- ¡Que puedo caminar! - insistí molesta, por cuarta vez
- No
- ¿No qué?
- No de no - bufé y traté de apartarme, pero sujetó mi mano más fuerte.
Estábamos camino a la enfermería y yo insistía con que podía caminar, pero Alex siempre contestaba lo mismo.
- ¡Que no!
- ¿Por qué? Solo tengo mi brazo sobre tu hombro, no es distinto - le dije explicando la situación.
Alex suspiró y me levantó en brazos, como princesa.
- P-pero ¡¿Que haces?! - dije moviendo los brazos tratando de bajarme, inútilmente.
- Ahora si te estoy llevando, ¿Feliz? - preguntó sarcástico
- Parece que no entiendes...
- Ahora te estoy llevando, no te quejes - dijo frío, y me sentí mal.
- Esta bien, ¿Algo más que quieras comentar? - pregunté aburrida.
- No, ya llegamos - dijo bajándome, no con mucha sutileza.
Entramos a la enfermeria, me coloqué junto a Alex y toqué la puerta para que se notara nuestra presencia. La enfermera, que estaba sentada, se levantó y nos observó, pero al ver mi nariz ordenó que me sentara.
- ¿Por qué sangras, linda? - preguntó
- Me golpearon con un balón - dije sonriendo falsamente a Alex.
- Es un misterio, nunca sabremos quien fue - dijo Alex negando con la cabeza.
- Pero fue-
- Un misterio - dijo interrumpiéndome
- Aha - la enfermera me entregó un poco de hielo. - Si quieres recuéstate - dijo la enfermera amablemente.
Me recosté en la camilla en la que estaba sentada mientras que la enfermera salía de la habitación ya que iba a buscar a alguien. No nos dijo más, pero nos amenazó con que si tirábamos algo, tendríamos que lavar todos los baños de la escuela. Nos quedamos en silencio.
- Así qué, ¿fue un misterio? - le pregunté a Alex imitándolo
- Oh si, pero tendrías que tener cuidado hacia adonde apuntas la cara - dijo
¿Que?
- ¿Adonde yo apunte la cara? - el asiente - tendría que tener cuidado el que tira hacia arriba, cuando el pase es hacia el frente - dije obvia
- ¿Y que hacías tu allí en primer lugar?
- ¿Te importa?
- Por algo pregunté - dijo obvio
- No, no te importa - dije mirando hacia otro lado
- Eres realmente molesta... - dijo aburrido
- Será que soy buena persona - dije corrigiéndolo
- Y yo soy Santa - me miró burlón
- Entonces... Quiero el poni de hace siete años - le dije
- ¿Sabes que-
- Mi poni - dije interrumpiendo
Alex tomó un bolígrafo, una hoja y dibujó algo de espaldas a mi. Estuvo 5 minutos en eso y luego se volteo a verme.
- Aquí esta tu poni - me mostró orgulloso el dibujo de una patata con cola y brillos. Con corazones. Y decía: Aquí esta tu poni, de Santa :)
- ¿Que es esto? - pregunté conteniendo la risa.
- Un poni
- Esto es una patata
- Es un poni patata
No le va a ir bien como artista
- Esta bien - dije guardándolo en el bolsillo de mis jeans. Voltee para verlo, pero Alex ya me miraba fijamente - ¿Tengo algo?
- No, es solo... me pareces conocida - comentó ladeando la cabeza - ¿Cuanto llevas en la escuela?
- Un par de años
- No te había visto antes... - auch. Su celular resbaló de su bolsillo y lo recogió. Creo reconocerlo también.-
- ¡Oye! - dije. Me miró extrañado. No, no puede ser el chico de la mañana, ese era más simpático - Eh... nada. - asintió confundido y miró por la ventana.
Hubo un silencio incómodo, y ninguno de los dos parecía saber que decir (A Alex parece no importarle). Observé su perfil, es realmente lindo desde cualquier ángulo. Dirigí mi vista hacia la mesa donde Alex dibujó mi patatacornio, y noté que hay una hoja en blanco y una lapicera. Me siento en la camilla y trato de alcanzarlos, mi brazo no es lo suficientemente largo, y Alex sigue mirando la ventana jugando con sus dedos. Me rindo y me levanto de la camilla, doy un par de pasos y cojo la hoja y la lapicera. Me siento en la camilla y trato de dibujar. Hago un par de trazos, no se que hago. Pero cuando el dibujo toma forma, me doy cuenta de que acabo de dibujar el árbol que Alex parecía observar hace un rato.
Avergonzada trato de que Alex no haya notado nada, y lo escondo tras mi espalda.
- ¿Que escondes? - pregunta curioso y trata de ver el papel.
- N-Nada - Alex se levanta y trata de quitármelo. Me pongo de pie sobre la camilla y alzo el brazo tratando de que no lo alcance.
Alex en uno de sus saltos de gigante logra quitarme el papel. Trato de recuperarlo, pero el lo sostiene con ambas manos arriba mientras lo observa.
- Quien lo diría, ¡La enana tiene talento! - me dice. Siento el rubor subir a mis mejillas y miro hacia otro lado.
- ¡Mentira! Ahora dámelo - exijo con el brazo extendido hacia el
- ¿Que vas a hacer si no te lo doy, enana? - agita el dibujo en el aire
- Pues... - no lo sé, solo dámelo y no sufrirás mi ira de pitufo - ¡Solo dámelo y listo! - bajo de la camilla y salto para alcanzarlo, pero el es mucho mas alto y se ríe de mi.
- Que tierna, mira, te doy ventaja - baja el brazo unos centímetros, pero sigo sin alcanzarlo.
- ¡Dámelo, idiota! - digo saltando todavía, sin lograr acercarme.
- Um... - pareció pensarlo - No - dijo riendo ante mi cara
- ¡Dámelo ahora! - al terminar la frase tropiezo con el bolígrafo, pierdo el equilibro y caigo sobre Alex, haciendo que ambos terminemos en el suelo.
Terminé sobre el y con las manos sobre su pecho. El esta tirado con los brazos extendidos, y ha soltado el dibujo. Ambos nos miramos sorprendidos.
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Mi idiota, ¿Mi problema?
RomanceAmy y Alex son polos opuestos. Una chica tímida y un idiota de primera. Lo único que tienen en común es que ambos nombres comienzan con la misma letra. ¿Por qué habrían de juntarse ahora? "- Aguafiestas - Idiota - ¿Es que no te cansas de llamarme as...