Capítulo dos

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Los chicos se miraron entre sí, con evidente confusión reflejada en sus rostros, la voz comenzaba a desvanecerse en el aire cuando volvió a hacerse presente, esta vez retumbando con eco en el interior del edificio.

  —Está mas cerca de lo que creen, Elegidos. —La voz se iba adentrando más y más a la instalación, haciéndose menos clara para ellos. La puerta principal se hallaba abierta de par en par, como invitándolos a pasar dentro. Eso tenía que significar algo.

Bethany enseguida puso su mejor cara de horror y añadió:

  —De ninguna manera vamos a entrar ahí, ¿Acaso nunca en su vida han visto películas de terror? ¡Vamos a acabar todos muertos! 

***

Ojalá hubiesen escuchado a Bethany. Hace tres horas habían tomado la peor decisión de sus vidas al entrar a ese edificio en ruinas, ahora estaban encerrados y todos sudorosos. ¿Qué era eso que estaba tan cerca? ¿Por qué en ese edificio sólo había polvo y suciedad. ¿Cómo podría el anónimo imaginar que sería fácil y cómodo mantener a once chicos encerrados en aquél lugar? ¿Que comerían? ¿Llegarían a estar tan sucios que agregarían otra capa a su piel, pero ésta sería de mugre? Okay, eso es asqueroso. Continuemos.

Ethan estaba angustiado y de muy mal humor, tenía una pelea esa noche y no podía perdérsela, la gente pensaría que habría sido por miedo ¡Y él no era un cobarde! Se dirigía a la salida, definitivamente el no estaría allí por más tiempo con esa pila de raros, tenía cosas más importantes que hacer.

Pero por supuesto que el Anónimo no dejaría que eso sucediera, al menos no por los momentos. Ellos estaban allí por una razón superior a un inútil evento que incentiva a la violencia o dramas amorosos. Definitivamente ellos no sabían lo que les esperaba, pobres. Extrañarán sus simples y mundanas vidas, desearán volver a tener la dichosa incógnita.

Yo no haría eso — La voz se hizo retumbar por la instalación, rebotando en las paredes y haciendo eco en sus oídos. Este suceso seguía sin tener una autoría concreta."¿Como describirían la voz?" ellos responderían "Totalmente perturbadora".

La completa habitación estaba hundida en el miedo, inclusive lo sentía Kendra, algo extraño puesto que ella había infundido miedo en los demás debido a su forma de ser, ¿Como podría temerle ella a aquella voz? La voz debería temblar ante ella. Si su mente antes trabajaba a un cien por ciento es seguro que ahora está colapsada. ¡Alguien debió haber contado su secreto y ahora los usarán como ratas de laboratorio! Eso era a lo que su cabeza volvía una y otra vez. Debía averiguar cuanto antes que era lo que había allí, qué artefactos estaban utilizando esos seres frívolos. Estás tan equivocada, pequeña.

Sky, siendo aquella que solía reír en las peores circunstancias, susurraba repetidamente que quería despertar de esa horrible pesadilla, no le parecía ni un poco cómica la situación, deseaba salir de allí cuanto antes. Quizá se le hayan ocurrido un par de bromas pero, por supuesto, no tenía ánimos de expresarlas.

Evangeline, en un intento de calmar sus intensos nervios, dijo para romper la gigantesca tensión en el ambiente:

—¿Podrían por favor parar con este ambiente de miedo y malas energías? —Tratando de mantener su voz estable, prosiguió —Terminaré con una taquicardia y no creo que alguno de ustedes pueda ayudarme con eso. —Finalizó, mirando hacia los lados esperando que la voz se hiciera presente. Eso no había servido de nada, así que recordó aquellas clases de yoga que había tomado un par de meses atrás. Empezó a repetir infinitos mantras en voz baja, intentaba nivelar su respiración y rogaba para que aquello funcionara.

Doce Elegidos #CMLEAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora