Laito x Saori.

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Anime: Diabolik Lovers.

«—¿Por qué siempre me dejan atrás en la fila?

—Porque eres alta.

—¡Mentira! Es porque eres fea.

—¡Sí! A las más feas siempre las dejan atrás.»

Con ese recuerdo en mente de la primaria, Saori avanzó por entre los pasillos de la escuela, escuchando cómo grupos de amigos charlaban entre ellos, una que otra persona se le quedaba observando. No era la gran cosa comparado con el resto de sus compañeras, su cabello no era de un lindo color rubio que brillaba bajo el sol, ni un negro cómo la noche, sino que era rojo como la sangre que cambiaba a marrón en las puntas. Sus ojos no eran azules ni verdes, sólo un simple café claro. Lo único que hacía que llamara la atención, era su estatura. Las chicas son pequeñas, delicadas, y tiernas. No altas y toscas que cada día tienen una pelea y le dejan el ojo morado a alguien. Pero aun así, había llamado la atención de alguien. De alguien quién nunca tuvo que habérsele topado en la vida.

**

Sábado por la noche. Poco más y las líneas telefónicas explotaban por tantas llamadas entre la gente, tratando de ponerse de acuerdo para una típica salida los sábados y tener resaca los domingos en la mañana. Pero lo único que le agradaba de eso a Saori era la parte del alcohol.

Se empinó la lata de cerveza y bebió un sorbo, algo no andaba bien. Sentía unos ojos clavados en su nuca, pero por más que mirara hacia atrás, no vio a nadie.

—Son sólo tontas ideas mías —suspiró para ella misma.

Nada cambiaba, y tampoco necesitaba que cambiaran. Únicamente quería sentirse bien y cómoda, pero esa tonta mirada sobre su nuca no se lo permitían. Dejó el dinero sobre la mesa, se levantó de su lugar y con la latita aún en su mano se fue.

Laito la siguió. Le enojaba un poco el hecho de que Saori nunca llevara falda —excepto en la escuela, ya que el reglamento era estricto—, ya que no dejaba a la vista las piernas de esta. Laito pudo darse cuenta que con cada paso que Saori daba, aumentaba su velocidad.

«Así que no es tonta...» pensó «Se dio cuenta que la estaba siguiendo»

Con una sonrisita en su rostro también aumentó la rapidez de sus pasos; la sonrisita a los pocos segundos después desapareció al ver que Saori se detenía y volteaba a verlo. Laito ni se esforzó en esconderse ni no parecer sospechoso, al contrario, le dedicó una mirada llena de lascivia a Saori, la cual captó de inmediato lo que aquella mirada significaba.

—¿Qué es lo que quieres? —Preguntó, como enojada— ¿Es que acaso ni los sábados por la tarde puedes dejar de molestar a una chica?

Saori no era idiota, en la escuela parecía que no le prestaba atención a nada más que a su cuaderno de dibujos, pero en realidad se daba cuenta de todo lo que pasaba a su alrededor, y una de esas cosas era lo molestoso y pervertido que era Laito con las estudiantes y con una que otra profesora joven y hermosa.

—Ah~ ¿qué son esos? ¿Celos, podría ser? Me encanta molestar chicas~

—Moléstate a tu pene, si es que tienes. Déjame en paz —espetó, se dio media vuelta y siguió caminando.

Se sintió aliviada cuando ya no sintió esos ojos en su nuca, ni pasos que la seguían. Dobló en una esquina, y casi se le para el corazón cuando ahí, frente a frente, se topó con Laito.

—No puedes escapar de mí, pequeña.

—¿Pequeña? ¿Me dices a mí o te la estás viendo? Pedazo de imbécil, déjame pasar —intentó empujar a Laito a un lado para que la dejara pasar, pero de un solo movimiento tan rápido que un simple ojo humano ni siquiera podía percibir, aprisionó a Saori contra la muralla.

Con una mano tomó ambas muñecas de Saori y las puso sobre la cabeza de ésta. Juntó ambas anatomías de forma que ni el aire pudiera pasar entre ellos de forma brusca, la espalda de Saori chocó contra la muralla.

—Auch... ¿cómo puedes tener tantas chicas mojándose por ti y ser tan endemoniadamente bruto?

—Eso es lo que les gusta... —susurró Laito en el cuello de su nueva presa.

El vampiro se aseguró de que nadie anduviera por ahí cerca y hundió sus colmillos en el cuello de Saori, Laito admiró la cara de dolor de la pelirroja, que dejó de luchar instantáneamente al sentir los dientes y lengua de Laito en su ahora sensible piel.

Saori sin poder evitarlo se aferró al cuerpo del vampiro, que seguía succionándole la sangre. En unos segundos más se detuvo y se excitó cuando vio los ojos de Saori pidiendo compasión y sus piernas temblorosas.

—Morder tu cuello es muy aburrido —se quejó, haciendo un falso puchero infantil—. Me gustaría... intentar algo nuevo en ti.

**

Aún pasados 2 días desde aquel «incidente» con Laito, las piernas de Saori seguían temblando. Se puso la falda de la escuela y la tiró para abajo al darse cuenta que las hendiduras de colmillos que estaban en sus muslos podían verse.

Laito se había pasado.


¡Lamento mucho la tardanza! Pero, no tenía ni inspiración y mi vieja me había quitado el pc por algunas razones :v ¡Lo siento, de veras! u-u

One shots anime a pedido [terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora