Noche 1: parte 2.

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Ya en la escalera puso los carteles en la pared y los pego. Después se alejo y le puso el silenciador a la pistola. Me dijo que apuntara a la cabeza del dibujo en el papel pero al disparar el impulso me dolió en los brazos y le di a la pared en vez del papel.

-lo siento... te dije que no sabia...- dije frustrada.

-no importa... prueba de nuevo...- dijo sonriendo.

Nuevamente estire mis brazos y dispare, esta vez me dolieron menos los brazos y le di en un brazo al dibujo.

-ya casi... ya casi...-me dijo alentándome.

-gracias...-

-Edu!!-se escuchó desde afuera.- Edu!! Te hablan desde el otro lado!!-gritaba un chico desde la azotea.

-ya voy!!-grito Eduardo.- espérame... - me susurro sonriendo.

Me senté en las escaleras observando como el se alejaba por la puerta que daba a la azotea y noté que su forma de caminar se asimilaba a la de un militar o a la de una persona muy disciplinada. Me puse a penar en como estaría mi madre, mi abuela... las personas dentro del domo. De pronto unas ganas incontrolables de ir al baño se apoderaron de mi, me levanté del piso y corrí a buscar a Eduardo, el cual lo mas seguro sabia en donde estaban los baños o algo que pudiese usar.

Me acerqué a Eduardo el cual estaba hablando con unos chicos sobre unos planos.

-oye...- le dije tocando su hombro, de inmediato el se volteo y me miró.- puedo preguntarte algo...- consulté. El sonrió y se acercó mas a mi.

-que sucede?- pregunto.

-es que... quiero ir al baño. -dije avergonzada. El asintió y se torno serio.

-okey...- soltó en un suspiro pesado.- mira, ve a buscar a esos chicos y diles que te acompañen.- dijo apuntando hacia donde se encontraban dos chicos sentados en el piso.

-pero si no me escuchan...- le dije aterrada.

-les dices que yo estoy a cargo de ti y listo... - dijo dándose la vuelta y siguió con lo que hacía.

Me arme de valor y les fui a hablar, los chicos lucían como si la tierra se estuviese acabando, el de cabello castaño estaba sentado con sus piernas estiradas y el otro estaba apoya do su cabeza sobre las piernas del otro y lucia como si estuviese durmiendo.

-hola...- les dije en un tono suave. Los chicos ni se dignaron en mirarme.- hola...- subí mi tono de voz, esta vez me miraron pero luego siguieron en lo suyo.- Por favor me podrían ayudar de una maldita vez!- les grite perdiendo la poca paciencia que siempre he tenido. Los chicos me miraron de inmediato.

-como te llamas?- pregunto sin abrir los ojos el que parecía dormido.

-Liz, Liz Smith...- dije después de unos segundos en silencio.

-okey... el es Leonardo y yo soy Damian... -dijo el chico de cabello castaño.

Ambos chicos se veían fuertes pero a la vez eran delgados, Leonardo era alto y desaliñados rulos rubios adornaban su cabeza, en cambio, Damian era estatura promedio con cabello liso y castaño oscuro, pero lo que llamaba la atención de él era sus ojos azules que con la luz de la luna se tornaban muy brillantes.

-que quieres?- preguntó de mala gana Leonardo.

-Eduardo me mando a pedirles ayuda a ustedes para que me lleven a un baño... por favor- dije muy avergonzada, ya comenzaba a sentir mis mejillas tornándose rojas.

-y te dio la llave?- pregunto nuevamente Leonardo. Yo negué.

-Se la voy a ir a pedir...- dijo Damian caminando en dirección a Eduardo. Observe como estos tenían una pequeña conversación y luego Damian caminaba hasta nosotros.- La perdió!- dijo apoyándose en la pared con los brazos cruzados.

TRES NOCHES ENTRE ZOMBISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora