Parte Nueve » Pero si te beso, ¿tu boca leerá esta verdad?

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Conduzco de vuelta a Camden, a mi casa para almorzar y leer un manuscrito. Lo que hablé con Andy me dejó pensando en el futuro, que es algo que no me gusta hacer; no desde que la persona a la que estoy por ver se fue lejos hace tantos años. Durante todo este tiempo estuve viviendo pensando solamente en el presente, en el aquí y ahora, y no me he decepcionado hasta el momento, porque al no visualizar un futuro, no me lleno de esperanzas que me dejan devastada una vez que no se vuelven realidad.

Y no quiero que eso cambie...

Escucho música mientras tomo un baño de espuma, luego llamo a mi hermana Florence, que me informa que Zayn está de vuelta en la ciudad—que rápido corren las noticias en mi familia, ¿no?—y que mañana hay un almuerzo de bienvenida en casa de sus padres. Luego me visto con ropa interior limpia, pero la misma ropa de esta mañana, me coloco crema facial hidratante, desodorante, un poco de perfume y salgo rumbo al café.

No sé bien cómo explicar la manera en la que me siento, ya que no es emoción, definitivamente tampoco son nervios, sino más bien curiosidad.

La última vez que estuvimos juntos ambos fuimos bastante dramáticos, él huyó del país por "mi culpa", me dejó una carta que me destrozó. Yo escribí en un diario cosas como si se las estuviese contando a él, porque era mi mejor amigo.

Dios, qué vergonzoso.

Agradezco a los cielos que esa época haya pasado y espero honestamente que el regreso de Zayn a mi vida no traiga drama a cuestas, porque eso es algo que no necesito, debido a que soy una persona que se estresa con facilidad y tengo un montón de cosas de qué ocuparme ya que voy a publicar mis libros dentro de poco.

Llego al Camden Arts Centre y entro al primer ambiente del café, donde lo veo gloriosamente sentado en un banco alto, sus jeans negros cubren sus largas piernas y abrazan sus muslos. Tiene una camisa de vestir marrón y un cárdigan beige remangado hasta los codos.

Zayn fija su mirada en mí, sonríe y se levanta de su asiento para caminar—desfilar—hacia mí. Todas las mujeres en el café y algunos hombres lo miran, admirando lo mismo que yo; la predadora gracilidad de sus movimientos, su piel aceitunada, su estructura ósea y su cabello plateado. Es un espécimen intrigante; nuevo y familiar al mismo tiempo.

Es ahora cuando me pongo nerviosa, porque si antes era un encantador muchacho al que ciertamente casi nunca podía resistirme, en la actualidad, debe de ser un hombre seductor y peligroso para mi salud.

Demonios.

-Hola, Kassidy-saluda, cuando me alcanza, enreda su brazo a mi cintura y me acerca a su cuerpo, para darme un lento beso en la mejilla, dejando claro que ésta no es una cita amistosa para ponernos al día. Mierda-. Me alegra verte.

-Um, a mí también. Luces genial-digo, él suelta una risa-. Tienes un montón de tatuajes-menciono sorprendida, al mirar sus brazos cubiertos de tinta-.

-Oh, sí. Diseñé la mayoría-dice, como si no fuese gran cosa, son grandiosos, es tan buen artista-.

-¿Te gustaría sentarte o prefieres deambular un momento por ahí antes de comer algo?-le pregunto, haciendo ademanes con las manos, señalando al interior del recinto y al lugar donde estamos parados-.

Sonriendo más ampliamente, él atentamente, coloca una mano en la parte baja de mi espalda para guiarme hacia el interior del centro.

-De hecho hay una exposición de esculturas en metales de una artista plástica que conozco, y me gustaría verlas contigo.

Su hermana mayor abrió esta exposición aquí hace dos semanas y son piezas realmente apasionadas, sugestivas. El Diablo puede arrastrarme al infierno ahora...

All That Matters · Zayn MalikOù les histoires vivent. Découvrez maintenant