Todos terminaron mal. Mal. Mal. Mierda, qué cosa tan jodida. Calor. Sangre. Una moto. Tal vez una jeringa. Un teléfono. Un mensaje que decía Susy te llamo a las 8 pm después del partido trip trip trip. Eran Carolo y El Loco. Le digo a Lerner que no sé cómo empezar y entonces Lerner me responde fresco Pink, como vamos vamos bien trip trip trip. Bien. Carolo y El Loco. Carolo y El Loco. Calor. Sangre. Una moto. Calor. Lluvia.
Todo empezó una tarde cuando Carolo jugaba fútbol en un parque. La tarde olía a alabio alabao alabimbombao. En la cancha juganab Los Loros Asesinos y Los Hongos. Claro. Antes del partido un bareto, un cien, para tener brava la pata trip trip trip. Carolo era el arquero de los Loros Asesinos y se estiraba como un pez de palo apalo y miraba hacia los árboles donde Susy se fumaba un cigarrillo. La tarde era un infinito alabimbombao. Alabimbombao los árboles, alabimbombao el carro de paletas del señor Beltz, alabimbombao el cielo azul, alabimbombao el avión que rompía las nubes, alabimbombao todas esas caras llenas de pecas que miraban el juego, alabimbombao el aire seco. Alabimbombao Carolo que se restregaba los guantes contra las rodillas. Alabimbombao esas ganas de tener aquellas teticas de perra flaca entre sus manos, alabimbombao que Susy le metiera un gol olímpico en la mitad de las piernas trip triptrip, en la mitad de la tarde, de la luz, en la mitad del olor de los árboles y de la gaseosa. Calor. Sangre. Una moto. Tal vez una jeringa. El sol. La tarde. La gaseosa. El bareto. Nuevamente el sol. Un poco de lluvia. Alabimbombao. Susy. Mamita.
Una tarde Carolo se dejó de pendejadas y esperó a Susy a la salida del colegio. Una paleta de limón. La tarde. El sol y las teticas de perrita flaca. Susy. Mamita. Te quiero. Susy se subió en la moto de Carolo y se dejó despeinar por el viento, por el olor a sangre en los días. Se mojó con la lluvia. Susy. La tarde. El resumen de la tarde. Susy. La tarde. El sol. Teticas. El olor a fresa del pelo. Las manos blancas. Fumar en el agua. Ser el agua de los días. Susy. Mamita.
Carolo la llevaba al monte, cerca de la valla de Marlboro y allí se tendían sobre la hierba. Calor. Una mano en la mano. El sol en el sol. El silencio en el silencio. Susy. Mamita. Te quiero. Clarito muñequito trip trip trip. Pero Carolo ya estaba jodido. Mierda. Carolo ya iba en anfetaminas.
Después los días fueron más bien opacos. Las fiestas en la casa de El Loco ya estaban demasiado heavys. Black Sabbath, Sabotaje. Paranoid. Lluvia. Un poco de hongos. Sangre en el wc trip trip trip. La casa hecha una mierda. Fresco locos los viejos están de viaje, decía El Loco. Para Susy fue un cambio duro. De un día para otro pasó de las hostias del colegio a los hongos de El Loco. Un trip. Claro un trip. La noche. Calor. Sangre. Una moto. Susy. Mamita.
A los pocos meses a Carolo lo mandaron a un kibutz en Israel para que dejara la vaina, la cosa, la droga, la guevonada trip trip trip. El Loco y sus amigos fueron al aeropuerto. Sanidad. Sanidad. El Loco montó a Susy en la moto y se metieron a la pista y llegaron hasta la escalera del avión. El mierdero total. Sanidad. Sanidad. Fue la última vez que se vieron. Tres de la tarde. El sol. La tarde. El viaje. El último trip. Cielo azul. El avión. Teticas con pequitas. Teticas flacas. Mamita. Susy. Mamita. Carolo. Mi amor. Qué cosa tan jodida. Un beso largo. Un beso con olor a avión y gasolina. Mamita. Babitas. Avioncitos. Cielitos. Teticas. Lagrimitas pendejas.
Carolo llegó a Israel y empezó una nueva vida. Mierda. Todos los días se la pasaba cultivando naranjas en ese desierto pleno de sol y viento seco. El sol. El sol. El sol. El recuerdo de Susy. El recuerdo de sus teticas de perrita flaca. Su olor. El olor de Susy y de las naranjas. Susy y el sol. Susy. Mamita. Fresa. Pero en todo caso, sanidad, sanidad. Al cabo de un mes Carolo sufrió una insolación tenaz y mierda lo llevaron a la enfermería del kibutz. Una puta aspirina y crema. En la enfermería soñó con Susy. Mamita. Con la tarde. Con la tarde, la moto y Susy. Y la lluvia. Y las calles. Pero claro. En la enfermería había canecas llenas de morfina para los soldados que se daban plomo en la frontera con Siria. Carolo se robó una caneca y se la mamó él sólo. Un trip. Claro, un trip. Y mierda. De regreso a casa. Nada qué hacer. Llegó al aeropuerto. Nadie lo recibió. Era de noche. Calor. Una gaseosa. El pasaporte. Los pasillos. La requisa. Los perros policía. Los carabineros. Un café con crema. La oficina de Interpol. Aduana Nacional. El Das. El F-2- La maleta. La noche. Carolo cogió un taxi y le pareció que la lluvia escribía con sus gotas el nombre de Susy en el panorámico del taxi. Susy. Lluvia. Una de la mañana. Teticas. Mamita. El vidrio. La Lluvia trip trip trip. Un cigarrillo.
Pero todo había cambiado. El Loco y Susy se habían cuadrado en una fiesta en la casa de Yoyi en una noche de lluvia. Se besaron en la mitad de la lluvia. El Loco le dijo que ella era como la lluvia, que ella era como pequeñas gotas que se escurrían por el vidrio sucio y roto de sus días. Susy. La lluvia. Lluvia de babitas. Mamita. Mierda, qué cosa tan jodida. Y Carolo que pensaba llegar y decirle a Susy muñeca vamos al monte y me cuentas un poco de tu vida, un poco de lo que haces, de lo que no haces, un poco de tus pequeños sueñitos llenos de babitas, cielitos, arbolitos y gotas de lluvia. Pero más bien no. Mamita. Teticas. Carolo entró en una profunda decepción.
Tal vez era navidad. 24 de diciembre. La noche. Velitas. Los regalos. Campanitas. El árbol. Las luces. Los perfumes. El pavo. El vino. La pólvora. Un trip? Claro un trip. El último. Carolo salió a la calle y se acercó a su hermano y le arrebató el paquete de totes. Claro. Calor. Sangre. La noche. Una moto. Se fue en la moto trip trip trip y a medida que iba acelerando se fue metiendo uno a uno los totes en la boca, qué cosa tan seria. Después llegó a la casa vuelto una mierda. Lluvia. El vino. Susy. Mamita. Y se desplomó. Al otro día fue el entierro. Susy. Mamita ya no había nada que hacer.
A los pocos meses El Loco se mató en la moto en la avenida. No le sirvieron los frenos. Un bus de transporte sin subsidio le subsidió su pase a la eternidad. Mierda. Calor. Sangre. La moto. Un
teléfono.
Después Susy se fue para Estados Unidos. Tres de la tarde. El avión. El cielo azul. Teticas flacas de perrita. El labial. El avión. El vestido. La beca. La puta beca. Un trip? No, nada de trip. El día antes de irse fue al cementerio y visitó las dos tumbas, las de Carolo y El Loco. La lluvia. El cementerio. La tarde. La sangre. El calor. Hasta siempre muñecos. Les dejó flores. Encima de la tumba de Carolo dejó un brassier. En la de El loco, un labial, qué cosa tan jodida. La tarde.
Cuando el avión pasó sobre el campo santo a Susy le pareció que este era un parque donde se jugaba un partido de fútbol, el último partido de fútbol entre los claveles rojos y el viento frío de la tarde arbitrado por ese olor yo no sé trip trip trip a alababao alabao alabimbombao que tenían las nubes y el cielo azul a cinco mil pies de altura. La tarde. El sol. La sangre. Susy. El avión. Mamita. Babitas.
LECTORES PIDO DISCULPAS POR LA DEMORA, NO PIENSEN QUE ABANDONO LA ESCRITURA DEL LIBRO, NO, SOLO QUE HAN PASADO MUCHAS COSAS Y CAMBIOS EN MI VIDA, POR ESO ME DEMORO, EN NINGÚN MOMENTO VOY A SUSPENDER, YA FALTAN POCOS CAPÍTULOS. BESOS A TODOS Y GRACIAS POR LA PACIENCIA.
