Entierro.

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Posiblemente este sea el capítulo más deprimente...pero mejorará. Eventualmente lo hará hehe.

Onii-chan, Ishida está... —Quizá era lo que necesitaba escuchar, pero Yuzu se detuvo a media oración, incluso ella pedía que todo esto fuera una pesadilla y que su hermano no tuviera que pasar por esto.

—No importa. —Ichigo la ignoró mientras seguía su camino, ni siquiera mirando a los demás.

—Iré con él, —Renji se despidió de Rukia y los demás antes de ir tras su amigo—. Les llamaré cuando lleguemos allá.

Rukia, Karin, Yuzu, Sado e Isshin se miraron por unos minutos antes de suspirar pesadamente. Había un funeral que planear.

—Hey, Ichigo ¿Seguro que quieres llegar a tu casa? —Renji dijo en cuanto llegó a su lado—, podemos ir a un hotel o algo así.

—No, —la voz tan apagada de su amigo le hizo estremecerse—. Iré a casa.

—Bueno, pues, tomemos un taxi, aún tengo dinero de la otra vez, —dijo mientras se buscaba en la bolsa del pantalón—. Supongo que será suficiente.

Ichigo se detuvo y lo miró con esos ojos vacíos, aparentemente luchando por pensar en que hacer o decir. Al final solo asintió levemente.

Renji atinó a sonreír un poco antes de correr hacia la avenida para encontrar uno, con la buena suerte de que no tuvo que esperar demasiado para encontrar uno libre; llamó a Ichigo y este camino hasta él, subiéndose al vehículo con movimientos mecánicos y apagados, como si se estuviese moviendo por instinto, y se recargó en la ventana, clavando la mirada hacia afuera.

«También te amo... Ichigo. »

Las palabras de Ishida le retumbaban en su cabeza, algo que en su momento fue tan bello convirtiéndose ahora en algo tan doloroso que no lo dejaba respirar. La imagen de él diciéndole aquello con la brisa invernal meciendo el cabello se había quedado plasmada en su memoria y odiaba que ahora lo estuviera atormentando en lugar de reconfortarlo. Su corazón le dolía, aún más que cuando Ulquiorra le había metido la mano al pecho y apretado el corazón hasta casi reventarlo. En aquel entonces creyó conocer la real definición de dolor, pero ahora, esto lo supera y por mucho.

Cuando arribaron al lugar, Renji pagó mientras que Ichigo salía por el otro lado y echaba a caminar como muerto en vida hacia la puerta. Podía jurar que apenas y recordaba cómo usar las llaves y aún con eso, apenas y pudo abrirla, dejándola abierta para que Renji entrara.

El departamento estaba frío e Ichigo paseó su mirada entre cada una de las cosas que había ahí, recuerdos de él e Ishida sentados viendo una película, de Ishida regañándolo porque se había levantado tarde para llegar puntuales a la escuela y un millón de cosas más lo inundaron. No pudo evitar empezar a llorar de nuevo.

—¿Quieres comer algo? —Renji le ofreció, sintiéndose impotente al notar que su amigo una vez más lloraba amargamente tras terminar de hablar con Rukia.

Ichigo negó con la cabeza.

—Bueno, tal vez sería mejor si duermes y descansas un poco. —Susurró, poniendo una mano sobre su hombro para apretarlo suavemente.

Ichigo intentó contener las lágrimas y caminó hasta el cuarto donde se encontró fallando en el momento que vio lo vacía que se veía. Con el dolor a flor de piel se metió al baño y se mojó la cara con el agua fría, esperando que aquello le ayudara a verse menos miserable pero dándose cuenta que era imposible cuando el espejo le devolvió la figura de alguien con ojos rojos hinchados y lágrimas secas manchandole las mejillas. Era un desastre.

Por ti. [Ichishi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora