Dismaland → historia corta

1. Euthanasia Coaster

—¿Estás loca, Amity?— Kennedy me pregunta, tiene el ceño fruncido y sus ojos puestos en la pantalla del ordenador, donde se encuentran varias fotos del parque —¿No hay otro lugar al cual te gustaría ir?

—¿Cómo qué?— Pregunto con la mano derecha puesta en mi cadera, vamos, estamos en Bristol. —¿De pesca? ¿A un lago? ¡Por supuesto que no! Todo eso lo he hecho ya, quiero probar algo distinto, algo de lo que pueda hablar al volver de las vacaciones y que la gente se interese— Y aquello era cierto, he hecho toda actividad recreativa posible. Había ido a lagos, montañas, de pesca, de excursión, he hecho todo tipo de cosas. Pero esto era una oportunidad única y que no muchos vivirían puesto al corto tiempo en el que el parque estaría abierto.

Kennedy suspira, negando con su cabeza —Encuentro esto un poco muy macabro, Amity. ¿Una cenicienta muerta y papparazzis fotografiándola?— Alza sus cejas, exagerándolo todo como si un accidente verdadero se tratara.

—Es pintoresco— Me encojo de hombros.

—¡Es macabro! ¿Te imaginas que allá haya algo más que sólo figuras aterrorizantes?— Fingió tener escalofríos. Rodando mis ojos, le quité el ordenador de las manos y me senté en el sofá —¿Qué haces, Amity?

—Comprándonos boletos para Weston-super-Mare.

—¿Qué? ¿Has dicho "comprándonos"?

—Sip— Digo, haciendo énfasis en la "p" —No crees que iría ahí sola, ¿o sí?

—Amity, yo no...

—Si me acompañas pintaré un cuadro contigo, ¿vale? Te conseguiré los mejores paisajes.

—¿Estás tratando de chantajearme?— Entrecierra sus ojos.

—Podría presentarte a Ryan Seacrest— Alzo una ceja, y su semblante cambia por completo, abriendo sus ojos como platos.

—¿A qué hora es el vuelo?

[...]

—¿Estás segura de que es una buena idea, Amity?— Kennedy preguntó, lucía bastante preocupada ante la vista que estaba teniendo. Estábamos en las afueras de Dismaland, desde donde nos encontrábamos podíamos apreciar el castillo destruido que habíamos visto en internet, y la frase "Bienvenidos a Dismaland... la vida no siempre es un cuento de hadas" era repetida constantemente con una voz no muy confortante desde los altavoces. Yo estaba más que maravillada ante el pintoresco paisaje, sin embargo, mi hermana no parecía muy cómoda.

—Más que segura.

—¿Y qué tal si hay verdaderos monstruos allá adentro?

—De ser así... tendré una gran primicia para el mundo— Sonreí orgullosamente, caminando hasta la taquilla con mi hermana siguiéndome de cerca. Al llegar, nos enfrentamos a una gran fila de personas, más de la que me esperaba para ser honesta.

—Realmente no puedo creer que hayan tantas personas para entrar a un parque tan deprimente— Mi hermana dice con un deje de incredulidad en su voz. Acto seguido, saca su celular y abre la aplicación de Wattpad, retomando la lectura de uno de sus libros. Esta vez es el turno de El Barril Amontillado. Kennedy ama los libros clásicos.

—¿Qué podías esperar? Según las redes ha estado en boca de todos por las últimas semanas. Oí que los creadores de Dismaland les mintieron a los habitantes de la zona diciéndoles que grabarían a una película para que no intervinieran en la creación del parque.

—Mejor no sigas hablando, Amity. Si me dices más sobre lo que has oído del parque es probable que llame un taxi que me lleve de vuelta a Bristol— Mi hermana guarda su teléfono en el bolso que ha traído consigo cuando una muy tétrica versión de Mickey se nos acerca. Su traje era opaco, percutido, y su cara era tal que parecía haber salido de un accidente de coche. Por ojos tenía orificios rojos (por lo cual sospecho que se los han arrancado) y por una abertura se le ven los huesos y músculos ensangrentados.