Dicen que los niños buenos se van al cielo cuando mueren, a lado de Diosito y su hijo Jesús; en cambio, niños malos, como yo, se van al infierno, donde hay un monstruo que lo llaman diablo y es malo, tiene cuernos y una cola larga. A lo largo de mi vida creía vivir con el diablo, pero disfrazado de humano, sin cuernos y cola, pero con manos grandes las cuales me golpeaba y piernas con las que me aprisionaban en la cama hasta llegar a hacerme daño. Siempre he pensado que merecía estar con el hombre malo, fui un problema y estorbo para mis padres desde que nací, un error que debió ser desechado. He escuchado que cuando la persona más querida se va del mundo de los vivos se convierte en un ángel y que aquello te protege hasta en los peores momentos, siempre creí que mi ángel de la guarda sería la persona que me salvaría del infierno en el que me encontraba y que se quedaría a mi lado por siempre. Capaz de poder sentir su calor, tener conversaciones hasta altas horas de la noche, reír a carcajadas hasta quedarme sin aire, nuestros brazos enredados en nuestros cuerpos cuando uno este triste y darle fuerzas diciéndole que no estaría solo nunca, las dulces palabras de aliento cuando te sientas decaído y los múltiples besos en la frente haciéndote sentir querido.
Cada acción obtenida por mis mejores y únicos amigos, emociones que jamás había sentido ni por compañeros del pasado. Sus voces en susurros acompasadas formando melodías, arrullos que me hacían sentir en seguridad y dejando mis más temibles pesadillas atrás.
Pero no volvería a pasar.
Los médicos que el padre de Zayn había contratado para revisar mi salud se encontraban nerviosos de mi cambio de actitud y tenía mucha razón el que el señor Malik se encontrará enojado por mi comportamiento, pero todo en mí era nulo de emociones al haberme enterado de los sucesos que paso el tiempo cuando me encontraba en mi casa encadenado. Terribles palabras que había soltado Zayn el día cuando desperté del sueño que habían provocado las inyecciones de Josh y Logan, médicos jóvenes pero profesionales en lo que hacían, para hacer más fácil su trabajo en las curaciones de mis heridas.
Ni siquiera sabía por qué seguía en cama sin hacer ningún movimiento ni siquiera para abrir la boca a recibir los alimentos que Cameron, uno de los gemelos y muy amigos de Harry, gentilmente traía para mi estómago. Zayn me tenía que cargar en sus brazos y frotar la esponja con suavidad en todo mi cuerpo, dejando en vista todas las cicatrices, pero siendo sincero era lo menos importante.
- ¿Liam? -seguía mirando mi punto fijo esperando de un milagro, no me importaba si me moría, deseaba que Harry y Niall entrarán por aquella puerta-. Liam, escúchame, tienes que comer, has perdido un kilo más. -parpadee tres veces y apreté mis manos puños-. Yo sé que me escuchas, sabes de qué estoy hablando, no te tortures de esa manera. -solté un suspiro y volví a mi estado normal-. ¡Liam Payne, hazme caso! -no me moví, pero hice una mueca cuando se plantó frente a mí obstaculizando mi atención en la puerta-. Harry está muerto, Niall está en la cárcel y tú estás en una maldita cama sin hacer nada. ¡No dejas de ver esa maldita puerta! -llevo sus manos en mis hombros y por poco presentí que me golpearía-. ¡NO VOLVERÁN!
Me estremecí al último grito del moreno y una lágrima cayó por mi mejilla, pase saliva bajando la cabeza hacia mis dedos que se encontraban encima de mi regazo. Desde que me entere lo que le paso a Harry o a Niall, ese mismo día no bote ninguna lágrima o siquiera tiré las cosas que se interponían en mi camino, simplemente me quede en silencio y deje mi visión en la madera esperando por la llegada imposible de los chicos.
- Lo siento. -susurre muy bajito, mordí mis labios cuando sentí lo brazos de Zayn rodear mi cuerpo-. ¡Lo siento mucho! -abrace su torso con fuerza cuando se acercó, forme mis manos puños encima de su espalda, los sollozos se intensificaron y los brazos de Zayn me apretaron más a su pecho-. ¡Perdón!
Me separe de inmediato del chico cuando las inmensas ganas de vomitar me invadieron, sin importarme que pudiera pasar corrí todo lo que mis piernas daban al cuarto de baño de la misma habitación y caí de rodillas frente al váter a vaciar mi estómago escaso de alimentos.
- Esta bien, bebé, todo está bien, yo estoy aquí.
Sus brazos no se habían alejado ni un poco de mi cuerpo o siquiera por los gritos que daba por mi desesperación, poco a poco fui llenando aire a mis pulmones y obteniendo un buen resultado al detener los sollozos. Mis respiraciones fueron acompasadas como las de Zayn para después sentir dulces besitos en cada parte de todo mi rostro dejando que mis labios se estiren en una sonrisa.
- Eres muy bonito cuando sonríes, ¿Lo sabías? -negué con la cabeza y deje que mi sonrisa se extendiera-. Eres hermoso, Liam, todos son envidiosos si te dicen lo contrario. -rei cuando sus dedos hicieron cosquillas en mi estómago-. Tu risa es música para mis oídos, tu felicidad es también la mía, pequeño. -nuestros ojos se conectaron, pero al instante baje la mirada; los dedos delgados del chico levantaron mi mentón con suavidad y uno de ellos acarició mi mejilla cuando nuestros ojos volvieron a verse-. Todo terminara pronto, lo prometo por mi vida Liam que volverás a sonreír y esta vez será para siempre.
Mis mejillas se calentaron a sus palabras y la promesa que me estaba haciendo en esos momentos, sonreí apenado y volví a bajar la cabeza dejando que mis labios se estiren más.
Lo quería, quería mucho a Zayn.
- Yo también te quiero mucho, bebé, mucho mucho.
Oh, Dios, me quiere.
Acerque mis dedos temblorosos a su rostro al levantar la cabeza y pegar mis labios a su mejilla, fue solo un choque de labios en su piel suave. Al separarme, la sonrisa de Zayn se extendió y sus dedos acariciaron la piel de mi rostro, besitos suaves chocar en mis mejillas, en la frente y en mi mentón; deje de respirar cuando sus ojos chocaron con los míos, me sonroje cuando sus dedos pasaron por mis labios y me quede perdido en el toque. Desconecte nuestras miradas al pasarla a su boca, labios que no había visto con detalle, separados y dejando una buena vista de su labio inferior. Ambos nos quedamos quietos, ninguno quería moverse e interrumpir la conexión en la que nos encontrábamos y en mi interior agradecía que el moreno solo mirará mis ojos en silencio.
- Zayn...
El chico se acercó a mí rostro, sentí la punta de su nariz chocar con la mía y cerré los ojos ante la caricia. Su aliento tibio chocó contra mi mejilla y sus labios pasar lentamente por mis mejillas hasta hacer un camino de besos húmedos; sus manos hicieron recorrido por mi espalda hasta llegar a mí cuello y sus dedos sujetar con delicadeza los cabellos sueltos en la nuca, era poco decir que el chico me llevaba a un paraíso que jamás había viajado.
Abrí los ojos poco a poco cuando sus labios tocaron el inicio de los míos, el color de sus ojos brillaron cuando medio sonreí dándole a entender que quería un beso. Una risita ronca salió dentro de su garganta para después sentir el toque de sus labios suaves en los míos, mis manos torpemente se acercaron a sus mejillas y pegue más su rostro al mío dejando en claro un beso profundo lleno de sentimientos. Mi corazón palpitaba de forma extraña y sentía aquellos bichos juguetear intranquilos en mi estómago, sonreí en medio del beso cuando sus dedos pasaron a acariciar el pabellón de mis orejas, se sentía...no tenía una explicación clara, pero era algo muy positivo.
Lo comenzaba a amar.
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EDICIÓN// MIEDO || Liam Payne || Libro #1
Short Story❝El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. (...)❞ - Aldous Huxley. Esta historia contiene escenas de violencia, vocabulario fuerte, muerte de personajes y escenas sexuales explícitas entre chicoxchico que puede dañar la...