Capítulo 13

11 2 1
                                    

7 de Octubre

Me levante un poco melancólica por la fecha, pero todo cambio cuando vi sobre mi mesa de luz una tarjeta con una rosa blanca, me encantan las rosas blancas.

"Feliz cumpleaños Hermosa"

Evan

Así simple y hermosamente dulce este hombre había empezado a hacer que mi corazón bombeara acelerado, hubiera querido que estuviese cuando desperté pero debía trabajar a primera hora, estaba con la película encaminada, íbamos bien con eso, los ensayos habían sido locamente divertidos juntos, en cada escena que nos tocaba juntos, éramos profesionales, solo que los demás no sabían que detrás de todo eso nuestro amor era verdadero, recuerdo que en una de las escenas mi profesora me había pedido que suplantara a unas de mis compañeras porque había faltado, me tocaba con un compañero hacer una escena de celos y el luego de eso el me besaba, Evan estaba presente y pude notar lo celoso que se puso, tanto que al llegar a casa peleamos sin sentido, esto parecía ya una relación más formal, pero más allá de que no lo fuera ,le tenía permitido celarme.

Otra de las cosas que me ponía nostálgica era que mi madre no estaba, era la primera vez que pasaba un cumpleaños sin su presencia, eso me hizo pensar en mi padre también y decidí hablar con él para compartir este día juntos. Con Evan ya lo habíamos hablado días atrás y me aconsejo hacerlo sin miedo, recuerdo que no pudo guardarse lo que sabía cuándo le hable del tema, no me enoje, me explico cómo se había enterado y supe comprender que él no tenía por qué decírmelo.

Desayune algo rápido, mire la hora y Mike ya estaría en el galpón trabajando, tome coraje y fui. Golpee la puerta y la abrió, allí estaba, me quede mirándolo, no sabía cómo reaccionar, miles de cosas se me vinieron a la mente, trate de calmarme.

-¡Buen día Sara! pasa, ¿necesitas que arregle algo?

"Si papa, tu ausencia, necesito abrazarte, jamás lo hice, quiero llorar, quiero que repares mi corazón, porque sin ser tu culpa esta lastimado, te necesito."

-Sara, ¿estás bien?

El miedo me invadió y la tristeza también, no quería que me pasara eso, pero paso, comencé a llorar, inmóvil sin saber qué hacer, el me miraba y no entendía nada.

-Sara ¡¿Qué tienes?!

Lo abrace y me abrazo fuerte, en ese momento solo quería que hiciera eso y me contuviera como jamás había tenido la oportunidad de hacerlo, le daba eso, se lo permitía. Me sentía una niña indefensa y acongojada.

-Sara, ¿Que te sucede? ¿Porque lloras así? Responde.

-Lloro así porque sé que eres mi padre y necesito abrazarte.

Me alejo de él, me miro y volvió a abrazarme, se largó a llorar repitiendo una y otra vez la misma frase.

"¡Mi niña! mi Sara, como esperaba este momento, años esperándolo mi niña, mi niña..."

-Está bien papa, no importa, no recordemos eso, ahora estas aquí.

-¿Te lo ha dicho tu madre? Yo quería pero...

-Has sido tú, el día que fuiste a buscarme, cuando me desmaye ¿recuerdas?

-Sí, pero pensé que no me habías...

-Sí, te escuche y me alegro haberlo escuchado.

-¿Tu madre sabe?

-Sí, claro

-Oh, Sara este es el mejor regalo que me dio la vida.

-Y hoy, el mío

-¡Claro! ¡Feliz cumpleaños mi niña!

Decisiones del interiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora