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0.2

Fruncí el ceño al ver que el mensaje que tenía sin leer era de un número desconocido.

<<Sal afuera del edificio, hacia la zona de las mesas. Esto es lo que hace tu novio>>

Nada más, no decía más nada. Ni quien lo había enviado.

Algo en mí se removió al leer por tercera vez el mensaje; no sabía si era una broma de mal gusto, pero algo en mi instinto me decía que tenía que hacerle caso a aquel mensaje del remitente desconocido.

Cerré la taquilla y, acomodando la correa de la mochila sobre mi hombro, caminé por el pasillo del edificio hasta dar con la puerta para salir.

Cuando llegué a mi destino, lo que menos me esperaba era ver a mi novio con otra, sentada sobre sus piernas y ambos besándose como su el fin del mundo dependiera de ese beso.

Aparté los ojos de la pareja feliz, sintiendo como las lágrimas se iban acumulando en mis ojos; para mi mala suerte, mis ojos fueron a parar en la persona que menos quería que me viera en este estado.

Sus ojos hicieron contacto con los míos, y algo cambió en ellos cuando me vieron.

Volví a apartar la vista rápidamente y entré nuevamente a la escuela. Corrí, sin fijarme por donde iba.

Apenas la puerta del baño de chicas se cerró a mis espaldas, dejé caer la mochila al suelo y me sostuve del lavamanos; las lágrimas habían empezado a deslizarse por mi rostro, una tras otra, silenciosas.