Noche 1: parte 1.

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Entre al edificio, me detuve para observar el lugar, era grande pero parecía que me encontraba en la parte trasera del edificio o algo parecido ya que solo podía ver escaleras en espiral que llegaban hasta lo alto de este.

-tu solo sígueme.- dijo serio el chico.

Yo no dije nada, solo le seguí como si mi vida dependiese de ello. Lo quede mirando mientras subíamos las escaleras y me percate que tenia una gran metralleta cruzada en el torso y llevaba una pistola en el pantalón.

Me asusté por algunos minutos mientras subíamos las escaleras, pero todo ese miedo se transformo en sorpresa al llegar a la azotea del edificio en donde se encontraban unas 20 personas, algunas en el piso otras paradas con rifles otras solo estaban mirando el paisaje y otros les disparaban a los zombis por diversión pero ellos usaban silenciadores en sus pistolas.

El chico que me había llevado hasta arriba del edificio había desaparecido. Camine en linea recta hasta encontrarme con el borde de la azotea.

-así que eras tu la inteligente que se puso en medio de la calle...- dijo un chico que al parecer era el que me había gritado. Yo lo quede mirando sin saber que hacer ante las cosas de las cuales me culpaba.- aunque sea dame las gracias no crees?- dijo sonriendo.

-gracias...- dije aun sin convencerme de todo.

-okey... solo quiero saber 3 cosas de ti... me responderás con la verdad... -dijo un poco serio, yo solo asentí.- dime tu nombre, tu edad y que personas tienes de familia hasta el momento dentro del domo.

- Soy liz Smith, tengo 15 años y solo tengo a mi madre y mi abuela... -dije mirándolo para no demostrar mi inferioridad.

-okey liz... yo soy Eduardo Parker, tengo 18 años y no hay ni un familiar dentro del domo... pero fuera si...- dijo mirándome directo a los ojos. -eres bonita...- soltó. Pero que cosas dice este chico.- perdón... yo decía... que hacías tu ahí afuera, sola y sin protección.

-realmente ni siquiera se que hago en este lugar...- confesé sentándome en el suelo a la orilla. El me miro y sonrió.

-todos dicen lo mismo...- dijo.- te digo algo... yo estaré a cargo de ti mientras esto dure okey...- confesó.

-y porque?- pregunté confusa.

-porque nadie quería que subieras ya que te veías muy joven pero con mayor razón yo quise y al final te grite igual...

-entonces tengo que agradecerte mucho...- le dije mirándolo desde lo bajo. El solo sonrió y miro su rifle.

-¿tú sabes disparar o algo por el estilo?- pregunto.

-realmente nada...- confesé avergonzada.

-entonces ¿tendré que enseñarte a disparar?- pregunto haciendo una mueca con la cara que me pareció muy graciosa.

-yo creo..- dije.

El lugar se veía bien pero a pesar de ser el primer día en que nos quedábamos fuera de nuestras casas, estos chicos parecían ya tener experiencia en esto. Eduardo se sentó junto a mi y me contó algunas cosas, como que el había tenido la idea de juntar armas y comida en su casa y por ello el era el loco, que había formado el grupo y ademas que se había encontrado ese edificio desatibado ya hace años y escondía todo ahí para el gran día desde que se supo lo de Europa y Asia. También hablamos sobre lo que sucedía dentro y fuera del domo. Ambos nos llevamos muy bien, luego de conversar me llevo a conocer a algunos de los que estaban en el grupo.

-bueno... y que arma te agrada...- dijo mientras mirábamos las armas y municiones.

-realmente tiene que ser algo que no pese y que sea fácil de usar...- confesé.

-okey... que tal una escopeta?-pregunto acercándome una, la examine pero el peso me mataba a cada segundo. Así que negué. Luego me paso una pistola.- y que tal esa?- preguntó.

-yo creo que esta bien...- dije.

Saco unos carteles y me llevo a la escalera.

-ahora te enseñaré a disparar...

"Regla número 3:
Siempre lleva un arma contigo"

TRES NOCHES ENTRE ZOMBISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora