Yo se que me amas...(TakanoxOnodera)

Apresurar lo inevitable

Una habitación fría, siluetas conversando por todas partes, y decisiones indebidas tomadas, Onodera cerro sus ojos, temiendo de lo que podría pasar ahora, por unos momentos, se dio el lujo de pensar que era, que cosa lo había hecho quedar en ese estado tan demacrado ¿es mismo? ¿Su bebé? O ¿Takano? La respuesta es simplemente obvia, solamente que Onodera no se da el tiempo de creer que él fue el de tan terrible acto.

Un terrible dolor se siente en su estómago, y un llanto que no existe comenzó a pasar por sus oídos, como un bebé que acaba de nacer, pero en su imaginación, siente que le quitaron algo, algo importante, algo que ama más que su vida. Ni siquiera pidieron su consentimiento, se lo arrebataron, lo mataron...

Y lamentablemente no pudo hacer nada para detenerlo, suponía que. Era el destino.

*No se sabe exactamente pero, Tiempo después*

Onodera estaba recostado en la cama, mirando el techo, sintiendo un vacío en su vientre, y un dolor inmenso en el pecho, lagrimas no dejaban de caer por sus mejillas hasta llegar a las almohadas a sus lados, nadie le había dicho lo que le paso, pero simplemente...era imposible no deducirlo.

Un doctor entro por la puerta, no se veía muy bien incluso casi igual de triste que Onodera, pero aun así no compartiendo el mismo dolor, pero Onodera se veía mil veces peor que él, aunque fuera solo internamente.

-usted...está en buenas condiciones, su salud va mejorando... y, al parecer hace poco también vino al hospital...debería cuidar mejor su salud.

-sí, lo se...tengo mala suerte ¿no lo cree?

No dijo nada más, solo salió de la habitación, dejando a Onodera solo con su tristeza.

Sujeto su vientre con ambas manos acariciándolo tiernamente mientras sonreía, y comenzaba a hablar como antes, como si alguien más que él estuviera en la habitación.

-Amor... yo no quise esto, yo te amo mucho- sus labios comenzaron a temblar a medida de que su voz se quebraba- seguramente eras demasiado perfecto para este mundo...y yo soy demasiado imperfecto para tu mundo. Tranquilo, hare lo que sea para estar a tu lado.

Sin decir más, se sentó en la camilla e intento levantarse, al comenzar a caminar, se cayó al instante al suelo, tropezando con un plato de metal lleno de cosas de "cirujanos". Mirando esos elementos un rato, acaricio nuevamente su vientre.

-¿esto es una señal amor?- sonriendo ampliamente sujeto el bisturí camino nuevamente hasta la cama, recostándose de la manera más digna- ok mi amor, esta vez sí estaremos juntos- acercando el artefacto a su cuello sin miedo, comenzó a rasgar su piel unos centímetros hasta que... alguien entro a la habitación, con flores, chocolates y osos de peluche... ¿Quién será?

-Ritsu, mi amor... mira que te compre...ohh, debo admitir que estaba preocupado, pensé que te afectaría a ti también- Onodera estaba congelado, tratando de descifrar todo lo que decía, ¿de verdad está diciendo eso?... ¿en serio?- al final decidí traerte al hospital rápidamente y mira, oh, estas fantástico- se acercó a los labios de Onodera robándole un beso- ahora solo me tendrás a mí, tranquilo, yo estaré contigo.

-tu... ¿mataste a mi bebé? ¿Nuestro bebé? ¿Nuestro hijo?-ocultando el bisturí lo apretó con fuerza, mientras veía a Takano directamente a sus ojos, no había ni una pizca de culpa en ellos-

-no lo digas así, suena horrible, solamente apresure lo inevitable- se sentó exactamente al lado de Onodera apoyándose en su hombro acurrucándose como su fuera un perrito-

-apresurar...lo inevitable...-

Se retorció levemente en la cama dándole la espalda a Takano, sujetando su cabeza con ambas manos tirando de su cabello, llorando fuertemente, mojando las sabanas y casi ahogándose con su saliva. No podía hacer nada más que eso, estaba mal de todas las maneras posibles, simplemente era doloroso ese asunto. Perder a tu hijo...horrible.

-Tu...te odio- lo decía con un hilito de voz, ya que no podía hablar mucho, por el llanto su garganta y estomago dolían y al hablar aumentaba ese dolor- Te odio, no sabes cuánto...-

-rio levemente abrazándolo por la espalda besando su nuca- amor, no digas eso, iba a morir de una u otra forma-

-ni siquiera le diste la oportunidad de que viviera...-

-le ahorre un sufrimiento, lo hice por él-

-No entiendo, no había razón alguna para que lo hicieras.

-claro que sí, dijiste que lo amabas más a él, era necesario, estaba en mi camino.-

De golpe Onodera se levantó de la cama, ignorando la sangre que brotaba de su cuello, exaltado mirando a Takano notoriamente enojado, sintiendo una horrible impotencia, apretando fuertemente el bisturí tratando de calmar sus impulsos.

-era tu hijo ¿lo sabes verdad?-

-sí, y me hace MUY feliz, tener un hijo contigo-

-Ya no lo tendrás, murió, se fue, lo mataste y estas consiente de eso-

-Takano reía mientras rascaba su nuca, como si lo estuvieran regañando por romper un vaso- pero aun así tuvimos un bebé, fue suficiente felicidad para mi.-

-tu... ¿estas enfermo? ¿Tienes algún problema?

-mph...Supongo que si.-

Onodera apretaba con más fuerza el artefacto, planeando en su mente lo que tenía que hacer, aparte de tratar de ir junto a su bebé, tenía otros planes. Alzo sus brazos para que Takano lo abrazara, las lágrimas no paraban de caer, y sus ojos se estaban irritado al igual que su cara estaba muy roja- abrázame- dijo Onodera de la manera más dulce que podía. No porque quisiera complacerlo, no porque quería hacer las paces.

Cuando Takano lo abrazo, rápidamente Ritsu busco el bisturí entre las sabanas.

"Apresurare lo inevitable"

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Hola, el proximo capitulo es el final, tal vez lo publique pronto, espero que este fic le haya agradado, y si no pues mala suerte :v ya legaste hasta aqui a desperdiciar tu tiempo, bueno, el próximo cap sera algo cortito "a no sseeer" porque es obvio lo que pasara después de esto ¿no?

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