JAMES POTTER Y LA
MALDICIÓN DEL GUARDIÁN
G. Norman Lippert
Basado en los personajes y mundos creados por J. K. Rowling
Traducido al castellano por LLL
Querido lector:
Este libro es una secuela de otra historia llamada "James Potter y la Encrucijada de los Mayores". Aunque esta historia puede sostenerse por sí misma con un poco de ayuda imaginativa del lector, se apreciaría mucho mejor como parte de la saga. Puedes encontrar el primer libro en www.jamespotter.miarroba.com.
¡Gracias por leerlo!
GHL
Índice
PRÓLOGO 7
1. FINALES Y PRINCIPIOS 19
2. EL BORLEY 47
3. LA SELECCIÓN 68
4. LA PRUEBA DEL CORDÓN DORADO 85
5. ALBUS Y LA ESCOBA 118
6. EL REY DE LOS GATOS 144
7. AMSERA CERTH 170
8. LA AUDICIÓN 198
9. LA DAMA DEL LAGO 219
10. LA PIEDRA FARO 250
11. EL CÍRCULO DE NUEVE 267
12. CUESTIÓN DE CONFIANZA 285
13. NAVIDADES EN HOGWARTS 310
14. ARTIS DECERTO 331
15. LA SALIDA A HOGSMEADE 358
16. CONFRONTACIONES INESPERADAS 378
17. EL LINAJE 392
18. EL TRIUNVIRATO 419
19. EL SACRIFICIO 450
20. EL LARGO VIAJE A CASA 472
Para Greer
Una Rose con otro nombre
Prólogo
La lluvia caía en grandes sábanas, golpeando el pavimento con fuerza suficiente como para levantar una sucia y pesada neblina. Un hombrecillo permanecía de pie en la esquina, bajo la única farola que funcionaba, y estudiaba la calle. Edificios abandonados de apartamentos se alineaban a un lado, oscuros y amenazadores, como dinosaurios muertos. El otro lado estaba dominado por una igualmente deprimente fábrica tras una verja de alambre. En la verja, los carteles de advertencia chirriaban y traqueteaban con el viento. Había un coche aparcado en la calle, con pinta de llevar allí desde hacía tanto como para haberse convertido ya en parte del ecosistema local. El hombrecillo movió los pies, su cabeza calva relucía por la lluvia. Miró hacia atrás, hacia las agitadas calles de las que acababa de llegar, y soltó un carraspeo. Se sacó el puño del bolsillo del abrigo y lo sostuvo en alto hacia la luz. Cuando abrió la mano, en ella había un pequeño y maltratado trozo de pergamino. Leyó las palabras por décima vez. Letras de tinta azul deletreaban el nombre de la calle y nada más. El hombre sacudió la cabeza, molesto.
Estaba a punto de estrujar el pergamino en el puño de nuevo cuando las palabras desaparecieron bajo la lluvia que caía. El hombrecito parpadeó, mirando fijamente al espacio que habían dejado. Lentamente, más palabras se escribieron en el papel, como garabateadas por un lápiz invisible: una dirección.