09. Un simple terreno

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Punto de vista de Amity

Justin estacionó frente a las instalaciones de Dismaland. No se encontraba desierto, claramente. Había camarógrafos y todas las personas que se encargarían de dirigir el documental estaban ahí.

Sentí un escalofrío. Es la primera vez que visito el parque después de saber la verdad. Y la verdad, no me sentía muy cómoda con ello, con el hecho de que tendría que contar todo lo que pasó aquí. Pero me encontraba en mi área de confort, supuestamente. Al menos eso es para mí cualquier sitio del que pueda informar a la comunidad.

Sólo espero que no pase nada del otro mundo.

—Bueno... había estado esperando esto desde que vi el sitio por primera vez— Dijo Justin una vez que estacionamos.

—No eres el único.

Suspirando, salí del coche, cerrando la puerta detrás de mí y caminando hacia el parque.

Desde el mismo momento en el cual pusimos un pie dentro, un hombre salió alegremente a saludarnos.

—¡Aquí están las estrellas del documental! — Carcajeó el hombre de unos cincuenta años y con perfecto acento inglés.

George Bennett era un director bastante conocido en Inglaterra. Hoy, teníamos el honor de trabajar con él. Me alegra que se haya animado a formar parte del proyecto.

—¿Cómo esta, señor Bennett? — Le preguntó, saludándolo con un beso la mejilla.

—Muy bien, bella dama— Me dice —. Señor Bieber, ¿Cómo se encuentra usted? — No pierde su alegría al saludar a Justin con un apretón de manos.

—Muy bien, listo para trabajar.

—Me alegra que tengan esa actitud— Respondió —. Pasen, pasen. Tenemos una sala donde los arreglarán por aquella esquina— Dijo, señalando a una gran carpa que tenían instalada en un terreno vacío del parque.

Bastante cerca de donde Kennedy fue atacada...

—Bien, muchas gracias— Le digo, y nos dirigimos hacia allá.

[...]

—Así que, a ti te estaremos entrevistando mientras ella estará haciendo un reportaje de lo sucedido aquí, recorriendo todo el parque, e informando todo lo ocurrido— George le dijo a Justin mientras a mí me estaban maquillando.

Miraba a todo lo que tendría que hacer en el día, que estaba impreso en un papel que me habían facilitado: un recorrido por la galería del parque, y deducciones sobre lo que podrían significar, reportar desde la Euthanasia Coaster, y finalmente... un recorrido al castillo principal.

He hecho reportajes miles de veces antes, es algo que podía hacer con los ojos cerrados, al derecho y al revés, pero recordar las situaciones vividas aquí simplemente hace todo más difícil.

—Eres muy buena en lo que haces— Me aseguró Justin una vez que George se fue —. Lo harás muy bien, en serio.

—Muchas gracias, Justin— Le respondo.

—Estás lista— Me dice la maquillista, interrumpiendo nuestra conversación.

Bueno, es hora.

Justin y yo nos deseamos buena suerte antes de tomar caminos separados, él dirigiéndose al castillo y yo hacia la galería. Me alegra saber que pronto todo esto será destruido.

Cuando llegué al lugar, George me dio las indicaciones para que comenzara con mi trabajo, y eso fue lo que hice.

Empecé a leer las tarjetas que se me mostraban a medida que recorría la galería, haciendo mi trabajo de manera normal. Aunque en el fondo, me preguntaba si Justin se sentía cómodo estando en ese castillo.

—¡Felicidades, Amity! Hiciste un gran trabajo. Superaste mis expectativas— Me dijo George al final de las grabaciones.

Habíamos pasado varias horas en ellas, pero logré concentrarme más de lo esperado.

Después de que Peter Foster cayera tras las rejas, este parque no era más que un gran terreno lleno de grandes máquinas de hierro. Más nada.

Al finalizar las grabaciones me dirigí al castillo, donde se encontraba Justin siendo entrevistado por un periodista local.

—Y para finalizar esta entrevista... me gustaría preguntarte una última cosa. Sabemos que fuiste secuestrado por Peter Foster en este mismo castillo para que no revelaras su secreto. ¿Podrías contarnos sobre esta experiencia?

Permaneciendo de pie en silencio y a una distancia considerable, mi corazón se estremeció.

—Seguro, uhm... me esperaba que él intentara algo como eso, más nunca creí que lograría hacerlo. Es decir, ¿Atraparme y que nadie venga a por mí? Debió pensarlo un poco mejor.

—¿Te sometió a golpes, o algún tipo de maltrato mientras te mantuvo encerrado?

—La verdad... sí.

Oh Dios.

—Varios hombres venían todos los días y me propinaban una paliza, siempre diciendo "por si se te ocurre volver a tratar de hacer lo mismo". Me dejaron inconsciente una o dos veces. Pero no le veo sentido a hablar de ello, honestamente. Lo importante es que estoy aquí, fuera de sus garras, y la verdad ha sido descubierta. Aunque sin Amity, nada de esto hubiese sido posible.

Sonreí, sintiendo cómo mis mejillas comenzaban a arder.

—¿No es así, señorita Green? — Se volteó y me vio, como si desde el principio hubiese sabido que yo estaba ahí.

Asentí.

—Así mismo es, señor Bieber.


N/A: El siguiente capítulo será el epílogo:( se me acaban las ideas para esta fic so... eso.


Dismaland → historia cortaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora