Estaba en clases como cualquier día, sentada al lado de mi amiga Andrea, una chica muy alegre, bueno Andrea es una de las chicas más "populares" , conocida por todos en la escuela, no me complica que sea tan conocida, sólo que a veces me da miedo perder a esa única persona a la cual eh llegado a considerar una amiga.
Mientras pasaba la clase de Matemática estaba muy aburrida, la verdad nunca eh entendido mate y tampoco quiero entenderlo, prefiero morir sin números en mi cabeza, así que tomé mi móvil y conecte mis audífonos para escuchar música, cuando ya estaba escuchando música de la nada comencé a recordar momentos vividos y bueno, simplemente vinieron a mi unas inmensas ganas de llorar, no soy de las chicas que lloran delante de las personas, prefiero mantenerme siempre como la chica "indiferente" a la vida. Intente pensar en otras cosas cuando noté que realmente estaba sola, sentí un vació en mi interior, que sinceramente sentí como consumía mi interior, me levante de mi asiento intentando contener las lagrimas, saque uno de mis audífonos de mis oídos para oír lo que me diría mi profesor, ya que, me estaba acercando a él para hacerle una pregunta, bueno Andrea ni notó que me paré, ella estaba hablando con unas chicas que se sientan cerca de nosotras y no me sorprendía que nadie notara que estuviera triste, después de todo nadie lo nota. Me acerque al profesor y dije: -"Profesor, ¿puedo ir al baño?". él hice un movimiento en su cabeza indicando que podía, el profe siempre era muy comprensivo, realmente era demasiado simpático, pero aún así lo ignoraba la mayoría del tiempo, por muy cool que pudiera ser, seguía siendo profe de Matemáticas.
Me encerré en el baño de la escuela, no podía seguir conteniendo mis lagrimas, sólo quería desahogarme de alguna manera, no tenía nada con filo para cortarme, debía sólo llorar, aún no era momento de liberarme, de sentirme viva. "Realmente odio este lugar" pensaba en mi interior, quería marcharme de aquí, no sólo del baño, sino de todo lo que me rodeaba, sentía que el dolor me absorbía de la manera más dolorosa, nadie podía saber y mucho menos entender lo que en mi interior guardaba, era mi más profundo y oculto secreto.
Finalmente seque mis lagrimas me dije a mi misma "resiste, un poco más, resiste y sonríe." Así fue que lave mi cara mire mi reflejo en el espejo y en susurro dije: -"Ojala mueras, asquerosa."
Volví a mi clase, sonreí como siempre, comencé a gritar y a decir boberias con el fin de que nadie notará mi tristeza.
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Mi historia suicida.
Novela JuvenilMi nombre es Laura, tengo 15 años; vivo en Argentina desde que tengo conocimiento, tengo tres hermanos, pero bueno... Comenzare a contarles un poco de mi vida. Cuando tenía doce años ocurrió un suceso el cual jamás podre olvidar, recuerdo con exact...