Capitulo 34.

968 61 7
                                    

—callado puto, si no te mueves y no gritas será más rápido. —le dice Zoé—

—vamos Zoé hazlo rápido. Ya está por amanecer. —le dije tirando al otro chico al poso donde se estaban quemando los demás cuerpos—

—listo. —me dice limpiándose el labio— ahora es que llenar este poso.

—ya están todos quemados, solo pongamos mucha arena en este poso y vámonos de una vez por todas antes de que nos descubran.

—okey.

|*|

—¡¿dónde estaban?! —pregunta Omar desesperado—

—fuimos a pasear Omar, sabes que en la noche podemos salir ya que no hay sol. —le digo—

—me tenían preocupado.

—somos vampiras amor. Jamás a nosotras nos pasara algo. —dice Zoé— así que no seas tan dramático. Cuantos años llevas conmigo y aun no te acostumbras a lo que soy.

—¿y a que parte fueron? No me digan que a chuparle la sangre a un inocente humano. —dice Omar medio triste—

—estas en lo correcto. —le digo—

—hay dios —se pone la mano en la frente— ellos no tienen la culpa de morir de esa forma.

—tenemos que alimentarnos amor o moriremos. —le dice Zoé— ¿quieres que moramos?

—obvio que no amor pero había sangre en el refrigerador. —le dice—

—incorrecto, no había nada de sangre. 

—¿qué? —fue al refrigerador y vio que no había nada de sangre— oooh... Pero aun así los de afuera no tienen la culpa.

—te lo dije. —le digo— pero Omar somos monstruos. Tenemos que alimentarnos de alguna manera. 

—si si si, les traeré más. —dice—

—Sara, el sol está saliendo, anda a ponerte tu ropa protectora. —me dice Zoé—

—tu igual.

—vamos. —me dice—

—pequeña... —me llama Omar—

—¿si Omar? —lo miro—

—Harry te llamo.

Enamorado De Una Vampiresa  •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora