Capítulo 7

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¡Qué mal había dormido santo dios! tener que empezar la mañana así no era de mi agrado y por suerte mi madre no estaba, había salido a hacer un par de compras. Tenía la necesidad de quedarme en la cama todo el día durmiendo pero sabía que no era lo mejor para mí, me levante y me pegue un baño para sacar toda la mala onda que tenía encima. Tome un café bien fuerte y mientras limpiaba un poco la casa para despejarme decidí terminar he irme antes de que mi madre regresara. No podía enfrentarla aun, ella había venido de visita y con toda esta situación no quería estar mal frente a su presencia.

Al salir me encontré con Peter, nos saludamos rápido y disimule la situación diciéndole que iba apurada. No quería que notara las secuelas de mi cara, agradecí que el día estuviese soleado, así podía llevar mis lentes oscuros.

El punto de salida fue mi casa y no tenía idea donde iba a terminar, deseaba rotundamente que nadie me llamara, agradecía no ser conocida, eso ayudaba a no tener que enfrentarme con alguien en este día tan gris para mí. Pasee por diferentes negocios y compre algo de ropa aprovechando que tenía plata. No me venía mal un poco de cambio y algo nuevo. Compre unos zapatos, esto de las compras solía ser raro en mí, pero como dije, no me venía mal.

Pase por un lugar de comidas rápidas a comer algo, mi estómago era como un torbellino. En ese momento al encontrarme sola paseando y comiendo sin compañía comprendí que estar sola a veces no está mal, frecuentemente con estas situaciones tenía miedo, pero hubo un cambio.

Podía observar miles de personas a mi alrededor, no me gusta ir a lugares concurridos pero hoy no le daba importancia ¿Qué estaba pasando en mí? no lo sé. Los cambios solían asustarme, pero notaba que eran para bien, quizás por eso, no me preocupe demasiado.

La fecha de mi cumpleaños se acercaba, me gusta que me visiten pero estaba acostumbrada a no tener cumpleaños concurridos. Eso me hizo pensar que mi madre no estaría, Iris creo que tampoco, Evan mucho menos y ¿Peter? Creo que él tampoco, aunque reí pensando que si el estuviera, sería el payaso que animaría mi fiesta. Algo me había hecho sonreír por lo menos esta mañana.

Retome el camino a casa, sentía como las mangas de las bolsas cortaban la circulación de mis dedos asique desistí tomando un taxi y bajando en la esquina del complejo.

Al entrar vi a mi madre hablando con Mike ¿qué diablos hacen hablando? Pueda ser que la conversación sea más fluida que la vez pasada. Cuando fui acercándome los dos se sorprendieron y se callaron. Me saludaron incomodos, tenía un día fatal y si estaba pasando algo entre ellos bueno o malo realmente no me importaba. Salude a Mike con un beso y a mi madre no, debe haber notado que aún seguía molesta, ella me siguió y entro por detrás mío.

-Sara ¿todo bien?-me dijo con calma sin pretender molestarme.

-Todo bien mama, solo necesito algo de tiempo.

-Está bien, pero necesito hablar algo contigo.

-Mira mama, si es algo de mi padre prefiero que no-en tono cortante.

-Respetare tu tiempo Sara, solo iba a decirte que mi estadía en Londres será más de lo que había previsto y como quiero darte espacio alquile un departamento.

-¿Paso algo que no sepa?

-No, tengo viejos amigos a quien quisiera visitar.

La mire respondiéndole que estaba bien, no me opuse, después de todo quería mi tiempo y espacio sola. Sentí malestar y nostalgia, no quería que pasara todo esto, pero si las cosas se habían desencadenado así, no tenía manera de evitarlo.

Esa noche me llamo Iris, estuve contándole todo lo sucedido, no con detalles pero le anticipe mi malestar. Hablamos de Peter y me comento que la semana entrante se instalaría en Londres, me pidió ayuda con la mudanza y me pareció bien, iba a despejarme en algo.

Decisiones del interiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora