Maia acaba de ser engañada por su novio Joan, por lo que buscará vengarse de él cada viernes del verano con la ayuda de su vecino, Brick Foster.
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Maia tiene el corazón destruido. Acaba de ser engañada por su novio Joan... justo en vísperas de Noc...
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Le conté a Jaz más o menos quién era Brick y le aseguré que no era un tipo cualquiera al que ni siquiera conocía. Nos pasamos lo que quedó de la noche hablando sobre Navidad, sobre cómo yo la había pasado. Le dije todo con respecto a esa noche. Le dije que yo había tenido la idea de ir a casa de Joan para rayar su coche y que Brick fue quien me había llevado hasta allí.
Pero no le conté más. No le dije que había vuelto a hablar con él para pedirle que me ayudara a seguir con esto... porque si yo le decía que iba a volver a intentar tomar justicia con Joan, Jaz iba a matarme.
Y si se enteraba de que incluso había armado una lista con varias ideas, iba a matarme más.
Así que sólo le dije que había entablado un buen vínculo con el chico Foster y que había estado en mi casa sólo porque estaba de camino con su auto, como él me había dicho.
Cuando nos fuimos de tema y nos quedamos dormidas en la habitación de Jaz, a mí me comenzó a dar vueltas el estómago. Era una ansiedad y un nerviosismo que me revolvían las tripas. Un miedo y una prisa llena de ganas. Era una mezcla extraña, muy extraña.
Apreté los ojos con fuerza, girándome de lado y acercándome la sábana del colchón en el suelo, junto a la cama de Jaz. De acuerdo, si iba a hacer esto todos los viernes que quedaban del verano, tenía que buscar una forma de distraer mi consciencia.
Recuerda la foto, recuerda la foto.
Yo no me había atrevido a abrir de nuevo su Instagram. No me había atrevido a ver si la foto de Joan y Sarah seguía ahí o si él había sufrido algún extraño episodio de decencia y la había borrado. Tampoco sabía si realmente quería saberlo. De todos modos, la borrara o no, decidir publicar esa foto era algo que ya estaba hecho.
Tenía que decidir qué iba a hacer. Quizás era buena idea reunirme con Brick antes y organizar alguna especie de plan, pero aun así yo no me decidía por nada en la lista. ¿Qué haría primero? ¿Debería comenzar con algo suave y que me asegurara que Joan no se daría cuenta de que había sido yo?
Apreté la almohada entre los dedos. Debía dormir, descansar, y pensar en eso mañana con más claridad.
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