23. Amor extraño

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Sus labios recorrían cada centímetro de mi cuello haciendo que la piel se me erizara y no pudiera evitar apretar con más fuerza sus manos que agarraban las mías por encima de mi cabeza.

Mi corazón latía con fuerza contra mi pecho como si buscara encontrarse con el suyo, desesperado por conectar de nuevo con él, cuando repentinamente, sus ojos azules y llenos de inocencia se clavaron sobre los míos e hicieron que mi cuerpo se detuviera.

"Te quiero" susurró intentando controlar su pesada respiración.

Cerré los ojos y acorté la distancia que separaba mis labios de los suyos, besándolos con fuerza, como si fuera la última vez que volverían a sentir lo mismo.

Tuvimos que romper el beso por falta de aire. Abrí los ojos para encontrarme de nuevo con la mirada que me hacía perder la cabeza, pero en lugar de encontrarme los ojos azul cielo de Liam encontré otros. Unos ojos azules manchados con pequeñas motas de color verdoso que siempre me hacían dudar de su verdadero color, unos ojos llenos de lujuria pertenecientes a Theo.

"Te quiero" dijo colocando una media sonrisa en sus labios.

Desperté gritando, amoldando mi vista lo más rápido posible a la luz del día y revolviéndome en mi sitio, como si algo hubiera intentado atacarme.

Mi corazón seguía acelerado a causa de ese sueño, incluso tenía mi boca y mis labios completamente secos. Solo había sido un sueño, un sueño causado por todo este estrés, lo mucho que mi mente echaba de menos a Liam y todo el tiempo que pasaba con Theo. Solo había sido un sueño inocente, o al menos eso intentaba hacerme creer.

Solté el aire comprimido en mi pecho al ver que todo estaba bien, hasta que recordé todo lo que había pasado escasas horas atrás.

Estaba en mi habitación, pero aun vestida con la ropa del día anterior y por alguna extraña razón era incapaz de recordar como había llegado hasta aquí o que había pasado.

Me incorporé de un salto y busqué desesperadamente mi móvil entre el desorden de mi habitación. Lo normal era que lo dejara en la mesilla de noche, pero teniendo en cuenta que no recordaba nada no sabía donde lo había puesto.

Acabé encontrándolo bajo un montón de ropa en mi escritorio. Tenía mil llamadas y mensajes de todos, pasé de leer los mensajes y directamente marqué el número de Lydia, sin embargo antes de pulsar el botón de llamar mis ojos se encontraron con mi mochila y recordé lo que había en su interior.

Guardé el móvil y fui a por la mochila en su lugar, de todos modos si había pasado algo malo prefería esperar para saberlo.

Dejé las fotos de la caja a un lado, no las había visto todas, pero esa parte podía esperar, tenía más curiosidad por ver el resto.

Encontré un bote de pastillas, sin ningún tipo de nombre, podrían ser caramelos o directamente droga, así que mejor dejarlas a un lado. Un pen drive y un colgante de una luna menguante.

A pesar de que el pen drive era más importante mis ojos se quedaron hipnotizados con el colgante. Era tan brillante, tan bonito y tan... misterioso que todo lo que quería hacer era colgarlo alrededor de mi cuello, pero en su lugar lo guardé en el bolsillo de mi pantalón.

Conecté el pen drive a mi ordenador y enseguida se abrió mostrándome carpetas con distintos nombres, uno de los primeros era el mío y a pesar de la curiosidad que tenia por ver que contenía esa carpeta primero fui a ver la de Theo.

Pensar en él ahora era totalmente distinto y esperaba que solo me durara un par de horas porque no quería sonrojarme cada vez que tuviera que mirarle a la cara.

Ready Or Not (Teen Wolf)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora