Suoh Mikoto x Yata Misaki.

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Anime: K Project.

—Eh, Mikoto, ¿te sientes bien?

—¿Qué es lo que te hace pensar que no estoy bien?

—Me has dado una respuesta muy larga. Conociéndote, con suerte hubieras movido la cabeza o algo así —repuso Izumo.

Mikoto bufó por lo bajo. No es como si se sintiera mal, solamente tenía ganas de calcinar a todo el puto mundo, y todo por ese maldito enano virgen. Maldijo el día en que lo acogió en HOMRA, junto con el jodido amigo, Saruhiko. Todo estaba bien al principio, Yata adoraba a su rey, y eso no le disgustaba, el balance de todo se perdió cuando Saruhiko decidió «traicionar» a HOMRA para unirse a Scepter 4; Yata desde entonces estaba más distraído, menos gritón y escandaloso.

—Molestoso... —gruñó el Rey Rojo, refiriéndose a Izumo.

Se levantó de su sofá y salió de HOMRA con paso lento, típico de él. Se dirigió al apartamento de Yata, se sentía como un acosador al saberse la dirección del joven, pero no le importó mucho, pues el coraje crecía poco a poco dentro de él con un solo recuerdo en mente. Saru, ese asqueroso mono traidor —cómo solía decirle Yata— besándose con el pequeño y lindo enano virgen, quizás ya no tan virgen. Saruhiko le había robado el beso, claro está, pero Yata no se había resistido mucho.

En el departamento del chico, Yata estaba viendo televisión, echado en el sofá, cuando sintió que tocaron el timbre no pudo evitar soltar una maldición, ¿quién lo estaba molestando ahora? Cuando abrió la puerta, sus ojos casi se salen de la impresión. Suoh Mikoto. El Rey Rojo. Su superior. Su tan admirado superior estaba ahí.

—¿Mi-Mi-Mikoto-san? ¿Qu-Qué hace a-aquí? —tartamudeó Yata.

¿Ahora que se suponía que haría? ¿Le respondería? ¿Qué podía responderle, de todas formas?

«—Oh, bueno, verás, vengo a reclamar lo que es mío y a dejarte bien claro a quién realmente le perteneces» definitivamente no podía responder eso.

Aunque no es como si el Rey Rojo fuera de dar respuestas muy inteligentes, de hecho, ni siquiera se molestaba en dar una respuesta. Así que haría lo mismo ahora.

Se agachó a la altura de Yata y lo besó, sorprendiendo aún más al menor. Sin dejar de besarlo, entró en el departamento de Misaki y cerró la puerta detrás de él.

Mikoto se separó por unos pequeños segundos de los suaves labios de Yata para hablar:

—Tú sólo sígueme, y te juro que no te arrepentirás.

Cogió por los muslos a Yata y lo obligó a que enrollara sus piernas en la cadera. Volvieron a unir sus labios. Mikoto, aún con Yata en brazos se dirigió hasta la sofá y lo recostó ahí, como si el chico fuera una de las cosas más preciosas y delicadas del mundo, como si fuera de valiosa porcelana. Sus labios y lenguas se tocaban con desesperación, la lengua de Mikoto se hallaba en la cavidad bucal de Yata y no paraba de moverse frenéticamente, y sólo se separaban para tomar algo de aire. Mientras se besaban, Mikoto comenzó a desvestir a Yata, tiraba las prendas de ropa lejos para que no estorbasen, cuando el menor estaba semidesnudo, el pelirrojo se desvistió el mismo hasta quedar con los jeans y bóxers de la cintura para abajo; el mayor llevó una de sus manos a la entrepierna de Yata y dio un ligero apretón.

—N-Ngh... —jadeó Yata, separándose levemente de los labios de Mikoto.

Misaki apretó el sofá bajo de él cuando Mikoto le sacó el bóxer y comenzó a masturbarlo. Mikoto puso sus manos alrededor del miembro de Yata y movió su mano rápidamente, arriba y abajo, y así por un buen rato, y cuando Yata estaba a punto de correrse en la mano del mayor, éste último paró.

Mikoto se terminó de desvestir completamente y le hizo un ademán a Yata, que entendió perfectamente. El chico castaño acercó su boca a la intimidad de Mikoto y le dio una tímida lamida.

Se llevó el glande ya purpúreo y bastante duro entero a la boca y lo saboreó, escuchando como Mikoto comenzaba a gemir suavemente ante el placer que se le estaba siendo proporcionado. Luego, el miembro entero en la boca, repitió la acción un par de veces, para luego levantar sus ojos y mirar los ambarinos de Mikoto, que le miraban llenos de placer y lujuria algo insana. La cabeza del miembro de Mikoto rozaba los labios de Misaki, y en esa posición tan excitante, abrió levemente sus labios para hablar:

—¿Así...? ¿Así se siente bien, Mikoto-san?

—Se siente mejor de lo que crees...

Yata ante la afirmación de Mikoto, se alegró levemente, y ahora, con su lengua, recorrió todo el miembro, de abajo hacia arriba y viceversa. Luego, volvió a metérselo todo en la boca, Mikoto finalmente se corrió en la boca del menor, que, se tragó el semen; también cayó algo en sus mejillas y labios.

Mikoto dio vuelta a Misaki y lo puso en cuatro. Lo lubricó con tres de sus dedos ensalivados; Yata gimió de placer y dolor al sentir los dedos de Mikoto dentro de él, y luego jadeó fuertemente cuando sintió algo más grande comenzando a entrar en él. La primera embestida, aunque lenta, dolió como el demonio, a la segunda ya fue acostumbrándose y lo demás fue historia. Mikoto entraba profundamente en Yata, haciéndolo gritar de placer.

—¡Mi-Mikoto-san...! ¡Ng...!

Yata llegó al orgasmo, soltando todo su contenido sobre el sofá. Mikoto llevó su mano al miembro de Yata, dónde había algo de semen del menor, tomó algo con la yema de los dedos y se los llevó a la boca.

—Eres delicioso, Yata —jadeó—. Vamos, date la vuelta...

Yata, con las pocas fuerzas que le quedaba, obedeció ante la orden de Mikoto. Se dio vuelta, Mikoto lo tomó de la cadera y lo elevó un poco. Se hundió nuevamente en él, pero ésta, se estaban viendo a los ojos.

—Di que eres mío —le susurró, comenzando a penetrarlo nuevamente.

—¿Por qué...?

—Dilo —insistió, y las embestidas eran cada vez más fuertes.

—¡A-Ah! ¡So-Soy solamente suyo, Mikoto-san!

Bastaron sólo unos pocos minutos más para que Mikoto se corriera dentro de Yata, soltándolo casi todo dentro del menor. Se salió del chico y dejó que su semen cayera en el abdomen de éste.

—Espero que con esto queda claro que la única persona que puede tocarte soy yo, ¿no?

Se inclinó a besar a Misaki, quién abrió la boca para aceptar el beso. Sus lenguas se juntaron y se entrelazaron. Mikoto acercó sus labios a la oreja de Yata, y con una sonrisa le susurró:

—No te pongas tan cómodo, que aún no acabamos.


Agradézcanle a Justin Bieber por permitirme escribir ésto :'v Mientras escuchaba Wait for a Minute, Lolly, Hold Tight, Swap it Out, PDY, y Looking for you, logré escribir todo ésto de corrido :'D (sobre todo Hold Tight, enserio;-;). Se me paró una teta mientras me imaginaba y escribía todo ésto ( ͡° ͜ʖ ͡°) Espero que lo disfruten ( ͡° ͜ʖ ͡°)

One shots anime a pedido [terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora