ¿A que te refieres? Pero se me adelantó y dijo: Deberíamos volver, no quiero que te enfermes.
El camino de vuelta fue bastante rápido. Cada vez que abría la boca para volver a sacar el tema, el lo evadía. Finamente, me resigné a ya no poder obtener respuestas mientras abríamos la puerta. Nuestras madres nos miraron, al parecer interrumpiendo una conversación para poder voltear a vernos.
- Amy, cariño. ¿No quieres acompañar a Connor a su habitación? -dijo la mamá de Connor, y al ver mi cara de sorpresa añadió- Solo será un momento, linda. Connor, andando.
Connor gruñó algo por lo bajo, y me señaló las escaleras. Me sentía incómoda entrando a la habitación de un chico, pero no era nada del otro mundo, ¿no? Abrió la puerta, y me indicó que entrara. No supe que hacer, así que solo me quedé quieta en la mitad de la habitación. Connor rió por mi reacción.
- Toma asiento en la cama -me acerqué lentamente mientras el revisaba algo bajo la televisión. Volteó a verme, al mismo tiempo en que me sentaba.- ¿Quieres ver una película? O bueno, lo que alcancemos a ver de ella -murmuró indeciso.
- Claro -sonreí mientras el la colocaba- ¿De qué trata?
- Pues... -se sentó junto a mí, y no supe como reaccionar. Decidí mirar mi regazo- Puse una al azar. ¿Quieres averiguar? -sonrió divertido.
...
- Bah, no pensé que sacaría una romántica, honestamente -dijo al pasar un rato. Lo miré.- Esperaba sacar algo de miedo... -balbuceó algo, y logré entender la frase de "...para que me abrazaras o algo."
- Tampoco está tan mala -comenté, tratando de sacar conversación. Mientras, en la película el chico seguía escribiendo una canción para la chica.
Pero Connor se quedó en silencio. Por el rabillo del ojo, vi como observaba sus manos, y parecía estar decidiendo hacer o no hacer algo. Sus manos se quedaron quietas, y me miró. Me asusté por el cambio tan repentino, pero le devolví la mirada. ¿Le pasaba algo?
- ¿Connor estás-?
No me dejó terminar la frase. Su rostro se había acercado demasiado pronto al mío. Su mano se acercaba lentamente a la mía. Pude sentir su respiración, tratando de calmarse. Sus labios estaban apenas a centímetros de los míos. Sus ojos me observaban, y no me había dado cuenta del hermoso color que tenían. Se acercó un poco más. ¿El iba a...?
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Mi idiota, ¿Mi problema?
RomanceAmy y Alex son polos opuestos. Una chica tímida y un idiota de primera. Lo único que tienen en común es que ambos nombres comienzan con la misma letra. ¿Por qué habrían de juntarse ahora? "- Aguafiestas - Idiota - ¿Es que no te cansas de llamarme as...