Gajeel x Isabell.

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—¡Gajeel! —Isabell por poco y casi salta sobre el chico, que le miró al extrañado, hace días que Isabell estaba algo... hiperactiva.

—¿Qué quieres ahora, enana? —preguntó con tono burlón, pero al parecer Isabell ni lo notó.

—¡Hagamos esta misión! —propuso con el afiche en mano y apuntándolo.

El pelinegro se encogió de hombros, y ese fue más que un «Sí» para Isabell.

La Dragon Slayer sonrió feliz, parloteando sobre qué iba la misión.

«Parece que le dio un subidón de felicidad» Pensó Gajeel quitándole importancia encogiéndose de hombros por segunda vez y masticando un pedazo de hierro.

**

—Tengo hambre, me duelen los pies y tengo sueño.

—Hace 5 minutos rebosabas vitalidad y ahora estás que te mueres —Gajeel cacheteó a Isabell para asegurarse de que estuviera viva, a lo que la chica confirmó mordiendo la mano del pelinegro—. ¡Auch! Preferiría que me mordieras otra cosa.

Isabell mordió el brazo de Gajeel.

El Dragon Slayer de hierro agitó desesperadamente su brazo en el aire, esperando a que Isabell se desprendiera, pero ella seguía colgando, sujeta gracias a sus dientes y la fuerza de su mandíbula.

—¡Agg! ¡Suéltame, lunática! —Isabell se desprendió— Nunca había encontrado a una chica tan pequeña y problemática.

—Vamos, no te quejes, ¡a la misión! —y siguió caminando rebosante de felicidad.

«¿Estará en su periodo...?»

**

—Ya, ¿y dónde está la misión de encontrar a esos ladrones? —preguntó Gajeel, entusiasmado por pelear y mirando para todas partes.

—La verdad es que... —Isabell se puso colorada hasta las orejas en unos pocos segundos— no hay ninguna misión. Y-yo la inventé —y rió nerviosamente ante la mirada confundida de Gajeel—, escuché que en esta ciudad hacían un muy buen chocolate y mandé a que hicieran uno...

Isabell se sacó un paquete de la espalda, se inclinó, ocultando su rostro gracias a su cabello y le extendió el presente.

—¿De qué hablas, enana...? —Gajeel tomó el paquete y se dio cuenta de que un chocolate común y corriente no pesaría tanto como este pesaba.

Destruyó el envoltorio y puso observar que era hierro con pequeños chips de chocolate.

—¡Ma-Más te vale que te guste, me costó un montón conseguir a alguien que lo hiciera! ¡Pe-pero tampoco lo-lo tomes como algo muy especial! Es-es sólo chocolate de cortesía... feliz San Valentín...

Gajeel ahora lo entendía todo, su emoción por hacer «la misión», que estuviera más rara de lo normal.

Isabell abrió la boca para seguir balbuceando estupideces, pero Gajeel la detuvo. El Dragon Slayer de hierro se agachó a la altura de la pelinegra y la besó.

—Todo lo que provenga de ti me gusta, Isabell. 

One shots anime a pedido [terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora