Por ti. [Ichishi]

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Aun encontrando a Ichigo y llenando ese hueco en su vida y memoria, las cosas no eran completamente fáciles. Ishida seguía luchando contra la incomodidad y culpa que le comían por ser la causa por la cual Ichigo había dejado su vida, se sentía estúpido y ridículo por haberse quedado parado en la esquina en lugar de meterse a algún lugar hasta que Ichigo llegara, en retrospectiva era sentido común y él, que decía ser muy inteligente, debió haber hecho lo más logico.

—¡Uryuu te estoy hablando! ¿Por qué no me haces caso? —La voz enfurruñada de Ichigo lo sacó de golpe de sus pensamientos y encontró a Ichigo mirándolo con un mohín.

—¿Decías? —Preguntó, tratando de restar importancia al hecho que lo estaba ignorando completamente sin querer.

—Siempre me ignoras... —Dijo con el mismo gesto infantil—. Te decía que vienen los exámenes y, carajo, no he aprendido ni uno de la lista de Kidoh, no sé por qué son tantos.

—No me sorprende, Ichigo, sinceramente lo tuyo no es memorizar cosas. —Dijo con una leve sonrisa—. Pero tendrás que hacer el esfuerzo si quieres graduarte.

—Como si hiciera falta que me lo dijeras —resopló—. Imagínate reprobar, sería el hazmerreír de la sociedad por los siguientes doscientos años.

—Eso es ser positivo, —Ishida rió, agitando la cabeza—. Nadie lo olvidaría hasta que el seireitei completo cambiara.

—Ya había olvidado lo efectivo de estas charlas motivacionales, —se quejó, empujándolo con el hombro.

—Nada de dramas, Ichigo, —Ishida rió—. Sabes que te ayudaré y verás que no es tan complicado como tú piensas.

—Eso dices, —dijo, cruzándose de brazos—. Pero te tengo fé, de alguna manera logras que me entren las cosas en la cabeza.

—Cosas del destino, —se alzó de hombros y siguió caminando para entrar en la academia y dirigirse hacia su cuarto, dejándolo pasar primero—. Gracias por traer esas cosas del mundo humano, creo que ayudaron en la recuperación.

—Si había algo en este mundo que pudiera hacerte recordar quién eres, eso era la costura, —Ichigo comentó con orgullo y se sentó en la silla frente al escritorio—. Quería traer el departamento completo, pero no se pudo.

—Lo creas o no, sin mis recuerdos soy pésimo para la costura, —se quejó con un resoplido—. Quedó bien cocido, pero casi me atravieso el dedo con la aguja un millón de veces.

—Si pierdo la memoria quizá me haga inteligente.

—Deja de decir que eres tonto, —le golpeó la frente y tomó uno de sus libros—. No eres tonto, te llamó así pero no por falta de inteligencia... lo hago por otras cosas.

—Porque te da pena y es muy fácil hacerte sonrojar.

—Idiota.

—¿Ves?

Ishida le aventó el suete en la cara e Ichigo lo abrazó con felicidad, al fin podría quedarse con él de nuevo sin ningún remordimiento.

—Y bueno, ¿qué haremos ahora? —Preguntó, echando la cabeza hacia atrás para mirarlo—. ¿Tiempo de estudio o de recuperar el tiempo perdido?

—Tiempo de estudio, —dijo muy para su molestia—. Hay un examen de Kidoh el Lunes y me rehuso a andar con alguien que sigue poniendo cara de no entender nada cuando le piden demostrar algo.

—Sigues siendo muy cruel Ishida Uryuu.

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Las cosas iban bien, muy bien y a pesar de la culpa que seguía sintiendo, se sentía feliz.