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Los nervios me mataban cada día que pasaba, sentía como si una espinita de recelo se presentaba en mi interior que no me dejaba tranquilo ni por un momento, mis manos sudaban y sentía muy en el fondo de mi corazón que esta noche no la pasaría junto a las personas que habían cuidado de mi todo este tiempo. Edward y Zayn estaban en la habitación hablando en voz baja en una esquina, mis ojos estaban cerrados y por increíble que parezca, ellos pensaban que estaba dormido.

- Su apellido es Payne, y con mucha más razón ese hijo de perra tiene que darle una mínima porción a Liam una vez que se pudra en la cárcel.

Trague saliva y me removí en la cama ocultando mi rostro de sus ojos cuando escuche la voz de Edward más alto. Esto se está descontrolando, puede que ahora conozcan algo sobre mi vida, pero no significa que intervengan en aquellos asuntos, mi pellejo lo pagaría. Entre abri los ojos y me tope con los ojos azulados del chico pálido al frente de mí, parpadee un par de veces y apreté los labios cuando Louis levanto su dedo índice a sus labios indicando silencio.

- No es fácil, Ed, y lo sabes.

- Sabes lo que le hizo a Niall y a Liam, y jamás lo perdonaré por haber matado a mi hermano. ¡Ese enfermo tiene que pudrirse en la cárcel! -mi corazón lo sentí arrugarse dentro de mi pecho cuando los ojos azules de Louis se aguaron-. ¡Mató a mi hermano, ¿Te parece poco, Malik?!

- Edward...-me acerque más al cuerpo de Lou y lo abrace muy fuerte, sus sollozos eran bajitos-. ¿Crees que no quiero meterlo tras las rejas? Pero ese infeliz le haría daño a la única persona que nos une a nuestros amigos, que nos une a Harry.

- Basta, por favor, ¡Basta!

Escondí mi rostro en el pecho del castaño y las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos sin poder detenerlas, dolía, dolía saber que Harry había dado su vida por un inservible como yo, había entregado su alma al demonio en carne y hueso al intentar salvarme de las garras del monstruo, al ser mas horrible que mi padre me había entregado y tenía mucha confianza al haberme dejado a su cuidado.

Apreté mis puños en la camiseta delgada de mi amigo sin querer soltarme, no quería que me dejara, no quería que LouLou también se fuera, por más que intentará ocultar las cicatrices frescas de sus muñecas, sabía que él también quería dejarme solo.

- Calma cariño...-negué con la cabeza.

- Tu también te irás, me dejarás, Lou. -los brazos del chico se tensaron-. Lo harás, ¿Cierto? -levante la cabeza hasta topar mi visión a los ojos de Louis, su expresión era comprensiva, extrañaba mucho al chico de rulos-. Llévame contigo, LouLou, no quiero estar aquí, llévame.

- Yo...yo no puedo, cielo.

Arrugue mis labios y volví a estar en mi escondite anterior, mis sollozos fluian a cada segundo que pasaba en el pecho de Louis que sin darme cuenta había quedado dormido.

Los recuerdos que pase con Harry, las veces que Niall curaba mis heridas, las caricias que recibía en mi cabeza por las manos grandes de Styles o las muecas que hacia Horan tan sólo para verme reír hasta llorar, aquellos momentos que pasaba con cada uno intensificaba mi dolor hacia su pérdida. La desesperación, el dolor y la soledad habían sido mis mejores amigos antes de conocer a ese par de chicos que me brindaron seguridad, amor y felicidad.

Conocí la verdadera amistad aquel día que fui a buscarlos, el como sus amigos sin haberme conocido fueron los que me ayudaron. Gemma, hermanastra de Harry, me cantaba a la hora de dormir; Edward, el mayor de los Styles, palmeaba mi hombro y rara vez me abrazaba; los gemelos Tyler, Cameron y Michael, cocinaban en casa para todos; Yaser, el padre de Zayn, el que se encargaba de llegar en un acuerdo con los abogados de Tío John y me daba esperanzas en llegar más rápido a mi libertad; y por último Zayn, el chico delgado con tatuajes en los brazos y pestañas largas, el que me hacía suspirar a cada beso que daba a mis labios o incluso sus caricias suaves en mi estómago, aquel chico que sólo había conocido menos de un mes y ya tenía un lugar en mi corazón.

La madre de Harry había venido un par de veces al departamento a visitarme y traerme de su exquisita comida que preparaba, no digo que los gemelos sean malos pero extrañaba la comida de Anne.

- ¡Esta a mi cargo! -me sobresalte en la cama cuando los gritos resonaron en las paredes, frote mis ojos para despabilarme-. ¡Liam, hijo, Liam!

¡No!

Me cubrí con las mantas y apoye mi espalda en la cabecera de la cama, pataleaba en el colchón queriendo desaparecer de aquella habitación. Lo único que recuerdo fue la fuerte luz chocar en mi rostro y los brazos grandes de tío John apretar mi cuerpo en un abrazo, los ojos de uno de sus abogados negaba con la cabeza a la hora que entró a la habitación y anotaba algo en una libreta mientras hablaba en voz baja con el señor Malik.

Mi miedo había vuelto a florecer cuando mi tío me sacaba casi a rastras del departamento sin importarles mis gritos de auxilio, mis sollozos que eran amortiguados en los brazos del hombre malo y luego sentir sus puños en mi estómago cuando el abogado dejo el auto en donde nos encontrábamos.

- ¡Eres un maldito inútil bastardo! -enredo sus dedos en mis cabellos y cerré los ojos con fuerza, no quería verlo-. ¡Por tu culpa estaba a poco de ir a la cárcel! -aprete los labios e intente hablar, pero me gane una fuerte bofetada-. Tu amiguito esta ganando una buena condena tras las rejas, ¿Sabes que mató a Kellin, verdad?

Mis ojos se abrieron a sus palabras, el que alguna vez crei haber sido mi amigo y mi novio, estaba muerto y Niall lo había matado...no le creía. El rubio podría dar miedo incluso tener la apariencia de chico malo, al igual que Harry, pero jamás lastimaría a nadie o siquiera cometer asesinato.

¡Es mentira!

- ¡Yo no miento, inútil! -escupí sangre cuando había vuelto a sentir su puño estrellarse en mi estómago-. Lo que me ha costado volver a tener tu asqueroso trasero en mis manos, ahora si no te podrás escapar tan fácil. -una lágrima cayó por mi mejilla-. Me encargare de hacer tu vida mas miserable, una mierda, te hare sufrir al punto que no vuelvas a ver a tus góticos amigos. -tape mi boca con mis manos-. ¡Nunca!

- Señor...-mi cuerpo tembló al escuchar la voz desconocida, gire mi rostro un poco y me sorprendí al chocar con los del chofer, pero volví a bajarla al sentir un manotazo en mi cabeza.

- ¡¿Qué?!

- Ya...ya llegamos.

Levante como pude mi cabeza y note un lugar desconocido para mis ojos, la gran mansión que estaba al frente de mí no la había visto nunca. Intente librarme cuando el monstruo se propuso a atar mis muñecas y opsticulizar mi visión con una venda negra.

Llore y grite lo que pude hasta sentir un trapo cubrir parte de mi boca y nariz dejándome en un profundo sueño.



EDICIÓN// MIEDO || Liam Payne || Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora