Capítulo dieciséis

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Manejar el tiempo a su antojo no era algo que podría hacerse sin sufrir ninguna consecuencia, ¿pero que podría ser peor que tener a sus pies el cadáver de el hombre que amas y no hacer nada? ¿que más podría hacer cuando ahora amenazaban en disparar nuevamente en contra uno de ellos? El curso del tiempo era demasiado delicado con respecto a cambiar lo ocurrido en el pasado, pero Sky no tenía opción. Eso pensaba una y otra vez, con las lágrimas rodando descontroladamente por su mejilla, con todo color fuera de su cara y las piernas temblorosas, mientas observaba el mundo paralizado a su alrededor e intentaba tomar una decisión.

Mereces vivir, Joey. Por tu familia, por nosotros —murmuró con convicción— Por todo lo que nos falta recorrer juntos.

Sky se dirigió con firmeza y el ceño fruncido hasta donde estaban Aaron y Rose acompañado de su ejército, ambos con una sonrisa malévola plantada en el rostro, con pose de tener todo el control. Sky le arrancó de las manos la pistola con la que Rose había matado a Joey y se plantó ante de ella, imitando la misma sonrisita y concentrando todo su poder en el valioso artefacto que el chico le había regalado hace unos días. Dando vuelta hacía atrás las manecillas hasta quedar en el justo momento en que la arpía comenzó a hablar. Las personas a su alrededor comenzaron a danzar todos los movimientos dados hasta entonces en una velocidad relativamente rápida hasta quedar nuevamente en pausa, Sky volteó la vista un segundo antes de hacer cualquier cosa. Casi podía verlo sonriendo, como siempre, si no fuera por esa seriedad y esa seguridad que transmitía con la mirada. Esa imagen en su mente le dio el valor a Sky para "darle play a la escena"

—Me da lás... —Le costó unos segundos a Rose asimilar que Sky inesperadamente estaba frente a ella, y le apuntaba justo en la frente con un arma. Su cara realmente era un poema. Sus compañeros también estaban un poco confundidos al principio, hasta que vieron el reloj en la muñeca de su amiga. Rebecca, la entrenadora de Ethan, aprovechando la distraccion del enemigo no perdió tiempo, se colocó en posición de defensa y al hacer una maniobra con las manos le apareció una daga en cada una de ellas, mágicamente luego de ello también apareció un tipo de arma distinta en las de los Elegidos y demás entrenadores. Un leve temblor se sintió en la tierra pero igualmente Sky no vaciló en hablar:
—Si no les ordenas a los tuyos que bajen las armas ahora mismo, te juro que no me va a importar esparcir tus sesos por el piso en tan sólo tres segundos.

—Vaya, sí que eres una chica ruda... Espero que tengas algo de palabra —anunció Aaron con total seriedad, dando un silbido para luego hacer una seña con las manos. Inmediatamente sus aliados dejaron sus armas a un lado. Ethan y Abraham no tardaron en recogerlas todas y volver a su lugar.

—Sí, bueno, tal vez no la tenga. —Continuó la chica, volteando a verlo y accionando el arma. Rose cayó a sus pies con la mirada perdida, manchando la tierra con su asquerosa sangre.

Aaron cayó de rodillas tomando la cara de Rose entre sus manos, delineando con sus dedos cada rasgo de lo que fue ella. Pero lo siguiente fue lo que paralizó a los Elegidos y lo que realmente los asustó: Aaron soltó la cabeza del cadáver fuertemente contra el suelo y se levantó, subiendo la cabeza lentamente, carcajeándose como si hubiese oído el chiste más gracioso de su vida. Tomaba su estómago en intervalos pues su risa era continua, los Elegidos veían de un lado a otro, atentos a que eso no fuera un plan de distracción. Una risa enfermiza acompañó las facciones de Aaron, mientras posaba sus ojos inyectados de sangre sobre Sky, quien tomaba el arma fuertemente con su mano derecha.

─Muy mala elección, Sky Johnson. ¿No te han hablado alguna vez de no jugar con fuego, y menos contra el mismísimo satán? ─negó irónicamente Aaron─ Esto no es sobre Rose, ella no es siquiera tan importante, era sólo una pieza más en mi monopolio; pero no olvidaré que jugaste contra mi palabra pequeña zorra, y te juro que todo esto es solo el comienzo para eventos cada vez más violentos ─escupió aquellas palabras de odio, deteniéndose para respirar y dar un par de pasos hasta estar frente a Sky. Ella inmediatamente levantó el arma para posarla en su cabeza, y quien se hacía llamar satán pegó su frente contra la caliente boquilla, atentando contra su vida. Sky intentaba mantener el contacto visual, sin dejarse doblegar por el miedo ─. Te prometo que serás la última en dejar este mundo, porque verás a cada uno de tus asquerosos amigos morir, ¿y sabes qué? No podrás hacer nada. Eres inútil. Todo esto es un maldito circo y tu eres parte del espectáculo, cariño. Bienvenida a la Revolución.

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⏰ Última actualización: Oct 16, 2016 ⏰

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