Domingo 19 de noviembre 1939
Había conseguido entablar amistad con el teniente Fritz. A lo largo de estas semanas en las que se le recomendó reposo, mantuvimos entretenidas y largas charlas. Erik era gentil y caballeroso sin mencionar que era un muy buen jugador de póker. Me habló de su familia y el porque querer ser un buen soldado alemán. Según él, Gretchen y Arnold, eran amigos desde la infancia. Se criaron como hermanos pero ambos poseen sentimientos más profundos. Yo misma pude comprobarlo una mañana en la que Gretchen no paraba de hablar de su amado. Decía que era un hombre noble, atento y muy carismático.
Cuando Erik y yo regresamos de nuestro paseo, Henriette entregó una carta al teniente. Cuando la abrió, su gran sonrisa se desvaneció y la preocupación llegó a su hermoso rostro. No pude averiguar que era lo que ésta relataba pero yo no tenía un buen presagio.
-Teniente Fritz, ha llegado este escrito para usted. Aquí pone que es de máxima urgencia-dijo Henriette entregándole la misiva.
-Muchas gracias enfermera.
-Teniente ¿está usted bien? Su rostro se ha tornado pálido-formulé.
-Me trasladan al frente.
-Co-Como-tartamudeé.
-Al haber cumplido el plazo de baja, me ordenan presentarme el próximo 21 de noviembre en el frente occidental. De lo contrario será considerado alta traición al Führer y a la Patria.
Al recibir la noticia, las lágrimas se derramaron por mi rostro y hube de retirarme. No me agradaba que me vieran llorar y mucho menos por un hombre. Henriette al verme tan afligida, fue en mi busca. Tanto ella como Gretchen habían logrado conocerme mejor de lo que yo misma hacía. Es cierto que las contiendas sacan lo peor de la humanidad pero también logran que todos nosotros nos conozcamos más. Mi padre solía decirme<<Si quieres conocer verdaderamente a las persona, haz una guerra>> y estoy de acuerdo con él.
Henriette al verme sentada en la parte más sombría y fría del hospital de campaña, se acomodó a mi lado y comenzamos una charla que nunca pensé que tendría con alguien:
-Astrid ¿te encuentras bien?-mirándome preocupada dijo Henriette.
-S-Si, no es nada. S-Solo me han entrado algo en el ojo. No te preocupes-sollocé esperando que sonara convincente.
-Astrid, te conozco lo suficientemente bien para saber que algo te sucede.
-Es-Es que...-intenté no tartamudear pero me fue imposible.
-Es el teniente Fritz ¿verdad?
-Es él. Estas semanas que he pasado con él han sido maravillosas. Nadie antes me había hecho sentirme así. Cada vez que lo veo mis piernas empiezan a temblar y mi corazón late con tanta fuerza que se sale del pecho. ¿Es esto normal Henriette?
-Claro que lo es. ¿Sabes cómo se llama?-negué con la cabeza-Es mal de amores.
-¡Yo no estoy enamorada!
-Querida, sí lo estás. Esas sensaciones las tuve yo cuando conocí a Christoph y todavía las tengo.
-¿Qué es lo que debería de hacer?
-En mi opinión, deberías hablar con Erik y expresarle lo que sientes antes de que se marche al frente. Pero, tan sólo es mi criterio.
Henriette se puso en pie y se marchó dándome un beso en la frente. Gracias a la conversación con mi amiga, me he dado cuenta de que verdaderamente estaba enamorada del teniente Fritz y no podía permitir que se marchara sin saberlo.
Nota de autora:
¡¡Holaa!!
Sé que el capítulo no es muy largo sin embargo... Cómo está el tema!!! Astrid está enamorada de Erik pero... Erik está enamorado de ella?? Qué hay entre Gretchen y Arnold?? Todo esto y mucho más en el próximo capítulo!!Henriette en multimedia
Esmeralda❤️
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Mi Gran Guerra
Historical FictionAstrid von der Sichel es una muchacha hermosa, fría, calculadora y muy inteligente. La joven ama la medicina, por ello, decide alistarse al ejército como enfermera. Sin embargo, todo cambia cuando conoce al teniente alemán de infantería, Erik Fritz...