Capitulo III

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EL CLIENTE FRECUENTE

De todos los clientes que he tenido en este tiempo, hay uno en particular que me llama la atención más que otros. Un señor de cabello blanco y traje negro que viene semanalmente a comprar dulces. Siempre los mismos.

Y creo recordar como es que comenzó todo esto

Inicio Flashback ^3^

Abrí el local un poco mas temprano de lo habitual,los clientes eran algo escasos por lo que no había mucho que hacer. En la tarde, el mismo hombre con el mismo traje llegó, como siempre

-¿Me puede dar dos pasteles de fresa?

-Claro, solo que queda uno solamente ¿Gusta esperar a que este?- Dije

-De acuerdo- Se acercó  a los estantes y yo entré a la cocina para pedir que hicieran el pastel que pidio. 

Cuando salí el señor de traje yacía en una mesa cerca de la registradora con unos bonches de dulces sobre esta 

-Son $18- Guardé toda la mercancía en bolsas de papel y, después de que el pastel estuviese listo, le dí el precio

Con un "Gracias" pagó y se fue con ambas bolsas en sus manos

Fin del Flashback u3ur

El señor que compra dulces viene cada 2 semanas y pide lo mismo. Hoy fue esa vez en la que vino por sus raciones de dulces semanales. Si soy sincera puedo decir que me da bastante curiosidad saber el porqué de tantos dulces. ¿Un señor de su edad puede comer tantos dulces? A lo mejor y son para sus nietos ¿Y su esposa donde estará? Quizá murió...O no le gusta salir. No se.

Alguien que también logró captar mi atención por sus múltiples visitar es un chico de cabellos y ojos cafés. El no compra tantas cosa, se limita a pedir algún panecillo y una bebida. Solo eso. 

Era de mañana cuando el susodicho de cabello castaño llegó muy sonriente con pasos firmes al recibidor

-Hola

-¿En que te puedo ayudar?- Pregunte desinteresada

-Si. Dame un panque de chispas de chocolate, una bebida de chocolate con avellana y tu número, por favor- Algo confundida levanté la cara de la pequeña libreta donde anoté todo. ¿Acaso escuché bien? 

-¿Disculpa?- Riendo me agaché por el panecillo

-Me gustaría llevarte a comer, ¿Que dices?

-No lo sé- Volteé para hacer sus bebida- No suelo salir con clientes- Me encogí de hombros con desinterés fingido

-Bueno. Entonces no me tomes como un cliente- Sonrió- Tomame como una simple persona que viene a pedirse una cita

-¿Si te digo que si- Me recargué en la vitrina con el pedido escondido en mi espalda- Te irás ya?-Le di su pedido casi aventado

-Solo puedes saberlo si aceptas- Ahora el se recargó en el recibidor. Reí

-Esta bien. Pego pagarás $7 por eso antes de irte- El chico de castaños y brillantes cabellos me dio el dinero exacto y se fue caminando hacia atrás guiñándome el ojo

-Vendré a la hora en la que cierras

-¿Como sabes a que hora cerramos?- Pregunté. Solo recibí una señal con su dedo de la calcamonia con el horario semanal pegada en la puerta. Tonta.

Después de aquella "confesión" me sentí más acalorada que de costumbre. La verdad es que no se ni de donde saqué la valentía para comportarme de esa forma, normalmente soy un poco más calmada si se trata de chicos. 

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Unas dos horas más tarde el señor de cabellos blancos que tanto me da curiosidad llegó con una leve sonrisa dibujada en sus labios.

-Buenas tardes- Saludé

-Buenas tardes. ¿Me da un pastel de fresa y un chocoflan?- Asentí y volví a abrir la puertecita para tomar los pasteles de la vitrina. Al levantarme y ponerlos en bolsas pude visualizar como tomaba las bolsitas con dulces. Lo mismo de siempre. 

Tres bolsas de ositos de goma.

Dos de gusanitos normales y dos de gusanitos con dulce.

Una de chicles.

Una cajita de mazapanes.

Una caja de donas.

Un bote de nieve.

Y los dos pasteles que me pidió.

Cuando puso todo en la vidriera rápidamente metí las golosinas en bolsas y le dí el precio. Gustoso me dio el billete para pagar y mi curiosidad fue más grande. Como siempre.

-Disculpe. ¿No le hace daño ingerir tanto azúcar? No es de mi incumbencia pero, ¿A ido con un médico?

-Oh. No son para mi. Son para mi hijo

-¿Y porque no viene el con usted?- Tonta

-No le gusta salir- Sonrió- Gracias por preocuparse por mi. Me llamo Watari- Extendió su mano y la recibí con una sonrisa, de esas que pones cuando estas en situaciones incómodas

-______*- Alejamos nuestras manos luego de estrecharlas unos segundos

-Bueno ______*- Tomó las bolsas- Ya tienes un cliente frecuente- Sonrió y se fue.

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Estaban a punto de ser las 6:30 pm cuando el local estaba totalmente vació. Dilan y Hinami se fueron por una supuesta cita que tenían. Si, ellos dos salían desde hace un tiempo. Podría decirse que desde que abrió el pequeño negocio.

-Parece que llegue puntual-Levanto la vista de la mesita que estaba limpiando y era light quien me llamaba con una mano en su espalda

-Eso parece

-¿Nos vamos?

-Claro- Guardé los utensilios de limpieza y cerré el lugar. Subimos a su auto y fuimos directo a un restaurante sencillo al aire libre. Comimos, hablamos y reímos en toda la cena-comida. Era divertido estar con el, me sentía bien, aunque algo me daba mala espina, pero no le di importancia. Al terminar me llevo a mi casa y me dejo en la puerta a eso de las 9 pm

-Gracias por la cena Light

-No hay de que_____*- Oye ¿Te gustaría ir el sábado a un paseo al parque?

-Cla-Claro- Tartamudee un poco

-Entonces pasare por ti a las 2:45 pm- Sonrió de nuevo y se fue 

Entre a mi casa directo a bañarme y dormir,aunque tarde porque no dejaba de pensar en la cena que tuve con Light. No sabia si me gustaba en verdad o no,pero eso era algo que quería descubrir pronto

Mejor escritura

Mejor redacción

Mejor ortografía

Más amor hacía ustedes :3

Más amor hacía ustedes :3

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Death Note: Dulce Manzana ( Light,L y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora