Capítulo 14.

52 10 0
                                    

-Suéltela.

Esbozó Louis por fin cuando mis gemidos eran ya notables debido al fuerte agarre que poseía mi brazo.

-Soy su padre, y un niñato como tú no me va a decir qué tengo que hacer con mi jodida hija.- Entonces dió un tirón de mi brazo mientras se me escapaba otro sollozo. Bajó tirando de mí las escaleras y sabía que en el momento en el que cruzara el marco de esa puerta todo volvería a ser como antes: noches de borracheras, golpes, universidad.

Cuando llegamos a la puerta sentí como mi brazo se había dormido por completo y yo sólo vestía la camiseta de Louis, calmé mis sollozos y me prometí a mi misma que estos no iban a volver a aparecer, pero cuando me giré y vi a Louis con los nudillos blancos supe que la promesa que me había hecho iba a irse por el retrete.

Sus labios rosas y finos articularon una sola frase que entendí a la perfección:"No te dejaré sola."

Y entonces supe que me dejaría ir con él. Volvería a mi casa con los constantes empujones de mi padre y sus golpes que más que daño físico, me provocaban un daño emocional que nunca podría describir con palabras. Podría denunciarlo, claro que podía, pero poder y querer son dos términos muy distintos... El simple echo de visualizar a mi padre destrozado entre rejas me partía lo poco que quedaba de mí en mil pedazos más. Su vida ha sido difícil, al igual que la mía, se quedó sólo cuidando de mí y tuvo que soportar mis innumerables caprichos de adolescente de 16 años, pero en ese entonces, 3 años después, ya había perdido todo el derecho a golpearme. Con 19 años yo podría haber decidido quedarme con Louis, ya era mayor de edad... Pero ahí no contábamos con "leyes estúpidas" como el decía, si no con órdenes, miedo.

-Eres una pequeña zorra.- Me arrojó dentro del coche y apreté mi mandíbula mientras lágrimas de nuevo correteaban por mis ya sucios ojos. Miré por la ventanilla tras incorporarme para ver como Louis y él hablaban con cara de pocos amigos, seguidamente mi padre se giró y subió al coche dando un portazo. Cogió mi mentón que sólo tenía ojos para el chico y choqué de bruces con los suyos.-¡Esto no pasaría si tu madre estuviera aquí!

Y su puño impactó con mi mejilla haciendo que esta fuera cubierta por mi pelo al ser ladeada por el fuerte golpe. Mis ojos fueron clavados de nuevo hacia Louis que se encontraba firme ante la puerta de su casa y cuando se percató de lo que acababa de ocurrir corrió hacia el coche forcejeando con la puerta del copiloto que me tenía presa. Los sollozos que tanto odiaba volvieron y posé mi mano en el cristal.

"Estaré bien." Articulé igual pero el negó y siguió forcejeando para sacarme de allí sin ningún resultado debido a que los seguros estaban puestos, cuando quise darme cuenta mi chico de ojos turquesas se iba quedando atrás dándole varias patadas a los contenedores próximos a su casa y tuve que taparme la boca para sollozar ya que el olor a él en su camiseta que llevaba puesta se hizo de notar recordándole de nuevo. Me hubiera gustado curar su labio.


-Dónde crees que vas sin antes darme una puta explicación.- Musitó con la mandíbula apretada y tragué saliva.

-Desde hace dos años no tengo por qué dártelas.- Susurré lo suficientemente alto para que pudiera explicarme. Era como un revolver cargado de ira, resentimiento y pena. Pena por él. Por no haber sabido llevar la situación como antes hacía a la perfección. Y este revolver iba a disparar, no sé si en llanto. Me acercó más a sí por el brazo hasta que me comí su aliento a alcohol sumamente repugnante.

-Mientras estés bajo este techo tienes que hacerlo.- Esbozó entre dientes apretando el puño que le sobraba.

-Por eso me fui, ¡No quiero volver a verte! ¡Me das asco!- Comencé a gritar al borde del llanto de nuevo. Odiaba llorar, me hacía sentir débil, estúpida, vulnerable a cualquier cosa, pero no creo que sea muy agradable para nadie ver como tu padre se transforma del "mejor padre del mundo" al "te golpeo cuando me sale de mi intimidad."

Terminé de agotar por completo su paciencia, hasta que me empujó y mi espalada chocó con la terminación de la barandilla. Eso dejaría marca, otra más. Aprovechando que caí al suelo volvió a acercarse a mí y a propinar varios puñetazos por mi rostro, al igual que por mi estómago y mis caderas que decidió golpear con el pie. Sólo deseaba quedar inconsciente para evitar tanto dolor emocional y físico en esos mismos instantes. Fue entonces cuando se detuvo respirando agitado y dándome la oportunidad de levantarme con mis manos llenas de sangre agarrándome a la barandilla para poder impulsarme debido a mis pocas fuerzas para nada en ese momento. Sus ojos se habían tornado totalmente oscuros. Sin querer mi cansada y nublada vista fue dirigida hacia el suelo para percatarme de mi sangre derramada en la moqueta. Siquiera tenía fuerzas para hablar, o para soltar esos gemidos de dolor que tanto convenía hacer ya que me había dejado absolutamente toda la garganta gritando como un animal atropellado mientras se desquitaba conmigo.

-Desaparece de mi vista.- Musitó cuando su respiración se fue calmando y se fue del pasillo tambaleándose hacia el salón. Estaba sola, muy golpeada, ensangrentada y llorando. Sólo supe divagar hasta mi cuarto donde tan sólo llegar sentí una fuerte presión en la cabeza dejándome apoyada en la misma puerta por la que segundos atrás había abierto. Me dolía cada centímetro de mis huesos, tenía amoratado cada centímetro de mi piel, y cada centímetro de los pedazos que me quedaban de alma se desvanecieron por completo.

La luna se filtró a través de las cortinas que se balanceaban acompañadas de mi llanto silencioso y una sombra entró a mi habitación dejándose ver por la única luz de la luna y topándome así con sus inconfundibles ojos turquesas que adornaban un ceño fruncido.

-Qué cojones te ha hecho ese desgraciado...- Musitó cuando se acercó a mí y me inspeccionó el rostro atenta y suavemente. Fue cuando ocurrió lo que deseaba que pasara, pero no en ese preciso momento. Simplemente caí, caí en sus brazos inconsciente por fin, evitando cada puñalada de dolor, pero segundos antes de caer si pude notar como sólo una lágrima más volvió a escurrirse precavidamente de mi mejilla impactando así contra su dedo pulgar.


________________________


No sé si el capítulo se ha quedado largo o corto, sólo se que a partir de aquí van a cambiar muchas cosas sobre la trama de la novela que seguramente os sorprendan. Gracias de nuevo por todo x

Votad y comentad, y por cierto, si alguien quiere que le dedique capítulo sólo decidmelo ¿si? Besos xx



broken. » l.tDonde viven las historias. Descúbrelo ahora