Together

Capítulo 5. F.E.E.L.G.O.O.D

Shailene

Le estoy besando.

Le estoy besando.

¿Por qué diantres le estoy besando?

Ah...ya me acuerdo.

La razón es que estoy jodidamente enamorada de este capullo insensible que me trata como basura.

Pero le quiero.

Dios, le quiero tanto...sus besos son como una droga. Y hacen que quiera más.

Dios, le quiero.

Nos separamos por falta de aire.

Juntamos nuestras frentes y nos miramos a los ojos.

Sus ojos,...son los ojos más bonitos que he visto en el mundo, me podría pasar eternidades perdida en ellos.

Es curioso que antes estaba llorando por él y, ahora, nos miramos a los ojos como si intentáramos adivinar los pensamientos del otro.

-Theo, yo... -él me mira, alentándome a que siga- te quiero... -suelto inconsciente.

¡Dios, no debí decir eso!

¡Soy estúpida!

¿Es qué nunca aprendo?

Estoy a punto de remediar lo que dije, de disculparme.

Pero su grave y bonita voz me lo impide.

-Yo también te quiero... -me susurra y vuelve a capturar mis labios con los suyos, haciendo que sonría en medio del beso debido a sus palabras.

Alguien llama a la puerta.

Theo gruñe molesto, cosa que me hace reír, se separa de mí y va a ver quien es.

Yo mientras entro de nuevo a mi habitación.

Saco una maleta y la voy llenando de mi poca ropa y de mis pocas pertenencias.

No sé porque lo hago, pero hay algo que me dice que lo haga.

Tengo un mal presentimiento...

Theo entra corriendo a mi habitación y a prisas comienza a hablarme.

-Es hora de irnos... -me avisa.

-¿Irnos?, ¿a dónde?

-No lo sé, te explicaré por el camino.

-¿Quién llamó a la puerta, Theo?

-El tipo que me está buscando -yo me quedé en shock al oír eso-, esa es la razón de la que debemos irnos ya. Tú termina de empacar las cosas. Yo cogeré las mías y las dos pistolas que tengo. Una será para ti...¿sabes disparar? -yo miego con la cabeza-, pues aprenderás...ya es hora de que lo hagas -me regaló una de sus tantas sonrisas encantadoras y se fue corriendo por toda la casa recogiendo todo.

Yo intenté ayudar pero no sabía muy bien que podíamos llevar y que no.

Aún así, guardé la comida y las latas de comida pre-cocinada en una caja de cartón que supuse que nos podríamos llevar ya que no íbamos muy cargados. 

-Es hora -me volvió a decir.

Cogí mis cosas y nos escabullimos por la escalera de incendios.

Procurando no hacer ruido para que no nos siguieran, conseguimos encontrar el coche de Theo.

Nos subimos en él y para sorpresa la nuestra que nada más empezar a arrancar, un todoterreno negro con los cristales pintados se asomó por el retrovisor