7. Morir de inanición

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—Esto no puede ser cierto— Kennedy me dijo. Ya le habían dado el alta, así que nos encontrábamos en nuestra suite, ella estaba recostada en el sofá, viendo al techo. Su mirada reflejaba una incredulidad absoluta.

—Pues lo es. Y no podemos quedarnos pensando en cómo rayos fue que lo que parecía imposible sucedió— Sacudí mi cabeza en negación —. Debemos ser rápidas. Tenemos que encontrar a Justin y salvarlo a toda costa.

—¿Debemos? Amity, ¿En serio quieres que me siga metiendo en esto?— Alzo las cejas, de pronto estaba de pie y con las manos en su cintura —¡Gané una contusión en mi cabeza!

—¡Yo no te mandé a que fueras a tomar fotos por ahí!

—Pues entonces, ¿Qué más iba a hacer en este macabro lugar?— Agregó —¡No vine a quedarme encerrada en un hotel!

Tomando el puente de mi nariz con mi mano derecha, respiré profundo, sin querer iniciar una discusión que ciertamente no nos llevaría a ningún lado.

—No ayudes si quieres, ya— Dije, rebuscando en mi cartera mi celular —. Yo me encargaré de esto, tengo contactos.

Narrador Omnisciente

Justin finalmente despertó de su sueño. Aunque al ver sus alrededores, y caer en cuenta de lo que había pasado, hubiese preferido no haber despertado.

Se encontraba en una habitación en deplorable estado. Todo lucía como si no hubiese tenido mantenimiento en un gran tiempo, era un ambiente oscuro, sombrío. El lugar podría ser fácilmente un calabozo.

Pero no. No se trataba de nada más que el interior del castillo principal de Dismaland, en lo más recóndito de sus instalaciones.

Justin trató de levantarse, pero se sintió demasiado aturdido como para hacerlo, entonces se vio debido a tomar su cabeza, debido al gran mareo que estaba experimentando. En la misma había sangre seca.

Las puertas del lugar se abrieron de golpe, develando a Peter Foster, quien entraba con una mirada furiosa en su rostro y su diario sujeto entre sus manos fuertemente.

—Vaya, vaya... Qué tenemos aquí— Rió, su rostro furioso cambiando por uno que denotaba arrogancia, superioridad —. Al parecer no eres tan invicto como decías ser.

Justin no pudo hablar, sólo lo miró. Fue como mirar dentro de un pozo oscuro, lleno de secretos recién revelados, lleno de odio, rencor, mentiras. Lleno de negatividad y todo lo malo que un ser humano pueda tener en su haber.

—¿Qué debería hacer contigo?— Peter llevó una mano a su barbilla, fingiendo estar pensando a fondo —Quizás pueda asesinarte, serías una gran comida para mis perros. No son muy amantes de la comida regular para perros.

El rubio no se inmutó. Sabía que Foster se había convertido en un trastornado tras la muerte de su hijo, lo sabía muy bien. Alguien que sólo quiere sangre, muy independientemente de si se trata de alguien inocente o no. Quiere ver el miedo y la súplica antes de tirar del gatillo o de clavar el cuchillo.

Y Justin no podía demostrarle eso, no si quería vivir. Él no podía matar a alguien que era justo como él; sin nada de miedo en su haber.

—Como sea.

—¿Valiente? — Frunció el ceño —Vamos, sabes que estás orinándote en esos feos pantalones tuyos. Estás aterrado.

—¿Ya terminaste tu pequeña charla, Foster? Si quieres me voy poniendo de pie, para que tengas más espacio para dispararme.

Peter lo miró de arriba abajo, tragándose las palabras que tenía para decirle.

—Mejor dejaré que te mueras de hambre aquí, pequeña basura. He investigado mucho, como te puedes imaginar, y dicen que esa es una de las muertes más horribles.

—Aceptaré eso— Justin se encogió de hombros.

Dándole una última mirada llena de cólera, Peter se fue, cerrando la puerta de golpe detrás de él haciendo que las paredes retumbaran, dejando a Justin solo. Él no se creía cómo pudo haber caído ante alguien que parecía tan inofensivo al principio, claro, a comparación de otra gente con la cual ha tratado anteriormente.

Lidiando entre asesinos y esquizofrénicos, secuestradores y maridos golpeadores, Justin nunca se imaginó que el dueño de un parque al cual su hijo le había sido arrebatado de las manos iba a ser el que diera con él, lo secuestrara y amenazara de muerte. Era un golpe fuerte a su ego, y más que eso, una puerta libre a que más asesinatos ocurran dentro del parque pues... ¿Quién nos asegura que él y Amity fueron los primeros en tratar de descubrir la verdad de Dismaland?

Amity. Suspiró al recordarla, ¿Ella ya habrá notado que él está desaparecido? Seguro que sí, pensó para sí mismo. No tardaría mucho. Ella saldría a por él, y rogaba porque no se metiera en los mismos asuntos que él, para no terminar justamente del mismo modo.

Era curiosa, iba a donde tuviese que ir para conseguir lo que quiere y tomaba el asunto en sus propias manos, sin depender nunca de nadie más. Ella era como... el reflejo de Justin. Y a Justin le gustaba eso. Nunca creyó en esto de "los polos opuestos se atraen".

Claro, no era ni de cerca el momento adecuado para pensar en todo esto.

Así que, sin más que pensar, el ojimiel se sentó en una esquina de la sucia y oscura habitación, pensando en alguna manera de romper las cadenas y algún lugar para poder escapar.

Más le valía a Peter Foster que Justin no lo hiciera. Que no consiguiese escapar, pues si lo hacía... oh Dios, la cárcel lo esperaba. Y el mundo lo vería caer.

Pero días pasaron, Justin se debilitaba, su boca estaba seca, ardía y dolía. Y su estómago, se lo quería arrancar. Se revolvía y gruñía tanto que parecía tener vida propia. Peter no había vuelto y es que al parecer, sí cumplirá su promesa de dejarlo morir de hambre.

Justin se despertó, sin realmente saber si era de día o de noche, o qué hora era con exactitud. Desventajas de estar secuestrado.

Sintió ruidos, y creyó que se trataba de Peter, finalmente apareciendo para alimentarlo... o para matarlo, quién sabe.

Pero un hombre desconocido abrió la puerta, usando un traje que él de seguro compraría. Lo miró por a través de sus pestañas, estaba tan débil que apenas podía abrir los ojos correctamente.

—Vámonos de aquí— Le dijo, acercándose a él.

—¿Quién...?— Justin no pudo terminar la frase. Su boca, totalmente reseca, no se lo permitió.

Brindándole un poco de agua que Justin supo agradecer mentalmente, el hombre se identificó sacando una placa.

—He sido enviado por Amity. Es hora de salir de este infierno.

KQS


Dismaland → historia cortaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora