Capítulo 21

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Canción: "Para Tu Amor" de Juanes

KATHLEEN

Es lunes, no he dormido bien y mi apetito está medio extraño, estoy inapetente. David insistió hasta el cansancio en traerme a la Escuela de Arte, pero me negué.  Primero, porque necesito mi auto para ir al hospital a visitar a Ana, segundo, Nani y él irán en la tarde para la consulta con el psiquiatra que mamá apartó, eso me hace pensar que lo más probable es que tarden,  sin embargo, como no estoy segura, preferí venir por mis propios medios

Igual me encanta conducir, es algo que me hace liberar la mente.  Cosa que necesito.

Mi cuerpo me pide a gritos perderme por unos segundos de todo lo que está pasando; mi relación con David, la salud de mi amiga, las crisis depresivas de Nani, hablar con mis padres y mis hermanas, las asignaciones que debo cumplir en la universidad, donde haréparticipe a David, y como si eso fuera poco, sigo pensando en la rubia.  Que por más que David insista que su relación no funcionaba, él no pudo escoger mejor momento para disolverla si no ahora que está conmigo ¿Cómo carajos David pretende que no tenga ni un ápice de culpa? Seré un objeto de cristal para no sentir que soy la causante de la infelicidad de un ser humano, uno que al parecer quería, con posesividad y unas directrices bastante enfermizas, al hombre que revuelve y enciende mis entrañas.

Mi profesor de arte habla y yo en este instante, no he entendido absolutamente nada.

Sigo dispersa en mi mundo paralelo cuando este lo interrumpe de forma abrupta, cayéndome a preguntas.

—Señorita, MacQuoid —Levanto la vista y lo observo― A ver... ¿Qué me puede decir del Arte Barroco? ¿Cuáles son las características relevantes que distinguen a una pieza barroca del resto?

¡Mierda! De arte barroco al único que recuerdo es a Rococó y que ese estilo surgió en Europa, creo que en Italia, pero ahora tengo severas lagunas mentales, es más, me ponen en el escritorio el examen de admisión que presenté hace un año para ingresar a la academia y en fracción de segundos lo entrego.  Estoy bloqueada y a mi cabeza no viene nada.

No respondo, eso no significa que debo bajarle la mirada.  Soy una persona educada, sin embargo, siempre me he considerado alguien con carácter, por ello le sostengo la mirada y puedo notar que el silencio se debe a que espera mi respuesta, como no le ofrezco nada, prosigue:

―Veo que estás prestando muchísima atención... continuemos, de aquí a que culmine la clase ya se me ocurrirá una asignación para que recuerdes a cabalidad lo que es el Arte Barroco.

¡¿Qué?! Esto si que es una desgracia... como diría mamá, la tapa del frasco, la gota que derramó el vaso, lo que me faltaba, ¿otra asignación?

Creo que hoy sería la mujer feliz del mundo, si dos continentes chocaran y en medio del temblor un buen hoyo se abriera, absorbiéndome por unos... ¿Dos días?, que imaginativa, eso no va a suceder...

Suspiro profundo, no vuelvo a fijar mi vista en el pizarrón acrílico donde se proyectan imágenes de la materia en cuestión. Igual, ya para que perder mi tiempo en esto si de todos modos me tocará, como mínimo, redactar un informe de la materia vista.

Mi móvil vibra y lo saco con un poco de recelo, ya que no quiero que el profesor se de cuenta que estoy recibiendo llamadas o mensajes, lo coloco entre mis piernas y observo en la pantalla el nombre de David.  De inmediato leo el mensaje.

Te extraño... Estoy aburrido, la casa está muy sola sin ti... Y eso que sólo tienes un par de horas afuera...

Una sonrisa tonta se debe haber formado en mi rostro ya que siento la pesada mirada de una pelirroja, compañera de clases, la cual no habla mucho, pero está atenta a todo lo que ocurre en el salón, el interés por lo que hay en mi móvil la delata.

Tan Solo Tú © En edición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora