Death Note: Dulce Manzana ( Light,L y tú)

Capítulo VI

¿POR QUE ERES ASÍ?

A la mañana siguiente _______* despertó aturdida en la cama de su habitación. No tenia ni la menor idea de como llegó ahí, solo recordaba que Light le había confesado que el y Misa son Kira y que la iba a matar si decía algo. La castaña pensó que solo había sido un sueño, pero desgraciadamente todo era verdad. El chico que ella creía que era Light Yagami en verdad es un asesino sin corazón ni remordimientos que utiliza a una rubia torpe para no ser descubierto que jugó con los sentimientos de la pobre _______*.

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La chica con cabello castaño se dirigía a abrir la dulcería por la mañana. Eran las 8:00 pm y a ella le tocó abrir. Cuando _______* caminó más adelante algo la hizo tropezar y caer de bruces al suelo

-Auch- Se quejó ella sobandose la cintura

-No siento, no me fijé- Le respondió aquel chico de oscuro cabello que la había dejado tan sorprendida cuando lo vio por primera vez

-¿Ibas camino a la tienda?

-Si. Creo que llegué a tiempo- Sonrió y la joven con el. 

Voltee para tomar las llaves y abrir pero cuando giré hacia el picaporte un fuerte dolor de cabeza por el golpe de hace días me invadió totalmente, provocando un intenso mareó. Caminé hacia atrás tambaleándome sin equilibrio, las llaves cayeron al suelo y alcancé a escuchar una voz gritar junto a una bocina de un auto pitar. Abrí los ojos cuando  el dolor cesó casi totalmente sólo para encontrar los oscuros ojos de Ryuzaki. El me tenía entre la pared y su cuerpo, sosteniendo mis brazos para que no cayera. Mi respiración se agitó ante la situación en la que estaba, el me miraba con sus gigantescos ojos aún sosteniendo mi cintura. Cuando se dio cuenta de como es que estábamos se alejó de mi algo bruscamente, cambiando su semblante a uno frío y serio, como siempre.

-¿Estás bien?- Pregunto viendo para otro lado

- Si ¿Qué pasó?

-Casi te atropella un auto- Se quedó callado, como  si pensando en lo que diría

-Y tu me salvaste- Termine de decir. Por unos momentos posó sus encantadores ojos sobre mi aún con el serio y frió semblante. Hay algo en ellos de me intenta decir algo, como un brillo nuevo que ni siquiera el notaba.

-Lo hice por ayudar, te necesito viva para que abras la tienda y yo pueda comprar dulces

-Claro- Hice un gesto con el labio- Por que otro motivo lo harías- Abrí la puerta y Ryuzaki venía detrás mío. No sabía por qué le daba importancia a lo que había dicho sobre mi, pero extrañamente, me dolió. 

-Ya y ¿Quieres el pastel de siempre?- Pregunté abriendo la cocina 

-Si- Entre al refrigerador ubicado en la bodega y saque el pastel con las fresas arriba. Al salir al mostrador Ryuzaki me miraba serio, de nuevo. Deje el pastel en una caja, pase los dulces por el  checador de precios y los empaqué para dárselos. 

-Hasta pronto señor Ryuzaki- Dije secamente sin mirarlo después de darle el precio y recibir el efectivo, el tomo los dulces y se fue sin decir nada. Me puse algo triste al ver su cambio tan repentino de comportamiento. 

El día pasó relativamente rápido. La últimas horas del establecimiento abierto la rubia con voz de ardilla llamada Misa llegó y se sentó en una silla de las mesas de adentro. Me acerqué a ella con una libreta y pluma para tomar su pedido

-Buenas tardes ¿Qué va a pedir?

-Hola _______*, estoy esperando a Light pero ¿Me puedes traer un café sin azúcar y bajo en grasa?- Me miró de reojo y luego posó la vista en la puerta. Esta chica se cuida como modelo. Pobrecita. Le lleve su café todo desabrido con una gran y falsa sonrisa para continuar s atendiendo a los clientes.