«Capítulo 8»

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Poco más de tres horas después Liam y Diane se despidieron de sus hijas y se fueron en su automóvil para ir a Filadelfia a ver la nueva casa y los problemas que tenían además de hablar con el nuevo gerente del lugar de trabajo. En ello Sienna se quedó con Grace en su habitación viendo una película de princesas Disney, en este caso la bella y la bestia. La película que era la favorita de Grace.

Robert se encontraba yendo a su «Hogar» por sus cosas para quedarse aquí. Aunque Sienna le advirtió que ni se le ocurriera aparecer en la casa o él tendría miedo de ella. Si, solo Sienna era capaz de amenazar a un monstruo sin temor. Aunque Robert quien no sabía que hacer se dedicó a ir a las tiendas cerradas y tomar ropa que le quedaba a su cuerpo humano.

Varias prendas de ropa que le llamo la atención además de algo llamado cepillo de dientes, al ver la carnicería en la acera del frente un babeo intenso le surgió al ver la roja carne que goteaba sangre, gota a gota.

Necesita carne, sangre, temor. Y no veía a nadie cerca para matar. Maldijo en el nombre de Sienna por lo de no ir donde ya conocía a una niña y devorarla Bueno, carne es carne. Se metió a la carnicería y tomo un enorme trozo de carne llena de sangre para devorarla de un bocado y sentir el sabor de esta. Tras unos minutos unos ocho kilogramos de carne de la mejor calidad habían sido devorados por este quien quedo con el rostro cubierto de sangre de animal.

Tenía últimamente mucho apetito de sangre más que de carne, En ello Sienna terminaba de acostar a Grace quien se quedó dormida a casi el final de la película. Le beso la frente y la dejo acostada con el conejos de felpa antes de apagar la luz y marcharse a su habitación para desvestirse y meterse a la cama. Apenas entro a su cuarto escucho un ruido pero prefirió omitirlo.

Sienna se desvistió frente al espejo con calma, pasando sus dedos por los moretones que tenía en su cuerpo, más le dolían los de la otra noche que los causados por la dura marca de mordedura entre su hombro y cuello. La piel no estaba inflamada ni infectada, pero de solo ver la marca causó una impotencia.

Quería que desaparecieran prontamente.

- ¿Te gusta mi pequeño regalo? -Pregunto una voz netamente masculina. Sienna giro buscando de donde provenía la voz de este.

Pennywise tarareaba alegremente al saber que Sienna intentaba reconocerlo entre las sombras.

- ¿Dónde estás? -Pregunto tomando la camiseta ajustada para cubrirse el busto rápidamente. De repente, dos orbes amarillos emergieron de la esquina oscura para ir avanzando poco a poco sobre ella.

Mientras este avanzaba con la vista fija en Sienna, se hacía visible. Ella noto la sangre en su rostro y el reconocible aroma a sangre mientras se acercaba a ella, extendió su mano pidiendo que se detuviera, lo que, para su sorpresa el obedeció en el acto mientras Sienna le miraba asqueada.

-Tienes que irte -Exigió Sienna al verle así -Dios, ¿Eso es un cartílago? -Pregunto llevando su mano izquierda a la comisura del labio de este para comerlo nuevamente -Pero qué asco, creo que vomitar -Menciono con nauseas al verlo hacer eso con la lengua y el ver la carne goteando aun sangre.

-No es de niño conste -Respondió alzando las manos y dejando caer sus ahora llamadas cosas en el suelo.

- ¿Qué es? ¿Niña? -Pregunto con ironía.

-Vaca creo -Respondió pasando el dorso de su mano en su boca quitando los restos de sangre. De todas maneras tendría que lavarse para quitar bien los restos de sangre.

Ella dio un sonido de confusión junto a una mueca.

-Tenía hambre y no había nadie. Debía ir por mis cosas -Señalo la bolsa que traía consigo. Ropa, utensilios de aseo que seguramente ella lo iba a obligar a usar y demás.

𝐓𝐡𝐞 𝐃𝐞𝐚𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora