Tan Solo Tú © En edición.

Capítulo 17

Canción: "Sin Miedo a Nada" de Alex Ubago
KATHLEEN

David sigue mirándome, escaneándome, devorándome en fin desde que le dije que sí lo iba a intentar no ha apartado sus ojos negros de los míos, nunca me había intimidado tanto su mirada como hasta ahora, yo asumo que es debido a que David ya es un hombre y pues eso es algo que no puedo eludir, y más si en esa mirada notas que hay un halo de deseo, eso me eriza la piel, siento que el ambiente de mi estudio de arte se carga, pero no es un clima pesado, si no un clima sensual y bastante sexual.

Niego un poco, ya que todavía no estoy preparada para eso, es más hay dos cosas que se cuelan constantemente en mis pensamientos y que debo saber que va a hacer David en relación a ello, así que lo aparto un poco con las manos y le digo

-¡David! Dime algo... ¿Qué se supone que vas a hacer con tu novia?

David se pasa la mano por la barbilla, luego se restriega levemente los ojos y me dice

-Lo más lógico es que terminé mi relación con ella... No es natural ni sensato que mantenga una relación con alguien a quien no quiero... No es sano ni para Brooke ni para mí que sigamos sosteniendo lo insostenible, esa es la realidad gata- asiento y vuelvo a preguntar

-¿Y tu trabajo? ¿Vas a volver a Estados Unidos? Cuando Nani mejore ¿Te iras? ¿ Me dejarás?... De nuevo... ¿Me dejarás?- Esto lo digo con algo de sentimiento, no soportaría que en estás nuevas condiciones David se fuera y me dejará

Es más, de ser así creo que todo lo que he decidido sería revocado, daría vuelta atrás e intentaría hundir muy en el fondo de mí, mis sentimientos, espero su respuesta y a los pocos minutos me dice

-¡Mira gata! No soy hombre de jugar con mujeres, y menos sí esa mujer eres tú, ya resolveré mi situación laboral, eso es lo de menos, puedo trabajar en cualquier parte del mundo gata... lo importante es que me has aceptado- vuelve a acercarse a mí- que me encantan tus besos- su voz ahora es más ronca -que me los devuelves - ahora me besa y acaricia la mejilla -en fin... que formas parte de mí.

Toma mi rostro y me da un beso en la boca dulcemente, lento y sin prisa, eso hace que comience a sentir calor y más cuando el posa sus fuertes manos en mis muslos, los aprieta, las comienza a subir poco a poco y lo dejo que me toque, me encanta su tacto, su olor, como besa, la forma en que me muerde el labio inferior con sus dientes, no sé en que me momento caí de espaldas a la mesa y con él a cuestas.

La sensación es inigualable, la piel me pide a gritos a este hombre, intento pensar en otras cosas pero con David es imposible, me siento drogada de su ser, esto va demasiado rápido, pienso...

Meto mis manos en el interior de su camiseta y le toco el pecho, él no ha dejado de besarme, de manosearme y yo estoy perdiendo, literalmente, la conciencia...

Sigo vestida pero eso no le impide a David tomar mis manos, mantenerlas sujetas por encima de mi cabeza y morderme uno de los pechos a través de la tela de mi camiseta, arqueo mi cuerpo y emito un gemido de excitación, eso me hace besarlo con frenesí y desespero... No sé cuánto tiempo llevamos en esto, mi cabeza no da para pensar de forma coordinada en nada de ello y más cuando siento la inminente erección y el deseo de David en mi entrepierna...

Seguimos perdidos en nuestro sentir cuando escucho un teléfono, me detengo pero David no lo hace, al contrario, él me está apretando fuertemente una de mis tetas, así que le tomo la mano y le digo

-¡David! ¿Ese es tú teléfono?

Él niega y me sigue probando con los labios, pero de verdad el repique insistente del bendito aparato me hace perder concentración, así que de forma algo brusca lo jalo por el cabello y le digo