*cause a heartbreak start with a broken heart...*
— ¿Te gusta esa canción? — preguntó — es una canción de una banda llamada Feeling every sunset. Son buenos, aunque no me identifico con todas sus canciones.
Su teléfono dejó de sonar. Él seguía hablando:
— Me identifico más con las canciones de Breaking Benjamin, tiene una canción llamada "without you", que me llegó al corazón cuando la escuché. ¿Y a ti? ¿qué música te gusta? — le quitó el pañuelo.
— La música clásica... aunque también me gusta el pop... — Le volvió a poner el pañuelo.
— Hay otras bandas como Bring me the horizon. Tienen una canción llamada "can you feel my heart?". Me gusta mucho como dice, va más o menos así: "can you hear the silence? can you see the dark? can you fix the broken? can you feel? can you feel my heart?" lo mejor de todo es que canta y grita al mismo tiempo. También me identifico mucho con la letra, ya que dice: "forget my feather! I love you mother!", y ese el resumen de mi vida en un verso. Es increíble como la música puede llegar a ser nuestro mejor psicólogo. De hecho, estudios comprobaron que la música ayuda a liberar nuestras emociones, a veces, hasta las controla.
El teléfono de Jay volvió a sonar. Pero él no contestaba. Hasta que después de que sonara 3 veces más, se artara y contestara.— Hola. Un segundo, te pondré en altavoz, estoy ocupado.
Una vez en altavoz, Jay siguió pellizcando el busto de Carly. El pañuelo podía enmudecerla, pero aún se escuchaban sus gemidos de dolor.
— Listo amigo, ¿qué tal? ¿cómo va todo?
— Bien bien... ah... escucha, fui a visitar a Carly y no estaba. La fui a buscar en su trabajo pero no estaba allí, ¿no la has visto de por casualidad? — el corazón de Carly se rompió, era su prometido, William. Sus gemidos dejaron de oírse, y dejó de moverse.
— ¿Tú tampoco? Pensé que ustedes dos se habían escapado o algo.
— No nada de eso, pero es que nisiquiera me contesta el teléfono, y tampoco está en casa de sus padres. Y pues, como tú eres su mejor amigo, pensé que sabías algo.
— Pues por desgracia no — a Carly le sorprendió la naturalidad de Jay al hablar. De verdad parecía que no sabía nada de ella. Comenzó a hacer ruidos — seguramente está con sus amigas o algo, recuerda que ella es la única que trabaja de día; se lo habrá tomado libre y decidió estar con ellas.
— A lo mejor. ¿Pero de verdad no la has visto?
— Pues sí, ayer la vi en la noche sacar la basura mientras yo bajaba del auto, la saludé y eso sería todo. Desde entonces no la veo más.
— Está bien, ¿pero qué suena así?
— Nada, es sólo que veo un documental de historia y están hablando sobre una manera de torturar llamada la silla de Judas o algo así.
— Está bien. Te dejo. Si sabes algo de Carly me avisas.
— Está bien.
Jay colgó.
— ¿Dónde está tu teléfono? — le quitó el pañuelo.
— No lo sé...
Jay sujetó su cabeza y la golpeó fuertemente contra la pared.
— Volveré a preguntar. ¿En dónde está tu teléfono?
— No lo sé...
Tomando el cuchillo, Jay lo acercó a su cuello.
— No gritaré, ya que eso llamará la atención de todos. Así que antes de que enloquezca y te asesine, dime en dónde está tu teléfono.
— Quiero ver que me asesines...
Jay quedó asombrado ante Carly por su valentía al desafiarlo, más fue momentáneo, ya que sabía que ese momento llegaría.
— Inténtalo — volvió a decirle.
Jay soltó el cuchillo, y al levantarse, sujetó a Carly por su cabello y arrastrándola la llevó hasta el baño.
Allí intentó ahogarla varias veces, sacándola siempre cuando ella estaba a punto de perder la conciencia para no matarla, y demostrarle de que era capaz.
— ¿En dónde está? — preguntó por tercera vez.
— En mi cuarto... — respondió llorando.
— Buena chica.
— ¿Por qué quieres saber? ¿Qué vas ha hacer? Si me mandas a buscarlo... todos sospecharán.... ¿cuánto más si tú eres el que va...?
— ¿Quién está despierto a las 1:00 am?
— Nadie...
— Te equivocas — pellizcó fuertemente su espalda — tú y yo lo estaremos esta noche. Vas a ir a tu casa, traerás tu teléfono y un poco de ropa, pero más que todo interior.
— ¿Me dejarás ir sola? — preguntó asombrada.
— No, iré contigo. Si no es por ti, no me doy cuenta de eso.
Carly se arrepintió de haber hablado. Jay, por su parte, volvió a violarla.
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Camino hacia el secuestro
Mystère / ThrillerLa obsesión de apoderó de él, a tal punto que ya no puedo controlarse. Ella era hermosa en todos los sentidos, tanto por fuera como por dentro, lo cual no ayudó a calmarlo. Sumado a eso, las experiencias pasadas de su vida, en las que él siempre h...