Capítulo 8: Carta, Protección, ¿Celos?, un Informe y un mañana

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Draco se encontraba en el gran comedor junto a sus amigos, el trió de oro y Neville, que se habían sentado en la mesa de Slytherin para poder conversar con Draco y enterarse de cómo estaba su salud, aunque Ron no estaba del todo conforme y cómodo con la situación, ya había estado en la sala común de las serpiente y estar en su mesa no era la gran cosa ahora, pero no dejaba de ser incomodo, sin embargo ahora Draco era su amigo y por Merlín, que el cuidaba y veía por sus amigos.

-Ya Daphne, no quiero comer más- se quejó Draco haciendo pucherito, mientras se apartaba del alcance de su castaña amiga, que pretendía obligarlo a comer aún más.

-Pero Draco- se quejó la Slytherin- tienes que comer, mira lo flaquito que estas- lo señalo de pies a cabeza.

-Y quiero seguir estando así, gracias- contesto decidido Draco, él no era ningún tonto que se mataba de hambre por estar flaco, pero por Merlín, que al menos quería caminar tranquilo y poder verse los pies al final del día, si seguía comiendo así, ya estaba más que seguro, que eso solo pasaría en sus sueños y fantasías, porque terminaría tan gordo que parecería una pelota de playa, que en lugar de caminar tranquilamente, rodaría por el colegio- ¡¡¡¡¡Pelota de playa no!!!!!!!!!!- grito espantado el rubio, ante sus pensamientos.

-¿Qué?, ¿Pelota de playa?- pregunto extrañada Daphne por el súbito grito de su amigo- ¿Draco te encuentras bien?- añadió ya más preocupada, ¿Qué tal y el rubio estaba teniendo problemas de algún tipo?.

-Daphneeee- lloriqueo el Slytherin, que ya se veía como una enorme y rubia pelota en su mente- ¿Porque me quieres volver una enorme bola de carne?, ¡¡¡¡¡¡Yo no quiero ser pelota!!!!!!!!!!!!!!!!!- izo berrinche el rubio, sin importar que todos lo vieran.

-Cálmate Draco- hablo Daphne ya más calmada, al comprender al fin que su amigo estaba alterado por una de sus acostumbradas locas ideas, que se formaban de la nada en esa cabecita rubia- no vas a ser una pelota- trato de tranquilizarlo.

-¿Enserio?- pregunto un lloroso Draco, que en verdad no quería ser una pelota, no era nada en contra de ellas, era divertido jugar con ellas, pero el en verdad apreciaba su figura, el poder ver sus piecitos y lindos deditos (de los pies) además claro de poder agacharse sin problemas.

-Si mi Dragón- le dijo cariñosamente- te prometo que no lo serás, ¿De acuerdo?.

-De acuerdo- acepto más calmado- uffff, estaba muy asustado, pensé que tendría que rodar por los pasillos y no es bonito Daphne, no es nada bonito- izo pucherito- al menos no como me lo imagine yo- agrego pensativo.

-Jajajajajajajajja- se escuchó la fuerte risa de Blaise.

-Cálmate, ¿Qué te pasa Blaise?- le pregunto Theodore que estaba sentado junto a el- ¿Por qué te ríes así?.

-E-es qu-que...jajajajajajaja Th-heo, f-fu-fue- tomo una gran bocanada de aire, tratando de calmarse- yo...es que..jajajajaja, fue tan gracioso, no puedes imaginar cuanto...jajajajaja.

-¿Qué fue gracioso?- pregunto una inocente Astoria, que no entendía el porqué de su risa.

-¡Draco!- exclamo un risueño Blaise- me lo imagine todo gordote, hecho una pelota de playa, rodando por todo el colegio... jajajajajaja, ¿Se lo imaginan?, tendríamos que empujarlo con algo para que ruede, y ruede y ruede y rue.... ¡¡Aauuchhhh!!!!- se quejó el moreno- eso me dolió- dijo con ojitos llorosos.

-Te lo mereces por odioso- le reprendió Draco, que era quien le había dado un buen zape en la cabeza a su moreno amigo, por hacerse el graciosillo con su sufrimiento.

-No es verdad- izo pucherito Blaise mientras pasaba una mano por sobre su cabeza, ¿Qué no entendían que no debían golpearlo en la cabeza? que tal y se quedaba sin neuronas, ¿Alguien iba a pensar por el?, ¿No verdad?, pues entonces que no lo golpearan en ella; después de todo que culpa tenía el de ser una persona tan imaginativa, ingeniosa, divertida, admirable, hermosa, divina, un monumento de hombre, la máxima expresión de perfección, hheee, ¿En que estaba pensando? ah sí, él no tenía la culpa de ser una hermosa personita que tenía una brillante imaginación.

La Orden Draconis (Harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora