Sister

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Una mánager no sirve para nada.

Creo que sólo sirven para animar a los chicos y sus hormonas.

Si, lo que han leído.

Me he pasado casi todo el entrenamiento acostada en un banco con el móvil jugando a Cundy Crush.

Imagina mi aburrimiento si llegué a nivel 217.

Riko realmente hacia sufrir a los chicos, llegando casi hasta su límite.

Casi me dan pena.

Casi. Me encanta ver chicos entrenar.

Todos esos músculos sudorosos...

Recuerdo que allá en Inglaterra, me escapaba de las clases con una amiga para ir a ver a los chicos.

Y era una cosa complicada ya que su internado se encontraba a un par de kilómetros.

Nunca nos pillaron.

Hasta esta vez, y nos expulsaron por comportamiento inadecuado para una chica. Eso y que hice explotar la clase de química.

En mi defensa diré que no fue a propósito.

Allí también jugaba basket, aunque a mi me gustaba más el basket callejero. Me lo enseñaron las chicas americanas de intercambio.

Y me fue muy bien, gracias a mi el equipo femenino de basket ganó cuatro temporadas seguidas. No lo digo por presumir pero si no fuera por mi velocidad y puntería eso no hubiera pasado.

Aunque la directora quería meterme en el equipo de locross, pero eso de correr con un palo por el campo no es lo mío, además, dado mi carácter muy irritable hubiera usado ese palo para machacar a alguien.

-Bien chicos! ¡Es todo por hoy!-anunció Riko dando palmadas en el aire. -¿Aomine?

Resoplé-Usa mi nombre y no apellido, es raro-me levanto y camino hacia ellos bostezando. -O si prefieren Blue.

-¿Blue?-pregunta el de 4 ojos. El capi.

-Sip, era mi apodo en el internado, las del mi equipo nunca se acordaban de mi nombre-subí los hombros con desinterés.

Permanecen un rato en silencio hasta que vuelven la atención a Riko. Ella empezó a hablarles sobre la nueva temporada de basket. Que tenían que esforzarse y entrenar mucho... Y bla... Bla... Bla.

En fin, una charla normal de entrenador a principios de año escolar, Por lo menos Riko no tardaba media hora sino fueron pocos minutos y... ¡Estaba libre!

-Hey Blue.

Me paré en la entrada y vi a Riko caminar hacia mi.

-¿Pasa algo?-pregunté. Por favor di que me puedo ir y ya.

-Nada, solo quería preguntar si te apetece ir por un batido-sonrió.

La miré con cara de WTF. Era muy raro ser invitada, ya en el internado todos se apartaban de mi camino y ni siquiera me miraban.

Incluso a las chicas del equipo les costó empezar a hablar conmigo.

Exactamente dos años. Y después nos volvimos inseparables.

Aunque de todos modos mi mejor amiga era Kate (la chica a la que expulsaron también).

Con todo eso no digo que soy chica mala, no, simplemente tengo buena memoria para recordar a los pendejos a los que les tengo que devolver el favor. Incluidos profesores.

Diciéndolo con simples palabras:
Si me molestas, considérate muerto.

Parpadeo en dirección a la entrenadora y ella me devuelve la mirada.

-Emm.... ¿Vale?